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El joven que enfrentó las miradas ofensivas y dolorosas de una sociedad

Leo Grabauska reveló cómo superó las miradas ofensivas de una sociedad que aún no logra entender el término igualdad. Asimismo resaltó como importante el apoyo de su familia cuando les contó de su homosexualidad..



Es preocupante, en pleno siglo XXI, seguir hablando de los prejuicios que tiene la sociedad sobre las personas gay, que es una manera de designar a las personas homosexuales, los estereotipos, la discriminación y la homofobia están alrededor del mundo acechando a estas personas que tienen los mismos derechos que todos y que sólo buscan ser feliz.

Cabe recordar que desde el 15 de julio de 2010, en nuestro país, se permiten los matrimonios entre personas del mismo sexo, como una forma de reconocer este derecho a toda persona que viva en territorio nacional y con el fin de lograr la igualdad jurídica y social, pero a pesar de todo lo que se hace, la comunidad sigue con una mirada cruel y discriminatoria que causa dolor y tristeza.

En esta nueva entrega de “Historias de Vida”, producciones 395i de Medios El Independiente, conocemos a Leo Grabauska quien nació en Quines, provincia de San Luis, tiene 27 años, estudia medicina y trabaja en un centro de estética en la capital riojana. Y, en está oportunidad, cuenta cómo fue aceptarse a sí mismo y en qué momento les contó a sus seres queridos que era homosexual.

En primer lugar y con mucha simpatía reflexionó que “a mi me encanta que la gente entienda y sepa de que todos somos iguales, aunque siempre está esa necesidad de etiqueta, y muchas veces cuesta que entiendan, muchas veces lo hacen de una manera obligada o relajada”.

Con mucha seguridad compartió que “yo soy gay desde que nací” y siempre está esa necesidad de comunicarlo y contárselos a sus padres fue muy importante porque “ellos necesitaban saberlo y yo necesitaban que ellos lo sepan, para cuidarlos a ellos y cuidarme yo, porque para mí es muy importante lograr el acompañamiento”. Asimismo comentó que siempre supo quien era “yo siempre fui igual, me mantuve y tuve algunas liberaciones, yo se lo dije a mi mamá cuando tenía 21 años”.

En cuanto a discriminación relató que “tuve en algunas situaciones donde me sentí discriminado o atacado por mi sexualidad, pero yo creo que lo afronte por otro lado, no respondiendo con la misma violencia y sobre todo tratando de que no me afecte”. En este sentido resaltó la importancia del apoyo de la familia “porque tener padres que son pilares, donde uno se puede asentar, aunque no se los hayas dicho, porque el padre y la madre siempre saben lo que su hijo es o lo presienten” todo es más fácil de superar.

 “El comentario al pasar, las miradas que muchas veces son ofensivas, así sean simples miradas son muy dolorosas, pero esto no se trata de frenarse sino de continuar dejar esas miradas atrás y que sólo sean miradas” y para eso “cuando uno está estable y sabe lo que es, muy importante que se sepa no para el público sino para uno mismo, eso te da seguridad para avanzar ante esas miradas y comentarios que todo el tiempo están” dijo Leo.

Para concluir confesó que al principio se enojaba cuando las personas no lo entendían o no lo aceptaban como era “pero después entendí que la gente no entiende todo, y siempre con respeto hay que buscarle la vuelta para conversar” agregó también que “me encanta que la gente se divierta y se ría, no de mí sino conmigo. Todo se trata de explicar y enseñar, no de violentar y agredirse”.