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Toxoplasmosis y Chagas: dos amenazas para el embarazo

Un diagnóstico temprano de los dos trastornos puede ser clave para evitar problemas de salud en los recién nacidos. Una experta repasó algunos aspectos claves para la prevención de esas patologías..



El control periódico del embarazo desde el primer trimestre ayuda a evitar muchos problemas para la mamá y el bebé, tanto en el momento del parto como en la continuidad de la gestación. El examen compete si ya se han tenido otros hijos, dado que cada embarazo es único. Estas medidas cobran especial importancia ante la necesidad de descartar o anticiparse a la presencia de dos infecciones silentes como la toxoplasmosis y el Chagas.
 
Toxoplasmosis
 
Esta infección que se transmite por el ingreso al organismo de un parásito, el protozoo Toxoplasma gondii. Apenas una de cada diez personas afectadas presenta síntomas de esta infección. "No es común que veamos a un adulto con un cuadro clínico que nos haga pensar en toxoplasmosis. No obstante, por ley, se debe pedir el estudio para confirmar o descartar esta infección durante el primer trimestre del embarazo", indicó la doctora Fabiana García, médica infectóloga y coordinadora del área de Infectología Perinatal de Stamboulian Servicios de Salud.
 
"De manera muy frecuente, la futura mamá se entera con el resultado de sus análisis que sus estudios dieron positivo para toxoplasmosis y esto presenta la inquietud de saber si se trata de una infección actual o pasada", agregó la profesional.
 
Lo ideal sería que cada mujer se someta al test antes de planificar concebir porque con un solo estudio se puede determinar si contrajo o no la enfermedad. Esta patología una vez padecida no se repite. Se trata de una infección -que suele no dar síntomas- que se tiene una sola vez en la vida. Cuando la paciente llega a la consulta con sus resultados, por lo general, se debe hacer varias determinaciones en un laboratorio especializado y, en la mayoría de los casos, "confirmamos que la infección es previa y esto no trae riesgo para el bebé", puntualizó la experta.
 
A pesar de que la toxoplasmosis es una infección en general benigna y asintomática, es importante conocer la situación serológica porque si padeció la infección en el pasado es como si estuviera vacunada y no deberá repetir el análisis nunca más durante su vida fértil. Pero, ¿qué pasa cuando una mujer luego de realizarse el test obtiene un resultado negativo?
 
Precauciones
 
En caso de un análisis negativa, se teme por la susceptibilidad de la paciente. Entonces, será muy importante explicarle cómo debe manejarse para evitar la infección durante el embarazo.
 
Esta infección se puede adquirir, fundamentalmente por vía alimentaria a través del consumo de carnes que no fueron bien cocidas o de verduras mal lavadas. También puede estar vinculada al contacto con la tierra por realizar tareas de jardinería o por contacto con mascotas, en especial las excretas de los gatos si no usa guantes para su manipulación. Si bien es cierto que no hay vacuna para prevenir la toxoplasmosis, hay una serie de medidas que permiten a la futura mamá eludir esta infección durante todo el embarazo.
 
Las recomendaciones son: comer carne bien cocida, evitar comer huevos crudos y leche no pasteurizada, lavar bien los vegetales y comer las frutas sin cáscara, no establecer contacto en forma directa con carne cruda, tierra y hortalizas, utilizar guantes para manipular dichos elementos y rehusarse al contacto con excreciones de gatos y lavar su lugar de defecación con agua hirviendo.
 
Cuándo repetir el estudio
 
Para aquellas mujeres que no presentaron anticuerpos contra esta infección será necesario repetir el estudio una vez por cada trimestre del embarazo. "Así lo recomiendan la mayoría de las sociedades científicas y es lo que se adapta a nuestra realidad. Entonces, es muy importante que la primera determinación se realice de manera precoz al inicio del embarazo y luego se repita una vez por trimestre", indicó la experta.
 
Cuando hay infección
 
Si los resultados del estudio confirman una infección aguda en curso, existe la posibilidad de que la toxoplasmosis se transmita al feto. La placenta es una barrera que brinda diferentes niveles de protección según el trimestre del embarazo: en el primero, el riesgo de infección es del 15%; en el segundo, del 30%; y, en el tercero, del 60%.
 
Cuando se presentan estos casos de infecciones adquiridas durante el embarazo hay tratamientos que contribuyen a minimizar los riesgos para la salud del bebé. "Existen antiparasitarios que se concentran en la placenta y en el bebé. Estos fármacos se le administran a la mamá y, de esta manera, se evita lo que sería la enfermedad más severa para el bebé", detalló la doctora García. Mientras tanto, se hace un seguimiento ecográfico y se estudia al lactante cuando nace. "Existe un tratamiento y, por eso, es importante señalar que cuanto más precoz se haga el diagnóstico y se indique la medicación, más efectivo será el resultado", agregó.
 
Chagas
 
En la Argentina, cerca de un millón y medio de personas padecen la enfermedad de Chagas. Esta infección, causada por el ingreso al organismo del parásito Trypanosoma Cruzi, muchas veces puede no ser tomada en consideración por las personas que viven en la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, se estima que en el país, entre el 7 y el 9 % de las mujeres en edad fértil son portadoras crónicas de chagas. No tienen síntomas y su diagnóstico se confirma por estudios de anticuerpos específicos.
 
En el primer control prenatal se le debe hacer un estudio de anticuerpos por dos técnicas diferentes para chagas haya vivido o no en áreas de riesgo. "Muchas veces durante la consulta con el especialista, al indagar los antecedentes se determina que la madre de la paciente vivió en un área endémica, en la que pudo haber adquirido esta enfermedad que no da síntomas y sin saberlo haber contagiado a su hija que ahora está cursando su embarazo. Este tipo de controles también se llevan adelante por ley nacional en todo el país y se deben pedir en el primer trimestre de gestación", puntualizó la profesional.
 
Aunque la frecuencia de contagio a través de la placenta es baja, si se confirma que la futura mamá es portadora de Chagas, en cada embarazo, es clave realizar un estudio que permite confirmar si el bebé fue infectado. Cuando el diagnóstico resulta positivo, se le otorga al recién nacido durante dos meses una medicación especial que tiene un altísimo éxito terapéutico.
 
Es importante tener presente que este tipo de estudios serológicos son necesarios vivan o no en áreas endémicas, porque permitirán lograr que el niño nazca sin problemas y si nace infectado, se lo pueda tratar.