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Varices: las mejores formas de prevención

Afección para muchos vergonzante, se dispara post embarazo, por problemas de peso o sedentarismo. Sin embargo, existen respuestas posibles para reducirlas siempre y cuando se intente resolver en serio. Alimentación sana y actividad física forman parte de una mejoría eficaz..



Una de las afecciones más comunes y menos deseadas que se evidencian durante el embarazo es la aparición de várices. Ya desde el primer trimestre, se origina una producción hormonal intensa de estrógenos y progesterona que causa la dilatación de las venas. A lo que se suma, en el último trimestre, otro factor asociado: el aumento de la presión intraabdominal. La pregunta inevitable es ¿qué se puede hacer para afrontarlas?
 
Antes: “Lo mejor es prevenir antes del embarazo para entrar en la gestación en las mejores condiciones posibles”, señala el médico flebólogo e investigador Gramajo Booth, creador del método de Flebología Restaurativa. Es por ello que brinda cuatro sencillos consejos para incorporar a la rutina de quienes ya estén pensando en tener hijos:
 
Mantener una alimentación equilibrada resulta fundamental para controlar el peso y evitar el estreñimiento. La fórmula es llevar una dieta baja en calorías y alta en fibras. Dos tips muy importantes: priorizar el consumo de frutas y verduras y beber de dos a tres litros de agua por día.
 
A veces sucede que la actividad laboral que desarrollamos nos obliga a pasar mucho tiempo paradas o sentadas. Aquí lo fundamental es evitar permanecer más de una hora quieta en la misma postura. En la medida de lo posible, pasado ese lapso de tiempo, se debe movilizar las piernas dando breves paseos.
 
La utilización de medias de descanso es una excelente opción. Se consiguen en la mayoría de las farmacias y ofrecen una compresión totalmente adecuada.
 
Hacer ejercicios que fortalezcan la musculatura de las piernas y favorezcan la circulación de retorno. A no alarmarse: con una simple caminata diaria durante media hora ya es suficiente. Otras opciones, para quienes gusten, son hacer gimnasia, andar en bicicleta o nadar.
 
Durante: atendiendo a los cuidados propios de esta etapa y sin necesidad de esfuerzos, toda embarazada puede poner en práctica otros cuatro tips:
 
Ya hablamos de la incidencia de los kilos de más. Es entonces muy importante seguir manteniendo una dieta saludable para que el aumento de peso de cada mes sea el apropiado.
 
Continuar movilizando las piernas cada una hora. En casa o en el trabajo estar totalmente pendientes de que eso ocurra.
 
Recostarse y elevar las piernas durante cinco minutos cada una o dos horas. El ángulo ideal para esta posición de descanso es de 45º.
 
Fundamental: en la medida de lo posible, es conveniente no trabajar hasta último momento.
 
Después: lo más importante es saber que luego del parto las várices pueden llegar a reducirse y hasta desaparecer completamente en algunas mujeres. Esto sucede porque después de dar a luz, se pierde la carga de hormonas en sangre y el equilibrio vuelve a restituirse paulatinamente.
 
En caso de que permanezcan, a partir del segundo mes después del parto se puede comenzar un tratamiento pero esto depende de la evaluación de cada paciente porque, como mencionamos, hay un proceso de “vuelta a la normalidad” que puede mejorar mucho el cuadro si éste es leve.
 
“Ahora bien, si no llegaran a desaparecer, hay métodos que permiten tonificar y recuperar esas venas sin necesidad de esclerosarlas o eliminarlas. La Fleboterapia Restaurativa, por ejemplo, es un tratamiento mínimamente invasivo que se originó en Europa” explica el Dr. Gramajo Booth que perfeccionó el método a través de las investigaciones. Mientras los procedimientos tradicionales anulan la vena, este novedoso tratamiento introduce en la luz del vaso una sustancia natural que repara la pared del mismo y permite que la sangre fluya normalmente.
 
Sus resultados son rápidamente visibles: la recuperación de las venas se percibe a simple vista luego de cada aplicación y, lo más importante, los síntomas de malestar comienzan a desaparecer.