El peso del voto
22/09/19
Mucho se habló de la cifra revelada por esta columna hace una semana, donde más de 4 mil candidatos se pondrán a consideración del electorado el próximo 27 de octubre. Pero la gran pregunta es ¿hacia dónde apuntará la voluntad popular? ¿Qué estamento pesará más al momento de votar en el cuarto oscuro?
Cada uno de los espacios contendientes de los comicios provinciales, desarrollan distintas estrategias de campaña, que poco a poco comienzan a vislumbrarse y que, seguramente, se acentuarán con el correr de los días y a medida que se acerque la fecha del “27 O”.
Son dos los factores sobresalientes a considerar, y que podrían ser determinantes a la hora de inclinar la balanza hacia alguna de las alianzas en competencia. El primero es el efecto “succión” de los candidatos presidenciables y el segundo el “arrastre” de las numerosas listas colectoras que permite llevar la actual legislación provincial. Este es uno de los principales análisis de los consultores que trabajan en la provincia para las diferentes fuerzas políticas que confrontan por el cargo principal, que es Gobernador de la Provincia.
La última encuesta de un reconocido consultor (uno de los pocos que acertó con la diferencia obtenida por Alberto Fernández en las PASO), indica que el candidato a presidente por el Frente de Todos alcanzaría casi el 55 por ciento de los votos en las Generales, mientras Mauricio Macri apenas llegaría a los 30 puntos. En caso de replicarse un escenario similar en La Rioja, que ya se dio en las Primarias, la polarización de los dos presidenciables será determinante para el votante que tendrá la imagen de Fernández o Macri como referencia en el momento definitivo, que es cuando está con el sobre en la mano en el cuarto oscuro.
La dupla de Fernández - Fernández obtuvo en las PASO casi 100 mil votos en toda la provincia, mientras que Macri –Pichetto rozó los 60 mil. Votó el 70 por ciento del padrón, algo bastante significativo para este tipo de elecciones. Históricamente La Rioja tuvo un 75 por ciento de asistencia a votar, lo que implica que no habría más de 15 mil o 20 mil votantes que no asistieron el 11 de agosto y que sí lo harían en octubre. Ese margen tampoco pondría en riesgo el triunfo de Fernández, aunque todos lo voten a Macri, cosa bastante improbable.
Sobre este panorama, el oficialismo provincial sustenta su tranquilidad con el armado logrado en el cierre de listas y al poder contar con el acuerdo de boleta entre el Frente de Todos nacional y su postulante a gobernador, Ricardo Quintela. La cuenta que realizan puertas adentro de Casa de Gobierno, es que será muy difícil para las otras fuerzas políticas contrarrestar el arrastre, mucho más aún cuando el votante se encuentre con una diversidad mayúscula de boletas, producto del sistema electoral provincial de colectoras. Por ejemplo, en Capital habrá no menos de 70 boletas distintas, con diferentes colores, lo que convertirá en una hazaña la selección del voto.
Ahí radica la estrategia principal del oficialismo, entendiendo que pesará más la imagen de Alberto y Cristina, con su consecuente boleta larga provincial del Frente con Todos y sus diferentes estamentos. Como contrapartida, se especula que la mala imagen del Presidente que busca la reelección, será otro elemento a usar en su favor, porque el candidato de Juntos por La Rioja, Julio Martínez, tendrá pocas chances de crecer más allá de los guarismos nacionales. La mochila que significa Mauricio Macri, será muy difícil de cargar para la alianza radical-PRO, que además se quedó sin su pata peronista fuerte en Capital y sólo logró cooptar a Teresita Luna como postulante a vicegobernadora.
El tercero en discordia, Luis Beder Herrera, debe remarla desde la soledad que significa no llevar “boleta larga” con los estamentos Presidente y Diputados nacionales, producto del decreto de Mauricio Macri que impide los acuerdos de boleta con más de un postulante, lugar que se ganó Ricardo Quintela. Esto que no le sucedió nunca al ex gobernador, es lo que lo lleva a usar otras maniobras proselitistas para tratar de dar pelea en una polaridad evidente, que podría dejarlo fuera de juego.
El segundo elemento mencionado como fundamental a la hora de captar adeptos el día de la elección, es el arrastre de las decenas de listas colectoras con las que las distintas fórmulas celebraron acuerdo de boletas. Sólo para tener una idea, la alianza oficialista del Frente con Todos, realizó acuerdos en toda la provincia con 88 colectoras, mientras que Juntos por La Rioja logró 11 acuerdos y la bederista “Nuestra Rioja”, 16 adhesiones. A esa diversidad, hay que sumarle aquellos partidos que no están en las mencionadas alianzas y que también llevan sus respectivas listas colectoras, por ejemplo, en Capital el “paredismo”, el “bosettismo” o la izquierda en sus diferentes expresiones.
En Capital, donde se concentra la mayor cantidad de personas en condiciones de votar, el oficialismo presenta 24 listas de concejales bajo el paraguas de Teresita Madera y, por ende, de Ricardo Quintela. Totalizando todas las fuerzas políticas, habrá casi 1500 candidatos a concejales titulares y suplentes, contenidos en 63 listas que ya fueron oficializadas por el Tribunal Electoral Provincial.
En torno a esto girará en gran medida el secreto de esta elección, que irá más allá de las simpatías o antipatías particulares de cada candidato, por lo que cualquiera que no lea correctamente este escenario, corre serio riesgo de cometer errores estratégicos graves. Muchos dirán que esto no es el mejor mensaje de la democracia, lo que para nada es errado, pero es el sistema electoral vigente y sobre ello, nada se puede hacer en este momento, cuando la carrera está en pleno desarrollo.
