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Expuso en el Senado la médica que niega a las riojanas abortos por ley desde 1921

Verónica Vergara de la Fuente dijo entre otros conceptos que el aborto “No es un problema de salud pública. El acto de provocar la interrupción del embarazo es lo que genera la enfermedad”. Reconoció que el anestesista Facundo Segovia Barcena nunca fue removido de su cargo. Vergara negó el aborto permitido por ley desde 1921 a un embarazo "polimarformado" en 2017 y a una niña de 13 años violada en Talamuyuna en febrero..



La jefa de Medicina Legal de los dos hospitales más importantes de la capital riojana, Verónica Vergara de la Fuente, negó ayer en el plenario de comisiones del Senado que el aborto sea un problema de salud pública en esa provincia, a pesar de que entre 2012 y 2016 se registraron 2888 internaciones por complicaciones de abortos solo en el sector público, según estadísticas oficiales, tal como viene informando Página 12. “No es un problema de salud pública. El acto de provocar la interrupción del embarazo es lo que genera la enfermedad”, llegó a afirmar Vergara, dejando sin palabras a muchos de los presentes. La médica legista, que viene acusando en medios riojanos a quien suscribe de mentir con datos de mortalidad por aborto sobre los cuales nunca escribí, no pudo negar las estadísticas publicadas por este diario: se las recordó la senadora María de los Angeles Sacnun, de Santa Fe, del FpV. También, ante otra pregunta de Sacnun, tuvo que reconocer que nunca fue removido de su puesto el anestesiólogo del Hospital de la Madre y el Niño, que anunció que va a torturar mujeres en su guardia haciendo legrados sin anestesia si se aprueba la Ley de Interrupción Voluntaria de Embarazo. Vergara solo atinó a decir que Facundo Segovia Barcena tuvo “una declaración desafortunada”, “un poquito desproporcionada” al enterarse de la media sanción en Diputados. Vergara dijo que exponía en representación del Colegio de Médicos de La Rioja.

Ante una pregunta de otro senador, la médica legista dijo no tener conocimiento de abortos clandestinos en esa provincia. Como si las internaciones por aborto no reflejaran justamente esa realidad. Lo único que se encargó de repetir fue que desde 2013 no tenían muertes por esa causa.

“Cómo no va a ser un problema de salud pública, si estamos señalando la cantidad de ingresos a los hospitales por aborto”, le replicó Sacnun.

Vergara rechazó de plano la despenalización y legalización del aborto. Y puntualmente que el proyecto prevea la creación de un registro de objetores de conciencia. Ella es objetora.

La médica legista, que acusa sin fundamento a Página 12 de mentir, mintió ante las y los senadores. Negó que se obstaculicen los abortos no punibles en el hospital de la Madre y el Niño, donde ella es Jefa del Servicio de Medicina Legal e integra el Comité de Bioética. Incluso, cuando la senadora Sacnun le preguntó por casos puntuales, Vergara volvió a mentir.

Por estos días, una mujer con un grave cuadro renal pidió un aborto no punible en ese centro. Vergara lo reconoció, pero le aseguró a Sactun que finalmente la mujer había decidido continuar con la gestación. Pero no es verdad: este diario pudo saber que, en realidad, le negó el aborto no punible “por no estar en peligro la vida de la madre en este momento”, en un dictamen que escribe la propia Vergara. En el informe, la médica legista dice que con un plan de diálisis, propuesto por su médico de cabecera, “la viabilidad del feto puede ser posible hasta la semana 31 o 31 inclusive”, pero la mujer no quiere continuar la gestación, al señalar que no puede tolerar “un régimen de diálisis tan estricto”. Pero Vergara no respeta su decisión, y alega que no encuadra en un caso de aborto no punible. Y la deriva a la Oficina de Acceso a la Justicia.

Hubo otros casos en el mismo hospital en los últimos meses: uno de una mujer que tenía un embarazo de un feto “polimarformado”, en noviembre de 2017; y otro de una niña de 13 años violada en la localidad de Talamuyana, en febrero. Siempre Vergara buscó obstaculizar el derecho al aborto no punible.

En agosto del año pasado, Vergara se encargó de ponerle trabas a Giselle Brizuela, una mujer de 25 años, de condición humilde, que cursaba un embarazo de un feto incompatible con la vida y tuvo que recurrir a un programa de la Radio Fénix, la de mayor audiencia en la capital riojana, para suplicar, entre lágrimas, por la interrupción de la gestación. “A mí bebé le falta la mitad del cuerpo y los médicos me dijeron que tengo que interrumpir el embarazo”, decía Giselle Brizuela, ya de cinco meses de embarazo. Tres ecográficas habían confirmado la inviabilidad fetal, pero Vergara se negaba a garantizarle al aborto no punible. En ese mismo programa radial, la médica legista lo dejó en evidencia, como informó este diario: llegó a decirle a la joven que tenía que ir a la justicia a pedir un permiso judicial. “El embarazo no está poniendo en riesgo su vida, con lo cual no se puede actuar médicamente, salvo que existiese una medida judicial. No hay motivo para interrumpirlo”, dijo Vergara en aquel momento. Y agregó: “La Justicia es la que se tiene que expedir. Estamos condicionados por una legislación vigente”, dijo, negando que la continuación de un embarazo con feto inviable pueda afectar la salud psíquica de una mujer y que se trataba de un aborto legal. Es decir, obligó a la mujer a recurrir a la justicia, aunque no es un requisito legal ni en el Código Penal ni en el Protocolo de Atención de Abortos no Punibles, al que adhirió la provincia de La Rioja en 2013.

Finalmente, con la orden de la jueza Paola María Petrillo, le indujeron una cesárea. En el expediente judicial consta que ya en la semana 19 se había comprobado con una ecografía que el feto tenía malformaciones gravísimas incompatibles con la vida. Recién pudo interrumpir ese embarazo un mes y medio después, tras un tortuoso camino, en el que fue obligada por el accionar de Vergara a exponer su drama ante la opinión pública y recurrir a la Justicia.

 

Fuente: Mariana Carbajal Diario Página 12