Fundación OSDE concretó el lunes último la charla El bullying nuestro de cada día. Cómo enfrentar el maltrato entre compañeros y mejorar la convivencia social, que estuvo a cargo de la licenciada en Psicología Alejandra Cosentino. En la oportunidad, la especialista hizo hincapié en la aplicabilidad de la educación emocional, y resaltó la importancia de prestar atención a las conductas de niños y adolescentes..
Participaron de la jornada, en la que se recibieron donaciones para la Fundación Sí que asiste a merenderos de zonas periféricas a la ciudad, docentes, padres, alumnos de secundaria y profesionales de diferentes disciplinas.
La disertación estuvo a cargo de la licenciada en Psicología, Alejandra Cosentino, y se centró en identificar qué es el bullying y en qué consiste, cómo detectarlo y qué hacer frente a él. También se brindaron herramientas para favorecer la prosociabilidad y para que los padres se involucren y actúen ante el problema.
“La idea central de la charla fue aportar herramientas, modelos para pensar y practicar que eviten que el bullying se consolide, no puede ser un flagelo de cada día”, expresó la especialista a EL INDEPENDIENTE.
Asimismo comentó que “empecé brindando una definición de bullying, que no es otra cosa que una conducta de hostigamiento, de burla, insulto, daño físico, verbal o psicológico por parte de un abusador o grupo de abusadores contra una víctima indefensa, la cual suele prolongarse en el tiempo presentándose en una relación de ejercicio del poder”.
“Vimos un pictograma del círculo del bullying en el que se torna importante reconocer a todos los actores involucrados, está el bulleado que es la víctima, el hostigador, el personal de la institución educativa, los espectadores que silenciosamente asisten desde la mirada al espectáculo pero que en la mayoría de las veces no intervienen, y los seguidores que son el sostén del líder y de la conducta de bullying”, exclamó.
UNA EDUCACIÓN DE SENTIMIENTOS
Durante el encuentro, Cosentino hizo hincapié en la educación emocional como una herramienta esencial para evitar la violencia. Al respecto señaló que “partí de una antigua frase de Aristóteles que dice ‘Educar la mente sin educar el corazón, no es educar’, la cual desemboca en el nuevo paradigma de los sentimientos, de la prosociabilidad, de la apatía, la autoestima, el respeto, la comunicación y de la inteligencia emocional, si no tratamos de acercarla a los adultos, a los responsables de la crianza de los niños, pocas herramientas tendremos para afrontar los tiempos que corren, en donde la sociabilidad está intermediada por las pantallas y las redes sociales”.
Y agregó que “los valores tienen que estar siempre presentes en casa y volver a ingresar a las instituciones escolares, la convivencia debe ser la alegría de estar con el otro”.
Seguidamente, la psicóloga de niños y adolescentes consideró que el bullying es una conducta aprendida que forma parte de una sociedad donde también se ejerce la violencia.
“La violencia presente en la sociedad se filtra en la familia, la cual replica estas conductas y las descarga sobre los más indefensos que dependen psicológica y afectivamente”, explicó en referencia.
Cosentino, además, resaltó que “el victimario es una víctima que también necesita ayuda, esta persona resuelve sus conflictos ejerciendo poder y maltrato sobre los otros, el hostigador a la manera de un síntoma demuestra que algo no está bien en él”.
NÚMEROS QUE PREOCUPAN
Por último, la especialista expuso las estadísticas del bullying en Argentina. “Las cifras en el país son preocupantes, la última estadística que realizó UNICEF nos ubica entre los principales países de la región con un alto índice de casos de abuso escolar; por otro lado, un estudio de la UNESCO y de la ONG ‘Bullying Sin Fronteras’ informó que ocho de cada diez alumnos dijo haber tenido conocimiento de situaciones de peleas u hostigamiento”, manifestó.
Y subrayó que “los padres que tenemos la mayor responsabilidad y estamos más cerca de los chicos, debemos prestarles atención al igual que los docentes y todo el personal de las instituciones educativas, los tiempos que corren son de poca calidad y hay que saber mirar en profundidad porque ellos dan señales, si para el niño es un conflicto tener que ir a la escuela todos los días, es porque algo está pasando”.