Trabajo de campo
En las filas del Frente con Todos, la campaña proselitista será más corta de lo esperado, basado en lo expuesto anteriormente. En la Casa de las Tejas aseguran que recién en octubre comenzarían a moverse con mayor intensidad los candidatos, con la confianza que ofrece la contención de los intendentes y diputados, sumada a la estructura que significa el denominado “aparato estatal”.
La fórmula del consenso que compone Ricardo Quintela y Florencia López, se muestra en los distintos actos oficiales encabezados por el gobernador Sergio Casas, que es a todas luces uno de los grandes electores por su condición de mandatario y por la buena imagen que ostenta.
El actual diputado provincial y que ahora busca la gobernación, Ricardo Quintela, mantiene su tradicional perfil de militante, con fuerte base en la doctrina peronista. Esta mística quedó en evidencia en sus distintas presentaciones públicas, como el acto en el Paseo Cultural donde se presentó la propuesta capitalina del espacio oficialista. También en el encuentro con la histórica JP realizado en la Casa de Todos, volvió a expresar su sentimiento peronista y esbozó los primeros lineamientos de lo que será su plataforma de gobierno, al margen que abrió una línea de consulta con el electorado, para que exprese sus necesidades y propuestas.
Julio Martínez optó por las declaraciones mediáticas altisonantes, con promesas de alto grado demagógico y que antes criticó fuertemente desde su rol de legislador opositor, como las mejoras salariales a los empleados públicos, por ejemplo. Tampoco manifiesta cómo logrará la concreción de estas acciones, en un hipotético gobierno. Ahora en campaña, prometió un bono de fin de año, el boleto estudiantil y blanquear la quincenita para quienes estén próximos a jubilarse, algo que ya hizo el Gobierno mediante una ley y que ahora está por reactivar con una prórroga, para que los estatales mantengan el 82 por ciento y la quincenita una vez que se jubilen. Su alianza Juntos por el Cambio apuesta a provincializar la elección, para evitar el peso que significa llevar a Mauricio Macri en la boleta. Quizá por eso también es que el candidato a diputado nacional, Felipe Alvarez, se mantiene alejado de la primera línea de campaña, sobre todo después de la ruptura de la alianza con Paredes Urquiza, a quien le debe su presencia en la lista macrista.
Quien más ganó la calle y con una fuerte presencia por el interior, es Luis Beder Herrera. El ex gobernador está dispuesto a provocarle dolores de cabeza a sus contendientes, apelando a su avezada astucia política. Primero se inmiscuye en todas las áreas de gobierno posible, en busca del voto estatal, como también camina los departamentos del interior, tratando de romper la hegemonía oficial. Así lo hizo al participar de un acto en Felipe Varela, donde posó al lado del intendente Yamil Sarruf, quien jura pertenencia al Frente con Todos, pero debió recibir al candidato. La vieja estrategia de dividir para reinar, es seguida a pies juntillas por Beder Herrera, a sabiendas de los celos que genera en el seno del Gobierno.
Su alianza recibió el primer revés esta semana, cuando uno de sus candidatos a diputado en Arauco, Gustavo Minuzzi, fue impugnado por el Tribunal Electoral tras una presentación de otros postulantes de ese departamento. Si bien existe una apelación presentada por el apoderado de la Alianza, los argumentos para excluirlo son sólidos y obedece a que fue declarado en rebeldía por la justicia, en el marco de una causa por defraudación que se le sigue al ex intendente aimogasteño. Pese a sus argumentos, Minuzzi no compareció para cumplir la requisitoria del juez actuante, pues su sola presentación en un Juzgado no hace caer su situación de rebeldía. El aspirante a una banca legislativa ya fue rechazado en la Cámara de Diputados, por los procesos judiciales en contra y ahora ni siquiera estaría en las boletas.
Otro que no la pasa bien, es el candidato a la reelección municipal de la capital, Alberto Paredes Urquiza, que en paralelo a su postulación debe lidiar con una gestión comunal que se cae a pedazos y que podría condenar sus aspiraciones. Esta semana afrontó una dura protesta de empleados del área de recolección de residuos y también debió acudir a auxilio provincial para poder afrontar el pago de los programas municipales de empleo. Esto vuelve a ser un dolor de cabeza para su administración, porque su alejamiento del macrismo provocó que se corte el financiamiento nacional, como así también sus constantes críticas a la gestión de Casas y su alianza con Beder Herrera, no lo dejan en una posición apta para negociar asistencia, mucho más en plena campaña.
Quien sí sacó a relucir el éxito de las medidas adoptadas para paliar la crisis económica reinante, fue Sergio Casas, a través de la extensión de la operatoria conocida como “Te Súper Banco” que beneficia a los usuarios del Banco Rioja con un descuento del 50 por ciento en las compras de los supermercados locales.
La decisión de ampliar hasta diciembre el beneficio, obedeció a su rotundo éxito, que expresado en números significó que, desde su implementación, más de 45 mil riojanos se acogieron a la operatoria, generando ventas por 71 millones de pesos para el comercio.
Además, se anunció una nueva línea de créditos para las PyMEs riojanas, como una manera de coadyuvar a la situación de extrema dificultad que atraviesan, producto de las medidas anticompetitivas fijadas por la Nación. De esta manera, el gobierno de Casas acude en auxilio de los sectores vulnerables, no sólo de la producción, sino desde el consumo propiamente dicho, porque la inflación y los índices de desocupación anunciados esta semana, marcan que la crisis está lejos de superarse.