Advertencia
19/08/18
Sobrepeso y obesidad se asocian por lo menos con el desarrollo en el tiempo de al menos 20 enfermedades que involucran a todos los órganos o procesos fisiológicos del organismo, pero comparte un elemento: deterioran la calidad de vida y aumentan el riesgo de mortalidad.
La obesidad es una enfermedad compleja que impacta en prácticamente todos los sistemas del organismo y que merece ser abordada para prevenir complicaciones que empeoren la calidad de vida y aumenten el riesgo de mortalidad.
En efecto, aquellos que presentan un Indice de Masa Corporal (IMC, peso en kilogramos dividido 2 veces por la talla en metros) normal (hasta 25) tienen un 80 por ciento de probabilidades de vivir hasta los 70 años, mientras que en aquellos con obesidad moderada (IMC entre 25 y 30) el porcentaje de llegar a esa edad se reduce al 60 por ciento, y en quienes presentan obesidad severa (IMC de 30 o más), las probabilidades son de sólo un 50 por ciento.
“Debemos tener en cuenta que la obesidad es una enfermedad y ello conlleva dejar de lado la culpabilidad de las personas que la padecen, ya que no es un problema de falta de voluntad, sino que es una patología ligada al estilo de vida y su tratamiento es complejo” manifestó Mónica Katz, médica especialista en Obesidad y miembro titular de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN).
“La obesidad no es simplemente exceso de peso corporal. Es una enfermedad inflamatoria caracterizada por aumento de la grasa corporal (tejido adiposo). Las enfermedades asociadas a la obesidad están causadas precisamente por este órgano adiposo patológico”, subrayó Ana María Cappelletti, médica especialista en Obesidad, también miembro de la SAN.
A pesar de que el aumento de la obesidad comenzó a ser alarmante en la década del 80, la Organización Mundial de la Salud la reconoció como enfermedad recién en 1997. Según las estadísticas de la última encuesta nacional de Factores de Riesgo del año 2013 realizada por el Ministerio de Salud de la Nación “seis de cada diez argentinos mayores de 18 años tienen algún grado de sobrepeso”. Mientras que de acuerdo con dichos relevamientos “desde el 2005 al 2013 la obesidad aumentó un 42,5 por ciento”.
“Mantener un peso saludable contribuye a prevenir el desarrollo de múltiples enfermedades. No es fácil, pero es importante empezar a tomar medidas para cuidar la salud. Por eso elaboramos las 20 razones de peso para bajar de peso, porque identificando estas 20 consecuencias que pueden desatar el sobrepeso y la obesidad”, sostuvo Cappelletti.
A continuación las 20 razones para bajar peso, ya que la obesidad se asocia a:
Resistencia a la insulina: El aumento de grasa corporal invade músculos, hígado y páncreas. De este modo, se agota la capacidad de producción de insulina por lo que la obesidad es considerada el camino hacia la diabetes.
Diabetes tipo 2: En esta enfermedad la característica es que la glucosa (azúcar) en sangre es elevada. Esto se denomina hiperglucemia y genera graves complicaciones que pueden evitarse con el tratamiento correcto.
Dislipemias: Dislipemias (triglicéridos altos, baja el colesterol bueno y sube el malo). Estas alteraciones se producen a partir del aumento de grasa intraabdominal que se evalúa por la circunferencia de la cintura a nivel del ombligo. Si es mayor a 88 cm (mujer) o a 102 (hombre) el riesgo de enfermedad cardiovascular está muy aumentado.
Hipertensión arterial: Junto a las dos anteriores, la hipertensión arterial (presión arterial elevada - mayor a 130/80 mmHg según las guías más recientes, aún discutidas) es una de las asociaciones más frecuentes a la obesidad.
Enfermedad coronaria : Consiste en la afectación de las células del corazón (miocardio) debido a la repentina obstrucción de una de las arterias que lo nutren con sangre. Dicha obstrucción y el proceso de taponamiento paulatino de las arterias en gran medida son una consecuencia de la obesidad, las alteraciones en los lípidos y la hipertensión arterial.
