Una apelación a la conciencia democrática
08/12/18
Por: Raúl Alfredo Galván
“Las fantasías políticas son pecados que no purgan los teorizadores, sino los pueblos” (José Manuel Estrada, Obras Completas,T.IV,pág-43).
Hace unos días leí un par de artículos publicados en Medios El Independiente referidos a la re-reelección del actual Gobernador de la Provincia, cuyos autores son ministros, que haciendo gala de su condición de juristas, abogaban por la continuidad del mandatario.
Yo estoy lejos de alcanzar esa estatura académica. Sobre el mismo tema opinaré como ciudadano común. Hace años fui un modesto profesor de Derecho Constitucional en la Universidad, donde supe tener como alumno a un joven que se destacaba por su respeto y estudio. Ya retirado de la vida pública, sólo me rodean mis nietos y mis libros, mientras aquel estudiante hoy es el que nos gobierna. Sin embargo, los ideales enérgicos y las consagraciones fervientes no se merman en un ánimo que, para decir su verdad, no necesita del aplauso. Dicho esto, voy a la médula del asunto.
El Congreso del Partido Justicialista ha proclamado como candidato a gobernador para las elecciones del año venidero, al Cr. Sergio Casas. Siguiendo la línea de los teorizadores del partido, argumentan que se trata de la reelección prevista en el Art. 120 de la Constitución Provincial. Dicha norma dice: “El Gobernador y el Vicegobernador serán elegidos directamente por el pueblo de la Provincia a simple pluraridad de sufragios. Durarán en sus funciones el término de cuatro años, sin que evento alguno que lo haya interrumpido pueda motivar su prórroga. Podrán ser reelegidos o sucederse recíprocamente por un solo periodo consecutivo. Si han sido reelectos o se han sucedido recíprocamente, no pueden ser elegidos para ninguno de ambos cargos, sino con el intervalo de un periodo”.
Argumentan que habiendo sido el actual gobernador vice del señor Beder Herrera y en la actualidad la fórmula la comparte con el señor Néstor Bosetti, “no se han sucedido recíprocamente”, por lo tanto la primera reelección del contador Casas sería -si el pueblo así lo decide- en el próximo comicio del año 2019. Un torcido y maquiavélico juego de palabras que choca contra el sentido histórico y democrático de la Constitución. Su interpretación auténtica no puede olvidar los antecedentes que hicieron de ella una creación viva, que no se ha construido con elementos ideológicos, para que no ceda ante el empuje de los hombres ni menos a las pasiones banderizas y los intereses espúrios.
El Congreso del partido de gobierno borra con el codo lo que escribieron sus constituyentes en el año 2008, que al eliminar la reelección indefinida del gobernador- como era hasta ese momento- quisieron que el ciudadano que fuera gobernador y vice tuviera el límite de dos periodos; no se trataba de nombres, se ponía límites al poder.”Yo quiero hacer un gobierno de leyes y no de hombres; y en cuanto a éstos sólo les pido aptitud, honradez, y el sentimiento del honor y el deber ”(Domingo Faustino Sarmiento, Obras Completas, Tomo L, pág.183). El Art.120 tiene su fuente en el Art. 90 de la Constitución Nacional reformada en 1994 como resultado de un amplio acuerdo político. Su finalidad era custodiar el equilibro de poderes, que es la base del sentido histórico y ético de una democracia. Cosa que no hace el oficialismo en nuestra Provincia: con sentido hegemónico gobiernan desde 1983, tienen una Cámara de Diputados ampliamente a su favor y un Poder Judicial que no controla los excesos de poder.
Pertenezco a una generación que ha luchado contra la dictadura para que impere para siempre la Constitución, es decir, trabajamos para las generaciones venideras. Lo hice sabiendo de antemano que rara vez cobijan las ramas de un árbol la causa de aquel que lo siembra. Con pena y escepticismo -debo confesar- veo en este tiempo dirigentes que malversan los esfuerzos hechos por muchos compatriotas, muchos riojanos. Adueñados del poder, creen que tienen derecho a hacer cualquier cosa. Como ésta, que pretende violentar nuestras instituciones desconociendo la alternabilidad en el gobierno”. Los hombres -decía Nicolás Maquiavelo (El Príncipe)- cometen el error de no saber poner límites a sus ambiciones”. Y yo conocí políticos que, por querer gobernar más allá de lo que decía la Constitución, -reforma mediante- no terminaron su vana aspiración.
El partido oficialista quiere empujar a la ciudadanía a una aventura política, lo que no es otra cosa que una ruptura constitucional. Yo lo denuncio como ciudadano. Apelo ante el último y más honrado tribunal: la conciencia pública”. Los pueblos -enseña José Martí- han de tener una picota para quien los azuza a odios inútiles; y otra para quien les dice a tiempo la verdad”.
Cito, para concluir: “No debe olvidarse que es la Constitución un legado de sacrificios y de glorias, consagrado por nuestros mayores a nosotros y a los siglos por venir; que ella dio cuerpo y espíritu a nuestra Patria hasta entonces informe, y que como se ama la tierra nativa y el hogar de las virtudes tradicionales, debe amarse la Carta que nos engrandece y nos convierte en fortaleza inaccesible a la anarquía y al despotismo” (Joaquín V. González, Manual de la Constitución Argentina, Obras Completas,T.III, pág.14).