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Italia sigue paralizada y sin gobierno posible a la vista

Un mes y medio después de las elecciones del 4 de marzo último, que significaron el triunfo de fuerzas populistas y un derrumbe de los partidos tradicionales, pero también de la ingobernabilidad -ya que nadie ganó con los números suficientes, el presidente, Sergio Mattarella, jugó hoy una nueva carta para intentar sacar a Italia del pantano político..



Tal como se esperaba, el primer mandatario le concedió un "encargo exploratorio" al presidente de la Cámara de Diputados, Roberto Fico, del Movimiento Cinco Estrellas (M5E), para ver si es posible la formación de una mayoría de gobierno de este grupo antisistema, el más votado en los comicios (32%), con el Partido Democrático (PD), de centroizquierda, el gran derrotado. Fico tiene hasta pasado mañana para lograr algo que de entrada, más que difícil, parece imposible.

"No existen las condiciones mínimas para una mayoría política entre M5E y PD", aseguró casi de inmediato Andrea Marcucci, jefe del PD en el Senado. "Escucharemos a Fico, pero para nosotros las distancias en los programas siguen siendo muy marcadas", agregó.

Fico, de 43 años y tercer cargo institucional del país, obtuvo esta misión después del fracaso, la semana pasada, de la presidenta del Senado, Maria Elisabetta Alberti Casellati, de plasmar un acuerdo entre la centroderecha (la coalición que más votos obtuvo, 38%) y el M5E. ¿El escollo del acuerdo? El expremier y magnate, Silvio Berlusconi, de 81 años, que fue derrotado en las urnas.

Luigi Di Maio, el líder de los "grillini" (por el cómico Beppe Grillo, fundador del M5E), que sueña en convertirse con 31 años en el primer ministro más joven de Italia, estaba dispuesto a aliarse con el líder de la xenófoba Liga Norte, Matteo Salvini. Pero se negó a hacerlo con Berlusconi, parte de la alianza de centroderecha. Y las negociaciones quedaron estancadas. El Cavaliere, considerado por el M5E, debido a su pasado judicial y moral, como un impresentable, recibió luego un nuevo golpe, cuando una sentencia de la Justicia lo volvió a vincular, a través de uno de sus hombres de confianza, con la Cosa Nostra, la mafia siciliana.

Di Maio, que suele aclarar que no es de izquierda ni de derecha, al margen de cortejar hasta ahora a Salvini, se mostró dispuesto a hacer un pacto con el hasta ahora oficialista PD, que gobernó los últimos cinco años.

Pero desde el PD, el exlíder y expremier Matteo Renzi ha dicho una y otra vez que le toca gobernar a los ganadores -es decir, el M5E y la Liga Norte-, y que el PD se quedará en la oposición.

Salvini al quedar fuera de las negociaciones tildó la propuesta de "tomadura de pelo" porque convoca al poder a una fuerza perdedora de los comicios.