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Tobías Albarracín y la ilusión de un “feliz año nuevo” en Quilmes

Cada ciclo que comienza y termina, como cada año que se va; renueva las expectativas por lo que vendrá, y así lo vive hoy el central riojano Tobías Albarracín, quien espera sea este un feliz año 2018 en lo personal y para su nuevo equipo, Quilmes, con quien aspira lograr uno de los ascensos en el Nacional “B” de fútbol..



Como en cada diciembre, el receso por las fiestas de navidad y año nuevo, le permitió un breve tiempo de descanso y un momento con sus afectos.

Y como cada año, Tobías Albarracín, surgido en el Club Independiente, regresó a su ciudad para el reencuentro familiar, para recargar energías y pensar en lo que viene.

En su casa accedió a la charla con medios El Independiente, para hablar de lo que pasó, de su momento, de este presente con Quilmes y de lo que espera para el 2018.

“Todo bien por suerte, ahora aprovechamos estos poco días de vacaciones para disfrutar con toda mi familia y pensar en que será un año duro”, dijo para abrir la charla.

“Estoy conforme, porque la temporada fue muy buena y con la expectativa que el equipo debe mejorar este año”, dice y es una síntesis que confirma lo bien que está desde lo anímico y la confianza en lo que vendrá.

Incorporado a Quilmes desde el mes de agosto del año pasado, por pedido del técnico Humberto Zucarelli, en el elenco “cervecero” ha logrado ganarse un lugar en el once titular y jugó las 12 fechas en el campeonato del Nacional “B”

“El 3 de enero a las 17, tenemos que estar para la pretemporada y el 7 en Mar del Plata para encarar el trabajo físico de todo la segunda parte del torneo”.

“Estoy con muchas ilusiones y desafíos por delante, Quilmes es un club grande y se que va a ser una vidriera importante”. “Estar en Quilmes, se me dio porque conozco a Humberto Zuccarelli, cuando estuve en Misiones (lo dirigió en Guaraní Antonio Franco).

“El me habló antes que termine el campeonato con el equipo de Puerto Madryn, así que se como trabaja”.

“Hubo ofrecimientos de varios clubes y decidimos jugar en Quilmes, que significa además la primera vez de vivir en Buenos Aires con mi familia”.

“El año fue muy bueno para mi, las cosas me salieron bien y pude jugar toda la temporada y esa continuidad es importante para tomar confianza”.

Sin embargo, el rendimiento del equipo ha tenido altibajos y esto motivó la salida repentina de varios entrenadores, al respecto comentó

“En Quilmes a pesar que ya pasaron tres entrenadores, pude jugar los 12 partidos. Para este año, será mayor la exigencia para comenzar sumar, ya que el equipo está en mitad de tabla y sabemos que podemos estar mejor”.

Sobre lo que significó su anterior club y la experiencia por aquel ascenso que finalmente no se dio, expresó “Mi paso por Guillermo Brown de Puerto Madryn fue muy bueno, a pesar que al final tuvimos grandes problemas por lo económico. Tuvimos un lindo grupo, hicimos una gran campaña”.

“La familia de cada jugador sabe lo que nos toco pasar en el club, tuvimos problemas con los sueldos, las condiciones no eran las optimas en muchos aspectos, por ejemplo nos bañábamos con agua fría, cada uno se alimentaba en su casa, sobre todo en la pretemporada y ni hablar en los viajes”.

“En los últimos partidos se notó la parte sicológica y anímica del equipo, que pese a todo el esfuerzo que hicimos no se dio el ascenso”.

Sin embargo, todo aquello quedó atrás y su presente es Quilmes, un club con mucha historia y casi con obligación de ser protagonista y así lo asume “Ahora tengo otro desafió y espero dar lo mejor en mi, en esta nueva experiencia. Ojalá podamos alcanzar el objetivo”. concluyó.