A contramano
17/03/18
En la misma semana en que se conoció oficialmente que la inflación pasó los 4 puntos en sólo dos meses del año, el ámbito político general, tanto oficialista como opositor, se mantiene enfrascado en discusiones y escándalos rayanos con la institucionalidad provincial. Esto marca que la realidad política va sorprendentemente a contramano de los problemas concretos que tiene la gente.
Para ser sinceros, esta manera de actuar de quienes tienen a su cargo los destinos de la vida institucional de La Rioja, no es nueva y quizá es responsable de la apatía social constante, que luego se traslada a la hora de expresarse en las urnas. Vale decir que esta insensibilidad no es propiedad exclusiva del oficialismo gobernante, sino también de la oposición, que “cacarea” por los errores locales, pero hace mutis por el foro cuando se debe hacer cargo de los males nacionales provocados por el gobierno de Mauricio Macri.
Quizá el papelón del jefe de Gabinete, Marcos Peña, en su primer informe anual ante el Congreso, es el síntoma más claro de que la realidad de unos pocos, no es la de la mayoría de los argentinos. El hombre fuerte de Cambiemos, ratificó ante el Parlamento la visión soñada de “Mauricio en el país de las maravillas”, mientras los números, los hechos y la verdad, es claramente todo lo contrario.
Es evidente que una pequeña porción de aliados al macrismo está más que bien y sacan réditos segundo a segundo de sus inversiones millonarias, como también los senadores aliados riojanos Julio Martínez e Inés Brizuela y Doria, que celebran ocupar lugares de privilegio en la Cámara Alta, sin embargo las soluciones para La Rioja tardan demasiado en llegar. Otro que parece haberse sumido en esa ceguera macrista es el intendente de la Capital, Alberto Paredes Urquiza, que desde California (EE.UU.) se vanagloria con Silicon Valley, mientras la ciudad ya no sabe dónde “googlear” para que le levanten la basura.
Para darse cuenta que la inflación no cedió, que el empleo no aumentó, que la pobreza no descendió o que las tarifas de los servicios públicos son altísimas, no hace falta más que recorrer algunos barrios de la periferia riojana, pues el contexto no sólo es el que se aprecia desde los cafés alrededor de la plaza 25 de Mayo. Y esto también vale para todos. Para quienes con la boca resuelven todos los problemas sin ningún tipo de compromiso porque no gobiernan, como también para quienes sí tienen la responsabilidad de conducir los destinos de la provincia. Concejales, muchos diputados y varios funcionarios, parece que por momentos se eyectan de la provincia y viven en una Rioja irreal.
De esto se cansó la gente. De la mentira, de la nimiedad, de la insensibilidad, de las promesas y de las peleas que parecen a muerte, pero que al poco tiempo se observa abrazados a quienes poco antes eran enemigos acérrimos. No lo ve la oposición, que considera que con el “timbreo” todo se soluciona, como tampoco el justicialismo, al suponer que haciendo un acto con 2 mil personas en un tinglado, ya tiene ganada la adhesión de 200 mil capitalinos.
Tampoco se observa un verdadero trabajo en equipo ni parece entenderse que la conquista de la voluntad popular se debe hacer construyendo y no destruyendo a los propios “compañeros”. Es un secreto a voces, que los enconos existen entre quienes pretenden hacerse un lugar en la línea de partida de las candidaturas.
Hoy el más beneficiado con las peleas intestinas internas es Cambiemos, que además se inmiscuye en las peleas del PJ conquistando voluntades para romper algún posible reagrupamiento. Esto surge como una profunda necesidad en la provincia y en el país. Quizá ese rebrote de unidad es el que tibiamente comenzó a tomar forma en San Luis, durante el encuentro convocado bajo el lema “Hay 2019” en el parque La Pedrera, de Villa Mercedes.
“LA BANCA ES MÍA… MÍA”
Si las verdaderas ansias por asumir una banca, sería ejercer la representación del pueblo, habría que celebrar la disputa que se generó esta semana en torno a la vacante en el Concejo Deliberante de la Capital, tras la jura de Oscar Luna como viceintendente. Sin embargo, lo único que quedó evidenciado es que la reyerta sólo tiene un tinte e interés político sectorial, que no cejará en sus esfuerzos por llevarse las instituciones por delante. Esto también va en contramano de lo que requieren los representados por estos órganos deliberativos, que se transformaron en un verdadero nido de intrigas. Ya no interesa legislar en favor del vecino, sino ganarse lugares de privilegio al calor del poder gobernante. El Ejecutivo municipal aparece demasiado preocupado en impedir que se sumen bancas opositoras a su gestión, con el pretexto de una presunta intentona desestabilizadora que tiene como objetivo a Paredes Urquiza.
