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No hay evidencias que dispositivos de tabaco sin combustión sean menos tóxicos

Las estrategias para disminuir los daños causados por enfermedades relacionadas con el tabaquismo se centran en reducir la exposición a sustancias tóxicas y el suministro de nicotina. Actualmente se presentan dos alternativas para ello: el cigarrillo electrónico (CE) y un nuevo dispositivo promocionado para consumir tabaco sin combustión (TSC). Según la ANMAT, dado que la evidencia no está disponible, no es posible asegurar que estos dispositivos sean menos tóxicos que el cigarrillo tradicional..



Un informe publicado por la ANMAT, informa que el Cigarrillo Electrónico (CE) irrumpió en el mercado como una alternativa para dejar de fumar o reducir el consumo de tabaco, pero que sin embargo, hasta el momento, no existe evidencia científica para afirmar que los CEs sean efectivos para dejar de fumar ni sean seguros a largo plazo, en comparación con los tratamientos actuales aprobados para abandonar el hábito.

A nivel mundial, no obstante, el creciente consumo de CEs ha impulsado a las tabacaleras a rediseñar sus productos e intentar disminuir sus pérdidas en los mercados. Este es el caso de Philip Morris International (PMI) que presentó IQOS (I-Quit-Ordinary-Smoking), un dispositivo de tabaco sin combustión (DTSC) “sin humo, sin cenizas y menos olor”, cuya finalidad sería reducir los riesgos asociados al consumo de tabaco. Esta tabacalera es, por el momento, la única que lo fabrica.

Según el director científico de PMI, el DTSC, que fue anunciado como un “cigarrillo electrónico mejorado”, es una alternativa “menos dañina para los fumadores”. Este nuevo producto contiene tabaco molido y mezclado con glicerina vegetal y otras sustancias no reveladas, fijadas con fibras naturales de celulosa y goma guar para mantenerlo cohesionado. Lo que se pretende, según la tabacalera, es “un nuevo dispositivo que redujera los efectos nocivos del tabaco, para la salud de todo fumador que quisiera continuar disfrutando del tabaco y de la nicotina”.

Tecnología

Los DTSCs se componen de una unidad de calentamiento (compuesta por batería, software de control de calentamiento y lámina de calentamiento), los cigarrillos exclusivos (llamados Heets o HeatsSticks) y el dispositivo para realizar la carga de la batería.

Los cigarrillos, diseñados para ser insertados en la lámina de calentamiento, se parecen mucho a los cigarrillos tradicionales (CTs) pues contienen tabaco, papel y filtro y se fuman de manera similar; sin embargo, son descartables y más cortos. La lámina calienta el tabaco de 300° a 350° C, sin llegar a quemarlos, lo que evita la combustión (pirolisis) y, según afirma el fabricante, la liberación de los productos tóxicos. Además, no desprende humo sino vapor, lo cual los asemeja a los CEs. Sin embargo, éstos no utilizan tabaco y, en algunos casos, tampoco nicotina.

Los DTSCs contienen similitudes y diferencias con los CTs. Las concentraciones de tabaco y nicotina son similares entre ambos. Sin embargo, los cigarrillos específicos del DTSC presentan las siguientes particularidades: Contienen tabaco prensado empapado en propilenglicol y glicerina; necesitan de un dispositivo especial para calentar las unidades de tabaco, a fin de proporcionar temperaturas menores a 400 °C y así evitar la pirolisis (en los CTs se requieren 800°C); y liberarían menor cantidad de sustancias tóxicas que los CTs.

Según el director general de la tabacalera para España y Portugal, el “DTSC reduce en más del 90 por ciento los componentes negativos del CT”5, lo cual está en discusión.

Si bien los DTSCs son dispositivos electrónicos de aspecto y mecanismos de acción similares a los de los CEs, la diferencia radica en que estos últimos calientan un líquido que puede contener diferentes sustancias como propilenglicol, glicerina y nicotina, entre otras que se encuentran en el cartucho y que luego se convierten en vapor inhalado.

Situación internacional

Actualmente, esta marca de dispositivos se comercializa en Canadá, gran parte de la Comunidad Económica Europea (CEE), Nueva Zelanda, Rusia y Japón, entre otros países. En Latinoamérica, ya está disponible en Colombia.

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) considera que los dispositivos cuya finalidad sea la de dejar de fumar y que liberan o contienen nicotina son considerados medicamentos. Sin embargo, los DTSCs están sujetos a las mismas regulaciones que los cigarrillos comunes, pues su finalidad anunciada no es la de dejar de fumar sino reducir el efecto nocivo del cigarrillo.

En Estados Unidos, actualmente estos dispositivos no se encuentran aprobados. En el año 2016 la empresa presentó ante la Food and Drug Administration (FDA) la documentación necesaria para que el DTSC sea considerado como un producto regulado bajo su Programa de Productos de Tabaco de Riesgo Reducido. Para ello, deberá demostrar que el nuevo dispositivo “beneficiará la salud de la población como un todo, tanto a los usuarios de los productos de tabaco como a aquellos que no los usan”.

En nuestro país, el inciso a) del ARTICULO 4º de la Ley 26.687 establece que los productos elaborados con tabaco, que sean destinados a ser fumados, chupados, masticados, aspirados, inhalados o utilizados como rapé, se encuentran regulados por dicha normativa.

Advertencia 

Los ocho estudios, no publicados, conducidos por la tabacalera PMI, al decir de ésta “demostrarían que sus dispositivos reducirían la toxicidad, disminuirían los niveles de daños y potenciales daños químicos, y tendrían un impacto mínimo en pulmón o corazón. Al respecto, la ANMAT aclaró que dado que la evidencia no está disponible, no es posible asegurar que los dispositivos de tabaco sin combustión sean menos tóxicos que los cigarrillos tradicionales.  Por lo antes expuesto, “estaríamos en presencia de un nuevo dispositivo, que seguiría afectando a la salud” aunque, según el fabricante, “en un grado menor”.

De acuerdo a lo establecido en el principio 1 del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco y las intenciones de la Conferencia de las Partes11 (a la cual nuestro país adhirió en el año 2003), par la ANMAT “esta afirmación es rechazada rotundamente, pues no hay evidencia científica que demuestre la existencia de un nivel seguro de exposición al humo de tabaco ni un umbral de toxicidad. Además, recordó que el Comité Científico sobre valores Límite de Exposición Ocupacional (SCOEL) informó que, para los cancerígenos genotóxicos, no sería posible establecer un valor límite basado en efectos sobre la salud.

Por otra parte, a raíz de que estos dispositivos contienen tabaco, y que tanto su aspecto como ritual y experiencia sensorial resultan bastante parecidos a la de los cigarrillos comunes, los DTSCs “podrían constituir una nueva puerta de entrada a la adicción, especialmente en ex fumadores que sucumben ante la novedad y retoman el hábito”.

La Sociedad Española de Especialistas en Tabaquismo concluye que “estos mecanismos de venta de nicotina, sustancia altamente adictiva y tóxica, siguen siendo una manera sibilina de perpetuar un negocio, que provoca daños en la salud de las personas fumadoras y que tan solo persiguen lavar su imagen y continuar con su negocio”.