Diario El Independiente || Edición Digital
Skip to main content

Tensiones entre el Ministerio de Defensa y la Armada

Generó malestar en el entorno de Aguad que no le hayan notificado al ministro los detalles de los problemas que tuvo el submarino ARA San Juan..



Las fallas en la comunicación no afectaron sólo al submarino ARA San Juan . A medida que transcurren las horas, sin los resultados esperados en la búsqueda y el rescate, se perciben tensiones entre el Ministerio de Defensa y la Armada.

"No fue lo mejor que nos hayamos enterado por los medios de la desaparición del submarino", confió a LA NACION una fuente cercana al ministro de Defensa, Oscar Aguad , quien se enteró de la situación de emergencia del ARA San Juan durante una visita a Canadá, que tuvo que interrumpir abruptamente.

Cerca del ministro lamentan, también, que las autoridades navales no le hayan anticipado la novedad de que el submarino había reportado una avería en el sistema de baterías. "Sólo recibimos el radiograma de la última comunicación, en la que se informaba que el ARA San Juan navegaba rumbo a Mar del Plata sin novedades", advirtió una fuente oficial.

Otra discordancia fue la revelación de los intentos de llamadas que se recibieron el sábado en distintas unidades de la Armada y que se atribuyeron inicialmente al submarino desaparecido. "Se lo informaron primero a los familiares y después al ministro, quien tuvo que reforzar el carácter potencial de la información", confió una fuente ministerial.

En ese contexto, en el que comienzan a asomar signos de desconfianza, se dio hoy la visita de Mauricio Macri al edificio Libertad, sede de la Armada. El Presidente fue recibido por los jefes de las tres fuerzas y, probablemente consciente de algunas interferencias, pidió a la máxima autoridad naval "no ocultar nada". Además, alentó a las tres fuerzas trabajar en conjunto, si bien es la Armada la que concentra la organización de las operaciones de búsqueda y rescate..

En un operativo de dimensiones inéditas, en el que participan aeronaves, helicópteros y buques de nueve países, la Fuerza Aérea sólo aporta un Hércules C-130, a la espera de otros requerimientos.

Antes del imprevisto del submarino, la Armada y la Fuerza Aérea habían relativizado públicamente una disputa interna por los cinco cazabombarderos Super Étendard modernizados, comprados por la Argentina a Francia. Mientras fuentes de la Fuerza Aérea indicaron a LA NACION que no iban a poner reparos a que los aviones fueran destinados a la Armada, fuentes cercanas a Aguad aseguraron en ese momento que "habrá una sola Fuerza Aérea".

La diputada Elisa Carrió lamentó también esta noche las condiciones en que se desenvuelven las Fuerzas Armadas. Denunció "el grave estado de abandono" en el que se encuentran y dijo que para muchas tareas "no están preparadas".

El despliegue de las unidades dio lugar a algunas curiosidades, como la del buque polar británico HMS Protector, enviado por la Royal Navy para sumarse a la campaña internacional de rescate. En marzo pasado, el gobierno argentino, a través de la Cancillería, le había negado al mismo buque autorización para atracar en el puerto de Buenos Aires, que venía realizando actividades marítimas científicas y logísticas.

El gobierno británico había formalizado el pedido, como una suerte de devolución de gentilezas, luego de que su país había recibido a la Fragata Libertad, en julio de 2016, en el puerto de Liverpool, por primera vez después de 15 años. La explicación de la Cancillería argentina fue que no había tiempo para preparar la visita.