Desde esta columna se anticipó que la situación en el órgano deliberativo de la Capital, venía mal barajada. La asunción intempestiva de Oscar Luna como viceintendente, tras la renuncia de Felipe Alvarez, será uno de los principales escollos que tendrá el cuerpo de ediles. Sucede que por la presión del intendente, se interpretó la Ley Orgánica Transitoria como si la dimisión del ex “Bederboy” fuese una acefalía total, cuando en realidad el jefe comunal sigue en funciones y la presidencia de las sesiones debería queda en manos de vicepresidente primero, tal como está previsto en la normativa. Convengamos que la figura del viceintendente no tiene demasiadas funciones más allá de presidir las sesiones y suplir las ausencias del intendente, siendo un cargo que se creó en la última reforma constitucional riojana.
Con este basamento, el Tribunal Electoral Provincial realizó un fuerte llamamiento al CD, al advertir que el cuerpo no se puede arrogar la facultad de elegir un cargo Ejecutivo, algo que le pertenece exclusivamente al pueblo a través de su voto. Con la Constitución Provincial como estandarte, los jueces entienden que Oscar Luna no debería ejercer la viceintendencia como tal, sino estar a cargo, en caso que sus pares lo elijan como vicepresidente primero. No obstante, deja la pelota en el campo de los ediles para que resuelvan en consecuencia. Si las cosas fueran como corresponde, Luna debería tener las horas contadas, pero…
En esa misma resolución, el órgano judicial decide proclamar como concejal a Alfredo “Turco” Menem, al entender que la vacante dejada por Oscar Luna, debe ser ocupada por quien continúa en la lista de candidatos presentado por el quintelismo. El argumento es que las bancas pertenecen a los partidos y mal puede otorgarse un lugar a un candidato que no logró el piso necesario de votos, en referencia al reclamo de Cristina Orquera, que en nombre de un partido vecinalista considera que la vacante le corresponde por haber quedado en el puesto 16. Las variadas interpretaciones, despertaron de forma inmediata la polémica, sobre todo en las filas del “paredismo” que no está dispuesto a tolerar el crecimiento del bloque opositor, que pasaría a tener 9 miembros y quedaría a sólo un voto para contar con las 2/3 partes del cuerpo.
Es acá donde aparece la intolerancia, el permanente cuestionamiento y avasallamiento a las instituciones democráticas. Ni bien conocido el fallo del Tribunal, las voces comunales en contra no se hicieron esperar, como tampoco las acciones, que llevaron a intentar la toma de la sede judicial y a copar el recinto del Concejo Deliberante para impedir la sesión ordinaria, que permitiría la jura del “Turco” Menem, hombre de confianza del ex intendente Ricardo Quintela. El colmo es que se llegó hasta la presunta agresión verbal del edil Andrés Cejas en contra de su par Alcira Brizuela, lo que terminó con una denuncia penal por calumnias, injurias y violencia contra la mujer.
Si bien la vía recursiva se encuentra abierta para que cualquier persona acuda a otra instancia para plantear su disconformidad con el fallo de Mario Pagotto, José Luis Magaquián y Laura Rivero, la decisión de un grupo de funcionarios y dirigentes, claramente instados por los referentes del “paredismo”, fue encadenarse en las bancas y vallar el recinto cual si fuera un botín de guerra. Esto habla de un alto grado de intolerancia y falta de respeto a la institución que representa a cada vecino, al margen de los argumentos que pueda tener el sector político del intendente Paredes Urquiza. El viernes último la toma se levantó y se espera por la jura de Menem o el dictado de alguna suspensión de la medida por parte de la justicia. Lo grave es que desde la comuna se critica el accionar de la provincia y de la justicia, se pide respeto institucional, pero ordena un escrache al Tribunal Electoral y la toma del órgano deliberativo, derivando en profundas contradicciones entre lo que hace y lo que profesa.
Donde también estuvo movida la semana fue en la Cámara de Diputados. Si bien la sesión fue más que tranquila y sólo marcó el retorno del vicegobernador a presidir los debates, la novedad fue una intimación al electo diputado por Capital, Felipe Alvarez, para que en 20 días se defienda de las denuncias en su contra, entre ellas el cobro del sueldo de viceintendente luego de haber renunciado.
El cuestionado funcionario se defendió por las redes y exhibió las pruebas que reintegró la suma mal liquidada a las arcas del Estado, pero ahora deberá hacerlo formalmente ante la Cámara, como así también por las rendiciones de cuentas adeudadas al Tribunal Provincial. Si bien muchos especulan que la decisión final ya está tomada y es denegar la asunción de Alvarez como diputado, en el medio quedan plazos administrativos y resoluciones judiciales que lo tienen al ex viceintendente como blanco. Este panorama se podría enmarañar con una posible resolución de la Justicia en torno al amparo que presentó oportunamente Alvarez. El fallo no sería unánime y en caso de conocerse, dejará mucha tela para cortar en la semana que se inicia, sobre todo por el impacto que tendrá puertas adentro de la Legislatura.