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Pesar por la muerte del artista riojano Pablo Dünkel

El 17 de noviembre último falleció uno de los más versátiles artistas riojanos de las nuevas generaciones. Se trata de Pablo Dünkel que desarrolló una más que interesante carrera en la danza y en las artes visuales. Integró el grupo de danza teatro CiteArte con el que recorrió el país mientras se abocó a la curaduría y diseño de exposiciones en la Secretaría de Cultura. Trabajaba en lo que sería una exposición de sus dibujos..



Debido a una enfermedad hepática crónica falleció a los 40 años de edad el artista Pablo Dünkel. Tuvo una intensa actividad en distintas disciplinas artísticas. El Independiente Digital dialogó con quienes compartieron su paso por el arte y lo recuerdan detallista, y siempre inquieto y comprometido.

“En la Secretaría de Cultura trabajó como curador. Era su rol en la Coordinación de Artes Visuales”, explicó la responsable de dicha área Luciana Gómez. “No solo era curador, sino que hacía escenografía, los stands de la Feria del Libro, pero su mayor trabajo era como curador. Estudio en el Profesorado de Arte y algunos años en la Licenciatura de Artes Plásticas en la UNLaR. En 2009 comenzó en la Coordinación de Artes Visuales, se capacitó y logró hacer toda una formación en lo que es curaduría y diseño de montaje. Hicimos contacto con Fernando Brizuela que era montajista del MALBA, que sabe muchísimo de diseño de montaje de exposiciones. Pablo se capacitó con él y después viajó a Buenos Aires y hasta participó en el diseño de montaje de una muestra en el MALBA”.

Cabe mencionar que la curaduría es el trabajo previo que se hace con los artistas mientras que el diseño de montaje de exposiciones tiene que ver con la relación de las obras entre sí y con el espacio donde va a ser expuesta.

“Pablo aportó muchísimo como artista porque él no era una persona que venía y cumplía su horario. Estaba muy comprometido con su trabajo, le interesaba capacitarse y siempre estuvo aportando a la actividad de la Sala de Exposiciones. Tenía mucha iniciativa para hacer su laburo, proponía, cosas, era super inquieto. Pablo estaba a cargo del depósito con todo lo que es el mobiliario de la Secretaría de Cultura y tenía muchas pilas”, relató Gómez mientras que sobre su aporte a las artes visuales dijo “Conocí parte de sus esculturas y los dibujos más que las pinturas. Se destacaba en eso y más en el dibujo de los bocetos para las esculturas que es lo que yo más conocí. Era escultor en técnicas como chapa batida, soldaduras, no tanto incrustación de elementos. Sus temas eran variados. No tenía uno en particular. En los últimos bocetos que vi estaba siempre presente la figura humana. Hizo una escultura muy interesante que estuvo en una Feria del Libro de 2008 que es una gárgola de chapa batida y de ahí mucha representación de figura humana en escultura y en dibujo. También trabajó muchos años en el CineMóvil viajando por los departamentos de la provincia donde daba un taller para chicos con pinturas de pasacalle, murales en tela con aerosol y pintura, todo eso hizo varios años. En la coordinación el trabajo que hizo fue excelente, Pablo era muy perfeccionista con la distancia entre las obras, las alturas, la relación entre cada una de las obras. No es un trabajo sencillo el que hacía”.

