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Celíacos: vivir alertas y saludables

Tanto niños, hombres, como mujeres -en su mayoría- pueden ser víctimas de esta enfermedad crónica intestinal. La concientización en la Argentina permitió un mejor control. Sin embargo, una precisa alimentación y adecuados medicamentos resultan indispensables para mantener este mal a raya y no pasar sobresaltos..



 
Hoy la celiaquía es la enfermedad crónica intestinal más frecuente en Argentina: se estima que alrededor de 400.000 personas pueden ser celíacas y cada vez son más quienes llegan al diagnóstico. En los niños, según estudios oficiales, la prevalencia es aún mayor, 1 de cada 79 puede ser celíaco. Si bien es cada vez más común que personas adultas lleguen al diagnóstico, por cada celíaco, hay 8 que todavía no lo saben.
 
La gran difusión que tiene la celiaquía en la actualidad permitió que la sociedad esté más alerta e informada sobre esta enfermedad, lo que posibilita que cada vez más personas lleguen a un diagnóstico certero cada año y mejoren su calidad de vida. La celiaquía es la intolerancia permanente al gluten, conjunto de proteínas presentes en el trigo, avena, cebada y centeno (TACC) y productos derivados de esos cuatro cereales.
 
“El diagnóstico puede confirmarse en cualquier momento de la vida, desde la lactancia hasta la adultez y tienen mayor predisposición de ser celíacas las personas con algún antecedente familiar que ya padezca esta intolerancia”, aseguran desde la Asociación Celíaca Argentina en el marco de la sexta edición de la ExpoCelíaca que comenzó ayer y finalizará hoy en el Centro Costa Salguero.
 
Está comprobado que la incidencia es mayor en mujeres que en varones y, al existir predisposición genética a padecerla, cuando un paciente confirma ese diagnóstico, se suele indagar en el resto de los miembros de su grupo familiar. Entonces, lo que sigue a un diagnóstico de celiaquía, es una modificación en el tipo de consumo en el hogar.
 
Al respecto, Silvia Vera Tapia, presidente de la Asociación Argentina, aseguró que “con referencia al consumo en el hogar, muchas veces los familiares tienden a consumir también alimentos libres de gluten, no solo para acompañar, sino por precaución para evitar la contaminación cruzada”.
 
Por otro lado, no sólo resulta vital prestar atención a la alimentación, sino también a los medicamentos ya que dentro de sus excipientes pueden contener gluten. Es muy importante también tener en cuenta que algunos productos de higiene y cuidado corporal que contengan gluten, pueden generar algún tipo de reacción en la piel de las personas celíacas.
 
Es en este caso donde se aconseja evitar el uso de este tipo de productos que contengan TACC en su composición. Cada vez son más las empresas que voluntariamente deciden informar que sus productos de higiene y cuidado corporal, bucal o cosméticos, son libres de gluten y pueden ser utilizados por las personas celíacas.
 
El desarrollo de las líneas cosméticas sin TACC constituyen un avance importante para mejorar la calidad de vida de los celíacos porque, si bien estos productos no penetran más allá de la dermis y no llegan a la corriente sanguínea, las investigaciones han demostrado que las personas celíacas suelen ser más proclives a desarrollar reacciones alérgicas o dermatitis de contacto.
 
Los síntomas de la celiaquía son muy variados y no siempre se los asocia directamente con la enfermedad. Además de los síntomas típicos (diarrea crónica, la distensión abdominal, pérdida de peso y desnutrición) que son más frecuentes en los niños, existen otros que también pueden dar indicio de la enfermedad, como son anemias sin otra causa, talla baja, trastornos de esmalte dental, aftas recurrentes, dermatitis herpetiforme, entre otras.
 
Por eso, cuando la enfermedad celíaca no es tratada a tiempo, puede derivar en complicaciones como osteoporosis, anemia, linfoma intestinal, déficit de crecimiento y abortos espontáneos recurrentes. Por eso, el diagnóstico precoz es clave para asegurar un tratamiento oportuno, aseguran los profesionales. A tener en cuenta; si un miembro de la familia es celíaco, los familiares de primer grado (padres, hermanos, hijos) tienen mayor predisposición a padecer la enfermedad. Por eso se aconseja consultar al médico para realizarse los análisis correspondientes. En este grupo, la prevalencia oscila entre el 5 al 15% y la enfermedad puede permanecer de forma asintomática.