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Analía Yoma: "las personas que somos víctimas de abusos nos convertimos en sobrevivientes"

Historias de Vida entrevistó a Analía Yoma, licenciada en Comunicación Social, periodista y docente, desde esos roles trabaja para erradicar la violencia de género, de la que fue víctima con apenas 21 años. En la actualidad también integra la Red de Sobrevivientes Víctimas de Violencia de Género, que brinda contención legal, psicológica y trabaja para desnaturalizar el lenguaje sexista..



Analía, fue distinguida el 31 de agosto, último, en el Congreso de la Nación con el galardón "Evita Compañera", en reconocimiento a su labor y gestión en obras de bien o tareas comunitarias, defensora de los derechos de la mujer y luchadora por la igualdad de género.

Antes de nada, la periodista comentó que su lucha comenzó "a raíz de una situación sumamente dolorosa para mí, yo fui víctima de violencia de género, yo sufrí una violación, y estuve muy cerca de la muerte". Expresó que es difícil hablar “en un momento así cuando uno siempre estuvo del otro lado, cuando es periodista”. 

Con valentía contó que lo sucedido aquel día, con 21 años, solo lo ha contado un par de veces a su círculo íntimo de personas, agregando que “la verdad siempre conté sin vergüenza lo que me había pasado, cuando salí ese día del campo que había estado, lo único que tenía en la conciencia era que tenía que hacer la denuncia y que nunca debía dudar de eso, y nunca dudé”.

Luego de vivir un proceso doloroso y sentirse revictimizada, en las revisaciones médicas y frente al poder judicial. Analía llevó a juicio a su agresor y logró su condena, en ese momento “entendí que eso servía como una parte o una reconstrucción de lo que es el duelo de estas situaciones, porque las personas que somos víctimas de abuso nos convertimos en sobrevivientes, y estoy convencida que además del tratamiento y la contención que uno puede recibir, también tiene que fijarse qué le pasa con el corazón, no es una tarea menor y te puede llevar toda la vida, en este sentido yo me siento privilegiada porque puedo contar esta historia, porque encontré en la comunicación y el periodismo un lugar de transcendencia a este dolor”.

Compartió que cuando supo que quería trabajar desde este lugar pensó “que no lo podía hacer desde la autoreferencialidad, no del lugar de la víctima porque no estaba preparada para hacerlo. Entonces empecé a estudiar, a indagar, me empecé a sentir identificada con cierto valores ligados a las problemáticas de mujeres, que no sólo tienen que ver con violencia de género sino con otras cuestiones también. Y de pronto pude llevar a trabajar desde la sociedad civil, entonces se me iba allanando un poco el camino de lo que yo quería  hacer, recién este año después de mucho tiempo de pensarlo, pensé que era el momento de testimonear”.

Recordó que en una charla por el Día Internacional de la Mujer que organizó AMP, fue el momento propicio “para decirle a otras mujeres, que yo había sido víctima de violencia de género pero que estaba aquí parada y que se puede hacerlo, que se puede reconstruir desde el lugar que uno elija”. Resaltó que “es una situación de la que se puede salir a partir de la denuncia, de la visibilización y ahora desde el trabajo en red”.

En este sentido, reflexionó “yo podría haber elegido no contarlo, no decirlo y no trabajarlo, que sólo haya quedado en un sentencia judicial  y que a partir de ahí yo sienta que una historia estaba cerrada. La verdad es que se me presentaron las oportunidades para poder trabajarlo y yo me puse a disposición de eso, así como mi cuerpo estuvo expuesto a la violencia decidí que mi cuerpo reconstruido de otro lugar, podía estar a disposición de entender y escuchar a otras mujeres y decir que desde lo colectivo se puede transformar, desde la perseverancia, la valentía  y la fuerza”.

Asimismo detalló que “como sociedad debemos desarrollar la empatía, de podernos poner en el lugar del otro y que sume en esto, el feminismo no es una cuestión de mujer que creemos en la reivindicación de derechos, creo que es una lucha de hombres y mujeres que debemos generar un espacio de igualdad para tener una sociedad más digna para vivir, para las generaciones que vienen y también para  las que hoy están y han sufrido violencia”.

Con respecto a esto dijo que si bien hay cosas que han cambiado “el problema es que hay cuestiones culturales que van desde el lenguaje hasta la aplicación del derecho, una amplitud de un sistema patriarcal que todavía se aplica, donde la mujer sigue quedando en desigualdad de condiciones. Hay que trabajar duramente desde el punto de vista institucional,  que no se puede ejercer violencia porque hay un Estado de derecho que tiene que cumplir con sus obligaciones y una de esas es resguardar la vida de todos los ciudadanos en el marco de la regulación vigente y de los pactos internacionales”.