Dünkel se encontraba preparando la que sería una exposición de sus dibujos “El me pidió que le haga la curaduría de una muestra de dibujos que estaba preparando que eran más que nada bocetos escultóricos, y estábamos preparando esa exposición. Quedó ahí. Trajo un montón de cosas, las vimos, seleccioné algo y era como la última muestra que quería hacer después de años que no producía. Son bocetos a lápiz y en tinta china. Solo dibujos que iban a ser acompañados por algunas esculturas chicas que estaba trabajando con hierro y chapa soldada. Pablo hizo una carrera artística muy interesante y se abocó a lo que era la curaduría y diseño de exposición. Siempre formándose y actualizándose. Siempre proponía. Si venía un artista a exponer a la Secretaría, eran las propuestas de él en base al diseño que trabajaba con los artistas y conmigo. Fue un gran aporte el suyo a la Secretaría, trabajó muchísimo. Cuando se armó el Paseo Cultural trabajó en las primeras muestras que se hicieron ahí, y en todas las muestras de la Feria del Libro. Hubo un año que hizo una escenografía para una edición de la Chaya, con bombos, cajas chayeras, guitarras para el escenario. Un tipo muy activo. Le gustaba muchísimo el arte y lo que hacía”.

Su arte en la música

Otro de sus aportes artísticos a La Rioja es un mural que realizó en el barrio Alta Rioja. Según el relato del músico y director de la Orquesta Comunitaria Enrique Angelelli, Monchi Navarro, “lo que nos vinculó artísticamente con Pablo fue un mural que habíamos visto, le hicimos unas fotos y lo usábamos como símbolo e imagen del grupo La Pacota porque nos parecía muy hermoso, como muchas de las cosas que hacía Pablo. Con el tiempo y averiguando nos enteramos que era de él, lo contactamos para pedirle autorización. Ahí se hizo un contacto, lo invitamos a las tocadas en vivo y establecimos una relación a través de ese mural que él había hecho y que sigue estando en el barrio Alta Rioja”.

Su paso por la danza teatro

Gladys Castagno y Bruno Van Assche son los responsables del estudio CiteArte, grupo que Dunkel integró y con el que recorrió el país. “Hablar de Pablo Gamaliel Enok Dünkel es hablar de un artista, de un creativo al que le gustaban los desafíos y que intentaba dar respuesta a las adversidades. Inició en la danza dentro de la disciplina folklórica, luego se acercó a la danza clásica y contemporánea. Le costaba mucho ya que no tenía un trabajo de flexibilidad dado la edad en la que comenzó y la exigencia que tiene el clásico y contemporáneo. Sin embargo, como era muy testarudo no daba el brazo a torcer, trabajaba duro, se enojaba cuando no lograba rápidamente las cosas o cuando le costaba coordinar, pero nunca renunciaba, aunque tuviera que quedarse y trabajar extra. Y se fueron dando logros. Terminó diciendo que si hubiese conocido antes la danza Clásica Contemporánea, hubiese sido bailarín”.

En ese sentido Van Assche y Castagno agregaron que “Para las dificultades técnicas que pudieran presentársele, Pablo tenía la inteligencia natural para resolverlas desde otro lugar, con una gran ductilidad interpretativa. En algunas de nuestras presentaciones con obras como Olimpia, Kubikiana y La Cama. Actores y bailarines profesionales remarcaban el valor interpretativo y su plasticidad de movimiento, asombrándose de sus pocos años de formación en danza contemporánea”.

“Tenía la capacidad de comprometerse con un proyecto y compartir la totalidad del mismo, desde aportar a la idea de la obra, hacer la utilería, agarrar agujas para coser o bordar trajes, concebir la escenografía y sortear todas las dificultades que pudiesen presentarse, desde la presupuestaria hasta enderezar hierros, soldar, clavar, etc. Podía estar en la concepción, realización, interpretación y demás aportando sus conocimientos desde la plástica, la herrería, la luminotecnia, etc. Así cuando integraba el Grupo CiteArte, pasaba de estar colaborando en el armado de la escenografía o subido a la escalera para la puesta de luces; para luego maquillarse, vestirse y participar como intérprete de las obras. Hemos compartido hermosas experiencias con Pablo dentro del Grupo, recorriendo el país desde Cachi al Perito Moreno, las Cataratas o el Teatro Cervantes. Lo vamos a extrañar siempre porque como dice Elodie era terco como ninguno, pero igual de leal”.