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Una lucha que lleva más de 30 años

Una lucha casi silenciosa, es la que comenzó hace más 30 años atrás, un reducido grupo de vecinos de Nonogasta, preocupados por la contaminación ambiental que producía la curtiembre, en ese entonces Yoma, luego Curtumé BCR S.A. Con el paso de los años se organizaron en asamblea y ahora continúan la lucha conformados como frente social..



Luis Macías fue uno de los primeros vecinos que alertó sobre la contaminación y los efectos nocivos en la salud, en diálogo con El Independiente recordó que esto comenzó por el mal olor que producían estas emanaciones tóxicas de la curtiembre porque en realidad ha sido diseñada por un ingeniero Moro, que vino en 1984,y la diseñó para que produzca hasta 400 cueros por día y en 1985 la inauguraron con la presencia de Raúl Alfonsín. “En 1985 ya la curtiembre producía  2500 cueros por día y esa sobreproducción ha producido un desborde en el tratamiento de los efluentes que tiraban en piletones al aire libre y contaminaba las capas de la tierra, mas el aire, se producía una nube de gas toxica, acá se viven pinchando los caños de los aires acondicionados, las heladeras, los televisores, el cromo ataca a los metales como el cobre, bronce y los perfora”.

Luis, que también fue concejal, recordó que fue amenazado de muerte tras la denuncia en la justicia federal y evocó que en la lucha casi solitaria, luego se sumó el médico Raúl Secrestat.  “Menem y Alsogaray vinieron y decían que no producía contaminación pero nosotros decíamos que sí, porque había muchos casos de cáncer y leucemia”, sostuvo Macías.

La primera denuncia se presentó en la Justicia Federal en 1998, y llevó las firmas de integrantes de instituciones del medio, escuelas, club, organizaciones sin fines de lucro, entre otras. Señaló que en el 2004 “cuando es juez Daniel Herrera Piedrabuena, nos llama, porque nos cita en forma individual y nos dice están hablando macanas, porque están diciendo que está contaminando y hemos hecho análisis del agua y le preguntamos de donde levantaron el agua y nos responde que de una pileta y le decimos que eso estaba preparado con agua potable (…) ustedes están hablando macanas por lo tanto vos vas preso”. “No voy a seguir para que… todo un pueblo nos daba la espalada siempre, nunca tomó en serio”, señaló.

“Así estamos cada vez más contaminados”, dijo desilusionado Luis, que en estos años perdió una de sus piernas al no poder curar una herida. “Nos dio bronca y con el doctor Secrestat dijmos no nos metamos más y nos vamos de donde estamos”, señaló. Y agregó que tanto los doctores Cobos y Secrestat vendieron sus viviendas y se fueron del pueblo, Luis no pudo vender “no es fácil irse del pueblo, uno ya tenía sus cosas, mi panadería”.

Tras la  denuncia judicial, la curtiembre no pudo seguir exportando y enviaron cartas a la Defensoría del Pueblo de la nación, pero todos miraban a otro lado, recordó. “La justicia de falta de Chilecito nunca vino y son quienes tienen que estar”, precisó.

Para finalizar dijo que “hemos hecho una lucha tan grande que hemos terminado amenazado, aún así no me arrepiento, estoy tranquilo de haberla iniciado”.