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Fuerte devoción de fieles por San Sebastián y la virgen de la Candelaria

CHILECITO, (De nuestra agencia) El pueblo de Sañogasta vivió dos jornadas abocadas a las celebraciones patronales de La Virgen de la Candelaria, el viernes 2, y San Sebastián el sábado 3 del corriente..



Manifestaciones de una fuerte devoción, fe y esperanza se pudo apreciar durante ambos días en el pueblo que lucía totalmente distinto  y el clima de celebración se vivía en cada rincón del mismo.

Calles totalmente ornamentadas, con pasacalles, gallardetes, globos, familias que también prepararon sus  domicilios, como así también los atuendos y las banderas de alférez para la celebración que ya es característica en este pueblo y que contiene un fuerte contenido religioso.

Las celebraciones dieron inicio el viernes último por la mañana con la misa en Honor a la virgen de la Candelaria, luego, a la tarde la procesión por las calles del pueblo y la bendición de las candelas, que son velas que la comunidad lleva y cuya celebración se lleva a cabo en el lugar conocido como el Busto de la Madre.

La Purificación

En sentido se debe entender que las candelas, representadas en velas, que  antiguamente los mismos fieles las llevaban a la Iglesia el día de la Purificación, para que fuesen bendecidos con los que llevan en la Procesión los sacerdotes y ministros, costumbre que todavía se conserva en muchos sitios. Es necesario que sepan también los fieles que los cirios bendecidos en el día de la Candelaria, deben servir no sólo para la Procesión, sino también para uso de los cristianos, guardándolos con respeto en sus casas, llevándolos consigo, lo mismo en tierra que sobre las aguas, como dice la Iglesia, atraerán especiales bendiciones del cielo.

Fiesta de San Sebastián

En tanto, el sábado 3, se celebró la fiesta en honor a San Sebastián, iniciando las actividades a las 8 con la misa de los Alférez, a las 10 nuevamente misa y a las 19, procesión y luego misa.

Durante sus fiestas se recordó que Sebastián cumplía con la disciplina militar, pero no participaba en los sacrificios paganos por considerarlos idolatría. Como cristiano, ejercitaba el apostolado entre sus compañeros, visitando y alentando a otros cristianos encarcelados por causa de su religión. Acabó por ser descubierto y denunciado al emperador Maximiano (amigo de Diocleciano), quien lo obligó a escoger entre poder ser soldado o seguir a Jesucristo. Sebastián escogió a Jesús.