Los miembros del jurado evaluaron que con su cuento “la autora lleva al lector, con aciertos y solvencia, a transitar atmósferas que tienen injerencia en lo rural, en la leyenda, en los mitos. Se observa un sutil manejo del terror, lo fantástico y el realismo costumbrista. Hay además una muy interesante dosificación del humor, tramado con la poesía, una personal forma de decir, de seleccionar los nombres de personajes, refranes, sentencias y dichos regionales y muchas veces costumbristas”.
“Se trata de un texto que realiza un importante rescate antropológico, con un glosario incluido, pero que no pierde nunca la función principal del cuento, que es la evocación. Puede asegurarse que, dentro del difícil género de la literatura popular, en cada página se refuerza el objetivo de emocionar y conmover, resultando vivificante encontrar textos que recuperan el contenido de viejas palabras, al tiempo que nos ofrecen nuevos decires”, agregó el jurado.
PALABRAS DE LA AUTORA
“Estoy muy emocionada, porque el tipo de cuento que ha ganado es el que yo más amo, que es el cuento nativista, que nace del pasado, de mi historia, de mi pasado y, como dicen, pinta tu aldea y pintarás el mundo, por lo que creo que llega mucho a la gente”, dijo la escritora, quien ya fuera galardonada en este certamen provincial en 2013, en la categoría Poesía. El poema que recibió el premio es similar a la temática que inspira el cuento.
Al consultarla sobre qué se va a encontrar el lector, señaló que “supongo que les va a gustar, van a poder entrar a los cuentos, que son cerca de 30, porque están hechos de una forma abierta para compartirlo, compartir lo que uno siente, lo que uno tiene, lo que uno ha heredado”.
También dijo que está basado en un hecho real, cuando su padre le contaba a todos sus nietos historias del lugar bajo la luna, en este caso de Villa Casana, donde nació la autora. La villa está ubicada en cercanías de Chepes, departamento Rosario Vera Peñaloza.