ACV: El Accidente Cerebrovascular es el resultado de un proceso asociado a las principales consecuencias de la obesidad, que genera la reducción o interrupción del suministro de sangre a una parte del cerebro, lo que impide que el tejido cerebral reciba oxígeno y nutrientes. Esto produce daño de las neuronas.
Enfermedad degenerativas : Como Alzheimer y Parkinson. La evidencia muestra que el deterioro cognitivo –principalmente el deterioro de la memoria-- y las enfermedades cerebrales en general, se relacionan con la inflamación que causa la obesidad a nivel de las neuronas.
Depresión: La baja autoestima con obesidad puede conducir a un estado depresivo. Lamentablemente, algunos fármacos utilizados para tratarla producen mayor aumento de peso.
Ansiedad: Los trastornos de ansiedad y el estrés alteran las vías de regulación de la conducta alimentaria, por lo que resultan, en realidad, causa y consecuencia del aumento de peso.
Problemas psico-sociales: La creencia de que la obesidad es culpa de quien la padece y el estigma social de la obesidad parten del desconocimiento de los determinantes de esta enfermedad. Existe fuerte discriminación hacia las personas con exceso de peso. La peor consecuencia de esta falsa creencia es la búsqueda de tratamientos mágicos o dietas que conducen a más obesidad.
Disfunción sexual: La sexualidad puede verse afectada por problemas orgánicos psicológicos o vinculares en hombres y mujeres.
Trastornos alimentarios: El más común ligado a la obesidad es el llamado “trastorno por atracones”. Este trastorno es padecido por e1 hombre cada 2 ó 3 mujeres.
Enfermedad pulmonar: Enfermedad pulmonar, trastornos del sueño y apnea obstructiva del sueño. No siempre diagnosticados, casi un 80 por ciento de los obesas padece algún trastorno del sueño. La obstrucción parcial o completa de la vía aérea en el sueño se manifiesta con ronquido e interrupción de la respiración.
Fatiga, cansancio: La obesidad limita las actividades cotidianas y la calidad de vida de las personas. A mayor grado de obesidad mayores limitaciones y peor calidad de vida.
Problemas articulares : Artrosis, artritis, gota. El peso que soportan las articulaciones puede causar daño invalidante. Los principales son rodillas, tobillos, caderas y columna lumbar. Además, existe asociación entre las enfermedades reumáticas y la obesidad y el aumento del ácido úrico no sólo daña las articulaciones sino también el riñón.
Enfermedades del hígado: El hígado es uno de los órganos primariamente afectados por la alteración del metabolismo de la grasa abdominal asociada a la obesidad. El hígado graso puede evolucionar hasta la cirrosis y el cáncer hepático.
Cálculos de vesícula: Si bien son más frecuentes en mujeres obesas después de la menopausia, también pueden ser consecuencia del adelgazamiento rápido o pronunciado en ambos sexos.
Cáncer: La asociación entre obesidad y distintos tipos de cáncer tiene cada vez mayor evidencia. El mantenimiento de un peso corporal normal y una alimentación saludable lo previenen.
Várices: Várices–flebitis. Estas afecciones comparten con la obesidad su carácter inflamatorio además del componente mecánico que implica el exceso de peso.
Problemas articulares : Problemas ginecológicos (trastornos menstruales, infertilidad). El aumento de grasa corporal en las mujeres afecta los ciclos hormonales y disminuye la fertilidad. También se asocia a complicaciones en el embarazo para la madre y el niño. Los hijos de padres obesos tienen alta probabilidad de padecer obesidad. “Si bien el riesgo de diabetes tipo 2, trastornos en los lípidos, enfermedades pulmonares e hipertensión arterial resulta altamente incrementado en la obesidad, las otras asociaciones deben ser conocidas y consideradas”, concluyó Katz.
LOS RIESGOS
El exceso de peso incrementa el riesgo de desarrollar con el tiempo resistencia a la insulina, diabetes tipo 2, alteraciones en los lípidos, hipertensión arterial, enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular, Alzheimer, Parkinson, depresión, ansiedad, problemas psico-sociales, disfunción sexual, trastornos de la conducta alimentaria, enfermedad pulmonar, fatiga, problemas articulares, enfermedades del hígado, cálculos de vesícula, diversos tipos de cáncer, várices y problemas ginecológicos (trastornos menstruales, infertilidad).