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Débora Pérez Volpin: Mi testimonio

La conocí a Débora hace casi diez años. Una tarde de invierno recibo su sorpresivo llamado. La noto fuera de cámara como una mujer culta, amable y educada..



Precisaba un turno cardiológico para su hijito de por aquel entonces diez años aproximadamente de edad. Quería la periodista Pérez Volpin atenderlo con el doctor Luis de la Fuente en el Instituto del Diagnóstico (IADT por sus siglas).

Guillermo Lobo que, por entonces solo hacía periodismo científico y médico en canal 13 y TN fue el puente y el nexo conmigo. Con Lobo he firmado alguna nota gráfica en La Rioja.

Le digo a Debora que no hay problema pero que sino era urgente esperara unos días ya que Luis estaba en (la meca científica que era y es) la Universidad de Stanford, California, como Profesor Visitante en la cátedra de Angioplastia Coronaria Experimental a cargo de Simon Stertzer (pionero en EE.UU de la angioplastia coronaria) y que el médico riojano los iba a atender sin problemas.

Ahí me dije a mi mismo dos cosas: 1) esta mujer es una madraza y 2) está muy bien informada ya que el cardiólogo intervencionista riojano cuando regresó al país hizo mucha cardiología pediátrica (tanto como en Estados Unidos) pues la especialidad aún no estaba dividida en esos años 70, fundacionales en Argentina.

Resulta que el padre de Debora fue médico del Hospital Fernández e incluso su director, donde el galeno riojano hizo sus primeras armas siendo alumno avanzado en dicho centro de referencia municipal al que ingresó por el -a la postre- cirujano riojano Mario Aquilino.

Pérez Volpin espera y dice que no hay problema alguno ni urgencia, y cuando ingresa como una estrella al sector de Cardiología Intervencionista de esa tan prestigiosa clínica, la conozco en vivo. Había venido muy bien acompañada por su padre médico (falleció el año pasado) y con su hijo de tan solo diez años de edad quien era el real consultante.

Felizmente lo de su hijo era solo un soplo benigno y nos quedamos todos tranquilos.

El doctor De la Fuente tuvo como jefe en EE.UU a Abe Rabin, un maestro de la auscultación mundial, a quien le supervisó la traducción al español de su libro de Auscultación cardíaca, una suerte de verdadera biblia médica de la fonocardiografía. La CNN en una nota reveló que el 30 por ciento de los cardiólogos jóvenes y residentes ya no saben ascultar bien por el auge de las nuevas tecnologías en gran parte.

Luego de eso, al siguiente año, en el 2009, Pérez Volpin -por radio Mitre- por donde hacia la siesta radial entrevistó al cardiólogo riojano en una extensa entrevista con muy buena repercusión.

Otra conductora televisiva de esa misma señal, una vez consultó porque en otro centro médico privado le habían endilgado una supuesta enfermedad coronaria. No tenía, en realidad, enfermedad cardíaca alguna...!

Somos amigos con una gran productora de canal 13 y buena locutora Silva Amato (ex productora de Pérez Volpin y actual Marcelo Bonelli) quien anoche estaba anoche muy consternada. Me une un especial afecto con Clarín, con grandes amigos, e incluso hice dos cursos periodísticos de extensión universitaria de la maestría en periodismo de CLARÍN en esa enorme -en tamaño físico y comunicacional- casa periodística que alberga al diario y a su página web.

PARTE MÉDICO ESCUETO Y VERSIONES

El parte médico del Sanatorio de La Trinidad reveló la internación de la periodista y ahora diputada este lunes 5, el día previo al desenlace fatal, y mencionó un enigmático asunto médico (amparados en el secreto profesional) como proceso abdominal complejo sin dar mayores detalles luego de esa endoscopia digestiva alta seguida de un paro cardíaco en el cuerpo de la comunicadora de 50 años de edad cumplidos este 30 de diciembre.

Por estas horas las versiones médicas arrasan.

Los samurais del Japón medieval sabían que la muerte es parte del proceso de la vida y por ello hacían a diario, a las seis de la mañana, un velatorio personal e imaginario antes de bañarse. Luego repetían como un mantra en la mente que todo lo que pasara así, ya durante el día era y sería sumamente positivo. Ellos, creían en la reencarnación como la mayoría de los orientales.

Los que hicimos Artes Marciales, aprendimos de niños, a fuerza de golpes que el Honor lo es todo.

Débora Pérez Volpin te despido por aquí, en El INDEPENDIENTE DIGITAL, como en twitter con mucho afecto y cariño pero resignación cristiana sabiendo que cumpliste y que estarás en paz.

Ella, para los que no sabían: siempre cumplió y tuvo mucho honor en su muy intensa vida como si hubiera sido una suerte de artista marcial del mejor bushido pero de la paz y la armonía en una metáfora y analogía.

Con su cámara y con su micrófono a cuestas. Con su prestancia, inteligencia y elegancia y con sus contagiosas ganas de vivir, calidez, su sentido común y alegría.

Gracias por tanto que le diste al público.

Héctor de la Fuente- Periodista científico