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Wenceslao "generoso y solidario"

María Rosa Pedernera, hija del laico Wenceslao habló en una entrevista con Radio Independiente y recordó a su padre a 42 años de aquel trágico 25 de julio de 1976 donde fue asesinado a balazos en la puerta de su casa..



María Rosa dijo que los recuerdos que tiene de su padre “son los más bonitos y preciados, fue un hombre callado no era de mucho hablar, pero siempre hacia las hijas tenía el consejo muy latente de que fuéramos unas personas de bien, siempre inculcándonos la solidaridad que el practicó, fue generoso y un hombre de no estar metido en problemas, al contrario trataba de solucionar los problemas principalmente de la gente humilde y en lo que él pudiera colaborar estaba presente”.

Con respecto a que Wenceslao será el primer Beato de la Acción Católica Argentina, expresó que “todavía no caemos del todo, pero es una bendición muy grande, no lo asimilamos, estamos en las nubes, es un orgullo ver todo lo que ha trascendido nuestro padre, pero entre las tres hermanas y mi madre no imaginamos la dimensión que esto ha alcanzado”.

María Rosa contó que “somos tres hermanas mujeres junto a nuestra madre, actualmente vivo en Mendoza, mi segunda hermana en La Rioja capital, y mi hermana más chica en Chilecito. Vine para estar en estos momentos desde el 19, donde fue la exhumación del cuerpo, y hasta que no pasen varios días no volveré a Mendoza porque quiero estar acompañando a mi mamá y también estar junto a mis hermanas”.

María Rosa relató que tiene una hija de 34 años, a quien siempre le cuenta sobre su abuelo, al igual que a sus sobrinos, hijos de sus dos hermanas. “Todos nos apoyan, nos acompañan estamos muy unidos. Al recordar aquellas épocas donde vivían con miedo constante”, dijo María Rosa, quien recordó que “tenía 13 años en ese entonces, no sabemos si él tuvo miedo porque no lo dijo, se vivían cosas y mi mamá era la que tenía el miedo de que pasara algo, incluso habían empezado a rondar la casa en aquellos entonces era un Ford Falcón con gente disfrazadas de mujer, iban y venían se frenaban frente a casa y cuando me mandaron a comprar cosas al almacén, en la esquina me comenzaron a llamar desde el auto y salí corriendo asustada y al llegar a casa conté lo que me había pasado”.

De esa manera “mi mamá le decía vámonos y él le decía no tengas miedo porque Dios nos va a proteger, yo no tengo porque huir, pero mi mamá presentía que algo podía suceder ella se quería ir”.

La trágica noche del 25 de julio de 1976, María recuerda que su papá ya en el piso con dolor luego de los disparos gritaba “no guardes rencor, no odies a nadie”. Y “uno ahora con esta edad se pone a analizar el ejemplo de no guardar rencor a nadie, quienes eran y porque, y a pesar que había sido amenazado días antes no dejó de trabajar, siguió y entregó su vida”.

Todo “ocurrió como a las 3 de la mañana, lo trasladaron a Chilecito al Hospital, lo operaron y falleció a las 14:45 del 25 de julio por un tercer paro cardíaco, también lo habían pateado en el suelo tenía las costillas rotas. Es decir no se conformaban con haberlo volteado a balazos, sino seguir dándole como fuera”.

“Pienso que cuando se viven hechos tan trágicos es lo que menos se puede olvidar, guardo todavía rencor y me cuesta sacarme eso amargo, a pesar de que tengo el ejemplo de él, me duele no haberlo disfrutado como cualquier otro chico normal”, finalizó.