"Impactó por la intensidad de las piezas que se van quemando al rozar con la atmósfera y produce el recalentamiento", explicó Blas Servin, especialista del Centro Astronómico Bicentenario de Asunción, Paraguay.
"De esa manera, las piezas se encienden y generalmente se autodestruyen", agregó Servin.
El fenómeno, una de las rarezas cortesía de la ciencia y no de la naturaleza, provocó la admiración de habitantes en Salta, Tucumán, Formosa y otros puntos del norte argentino.