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El pasado oculto de Claudio María Domínguez vinculado con el cine erótico

El periodista es un símbolo de la espiritualidad y la autoayuda, pero en los 80 se ganó la vida gracias al cine..



Todos conocen el presente de Claudio María Domínguez y asocian su actividad a cuestiones vinculadas con la autoayuda y la espiritualidad, pero muy pocos saben que el periodista fue durante años un hábil titulador de películas extranjeras para el país.
 
Con el advenimiento de la democracia, a comienzos de los años 80 llegaron a país decenas de cintas que antes era prohibidas por la Junta Militar.
 
Dentro de ese negocio de distribuidor de cine, Claudio María Domínguez encontró un puesto ideal para él: retitulador de nombres.
 
Muchas veces uno se pregunta por qué algunas películas tienen nombres en español que poco tienen que ver los con los originales, por ejemplo Mi pobre angelito (en inglés Home alone) o La gran estafa (Ocean Eleven). 
 
Fue justamente ese trabajo el que hizo (y muy bien) Claudio María Domínguez quien tomó películas cuyos títulos dejaban pocas dudas y los reemplazó por otros más “picantes” de modo que los espectadores tuviera más ganas de ir al cine.
 
Pero no sólo películas eróticas retitulaba este personaje del marketing también hizo su magia con el clásico de Francis Ford Coppola, Rumble Fish que fue retitulada como La ley de la calle.
 
Su caso paradigmático fue el de Julie Darling, una película grabada en Alemania del Este y que con mucha picardía Claudio María Domínguez la hizo llamar Déjala morir adentro. Ese título, sumado al aviso de que el filme era para mayores de 18 generó tal expectativa que la película fue un éxito de taquilla sólo explicable por el artilugio del retitulo.