Diario El Independiente || Edición Digital
Skip to main content

Lo atractivo de recorrer la Ruta 40 en vacaciones de invierno

La ruta más extensa y popular de la Argentina pasa por La Rioja y, a través de ella, viajeros que en cualquier momento del año se adentran por los caminos nacionales llenos de paisajes y cultura, esos que por estos pagos atraviesan incluso dos sitios declarados Patrimonio de la Humanidad: el Parque Nacional Talampaya y el Sistema Vial Andino Qhapaq Ñan..



Los contrastes de colores son permanentes en los kilómetros riojanos resguardados por montañas y microclimas. La mítica Ruta 40 transita algunos de los lugares más pintorescos del histórico trazado de la provincia partiendo desde San Juan, ingresando en el departamento Felipe Varela o, desde el norte, a partir de Catamarca por el departamento San Blas de Los Sauces.

El distrito de Guandacol es uno de los puntos de interés en el que detenerse. Aquí se encuentra la antigua casa -hoy en ruinas- de Felipe Varela, quien fuera terrateniente de la zona dedicado a la ganadería y el cultivo del trigo hasta transformarse en uno de los tres caudillos más importantes de la comarca.

Fue lugarteniente de Ángel "Chacho" Peñaloza, y luego de la muerte de este último continuó la cruzada en contra del centralismo porteño hasta ser derrotado y exiliarse en Chile, hasta su muerte.

Villa Unión es el centro de servicios más importante del valle del Bermejo. En este punto se vinculan las rutas que conducen al Parque Nacional Talampaya hacia el sur y a la Reserva Laguna Brava hacia el norte y los atractivos locales llevan a conectarse con la naturaleza y la cultura de antaño, que se posan en petroglifos de La Banda Florida y el Cañón de Anchumbil, con pinturas rupestres de un valor incalculable y el atractivo Sendero del triasico conjuga una magnifica vista con su flora y fauna.

 

Admirados ante tanto para ver, los visitantes se sorprenden sobre el kilómetro 528 de la ruta al llegar a Aicuña, con un desvío de ripio que lleva al ascenso por la cuesta de Miranda hacia Chilecito. En esta aldea rural predominan plantaciones de nogales y la cría de ganado y se conserva una riqueza folklórica muy valiosa.

Una leyenda que habla de "los 7 cogotes de guanaco" se teje desde hace tiempo y contagia de curiosidad a los recién llegados cuando escuchan que, a mediados del siglo pasado, unos ladrones habrían escondido en la zona el botín robado de un banco de Chile, al ser acorralados por la policía.

La Cuesta de Miranda es un punto esperado por los que conocen el mapa de la provincia. Conecta las localidades de Nonogasta y Villa unión sobre un tramo de 114 kilómetros del recorrido y su tramo más alto, empinado e imponente, regala vistas impresionantes de tonos rojizos que contrastan con el cielo.

Las curvas del camino muestran el río serpenteando en el bajo entre angostas y profundas quebradas rocosas y hay excelentes miradores. Las sierras, en su faz oeste, presentan estratificaciones rojas muy marcadas y cardones, que se coronan con la presencia de águilas y cóndores ante los ojos maravillados de los viajantes. Pequeños y pintorescos poblados como Los Tambillos, Las Trancas, Las Higueritas y Aicuña se suceden, siempre con un habitante dispuesto a calentar agua para el mate.

Sañogasta cuenta con una de las producciones de nuez más importantes de la provincia. Sus callejuelas, entre cultivos y construcciones urbanas, tienen la particularidad de recorrer entre curvas, subidas y bajadas casi todo el pueblo y está aquí la iglesia de San Sebastián, es una de las más antiguas de la provincia, donde amerita detenerse a por una foto de recuerdo.

En Chilecito, Nonogasta empalma la Ruta 40 con la 74, proveniente de Patquia. En esta localidad nació el escritor Joaquín V. González y las letras se mezclan con el disfrute de vinos, pues el distrito es el que tiene más bodegas de renombre en la región. Tras un brindis placentero, llegar a Chilecito es llegar al centro de La Rioja, donde la producción de vid y sus derivados conviven con una tentadora oferta cultural. Y Famatina, al noroeste, tiene su cabecera departamental a 1557 msnm, lo que la convierte en una de las poblaciones urbanas más altas de la provincia. Aquí también hay excelentes nogales, por lo que nadie se va sin degustar nueces e incluso comprar de a kilos para llevarse a casa. Los amantes del deporte, además, hacen un alto para disfrutar de los valles practicando senderismo, montañismo o parapente.

Cada viajero procura llegar con hambre a San Blas de los Sauces, a sabiendas de su importancia en el cultivo de olivos y duraznos. Tras probar los productos regionales se aprecia el Sitio de Hualco, asentamiento prehispánico en la ladera de la montaña, y 7 quebradas que conforman una red de afluentes del río Los Sauces, en el extremo norte de la Sierra del Velazco y limitando con Catamarca hacia el Norte.

La Ruta 40 oficia de conexión con los encantos distintivos de La Rioja, para recorrer en un par de días o en una semana. Hay que darse tiempo para andar por el camino y también para descansar, a la sombra de un árbol, bebiendo vino casero mientras se escucha un relato que lleva a perderse en el tiempo.