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Tras cinco años de audiencias termina el juicio ESMA III

El juicio abarca 789 víctimas y hay 54 acusados. Revisó por primera vez la mecánica y responsabilidades de los vuelos de la muerte. Testigos y sobrevivientes valoran lo hecho, aunque los trascendidos del tribunal indican que las sentencias no serán ejemplares. Las expectativas en la voz de tres sobrevivientes Miriam Lewin, Adriana Suzal y Alfredo Ayala,.



Pasaron cinco años desde el comienzo del juicio ESMA III. Murieron 14 de los 68 acusados, la Corte Suprema de Justicia falló a favor del 2x1 y aquel presidente del TOF hoy integra la Cámara Federal que liberó a ocho policías hace poco más de una semana con criterios que parecen enmascarar el regreso de la obediencia debida. La sentencia se conocerá hoy a partir de las 14.  Sobrevivientes, familiares y organismos de derechos humanos concentrarán en las puertas de los tribunales federales para esperar el veredicto. Se trata el juicio más importante de la historia del país por el número de 789 víctimas, por el número de 54 imputados y por las dimensiones de los crímenes en juego. La ESMA III analizó el funcionamiento del centro clandestino de la Armada durante todo el período represivo 1976-1983 y revisó por primera vez mecánica y responsabilidades de los vuelos de la muerte con una reconstrucción sin precedentes de la burocracia de la Armada destinada al abastecimiento de aeronaves y tripulantes para el exterminio. También revisó el rol de los medios de comunicación que contribuyeron a construir la figura del enemigo interno, al describir a las víctimas como "subversivas" o "extremistas terroristas" o muertas en enfrentamientos fraguados. Por este aspecto, la fiscalía pidió que la sentencia incluya pedidos de rectificación a los medios gráficos como parte del derecho a la reparación y verdad de las víctimas. La fiscalía pidió perpetuas para 52 de los 54 acusados y aunque lo que suceda hoy es una incógnita, sobrevivientes y familiares y organismos de derechos humanos capitalizan los enormes aportes del juicio.

Entre los 54 imputados que escucharán la sentencia hay caras conocidas como el Tigre Acosta, Ricardo Cavallo y Alfredo Astiz, que volvió a zarandear a la sala con sus últimas palabras cuando reivindicó el exterminio con un discurso ahora aggiornado con los mapuches. Pero hay otras cara nada conocidas fuera del centro clandestino: 38 de los 54 acusados escucharán una sentencia por primera vez. Gran parte de ellos formó parte de los grupos operativos de la ESMA que actuaron desde fines de 1978, el momento de pérdida de poder del Grupo de Tareas de Jacinto Chamorro y del Tigre Acosta, cuando el centro clandestino quedó bajo el control de la Jefatura de Inteligencia Naval y del Servicio de Inteligencia Naval (JEIN). La reconstrucción de ese segundo momento de la ESMA con su estructura, objetivos y operaciones también fue parte de los aportes del juicio: 23 de los 54 imputados formaron parte del JEIN. Es el momento que con gran parte de las organizaciones desarticuladas se crea el Centro Piloto de París como órgano de propaganda política y de infiltración sobre grupos de exiliados y en el que se prioriza la inteligencia y los secuestros fuera del país. Y el tercer grupo de acusados son 5 de los 54, imputados por los vuelos de la muerte. El Ministerio Público Fiscal logró reconstruir en el debate la arquitectura burocrática que proveyó de aviones y de tripulantes a los traslados a partir de análisis de documentación del ministerio de Defensa y el de Seguridad. Esa articulación mostró el rol del Comando de Operaciones Navales en la cúspide de la estructura de la Armada, que se encargó de la provisión y distribución de aviones, barcos y soldados. El juicio mostró que los aviones y helicópteros que se usaron dependían de dos estructuras: la División de Aviación de Prefectura (DAVI), con los Skyvan, y el Comando de Aviación Naval de la Armada (COAN), con los Electra, DC3 y las escuadrillas de helicópteros. Allí revistaban los cinco imputados del juicio: Julio Poch, Emir Sisul Hess y Ricardo Ormello (COAN) y Mario Daniel Arrú y Alejandro Domingo D'Agostino (DAVI).