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Crecen las amenazas de muerte a periodistas en Colombia tras la firma de la paz

De enero a julio de 2018, la Fundación para Libertad de Prensa ha registrado 89 casos de intimidaciones a comunicadores. ELN, EPL y nuevas bandas narco tomaron la posta de la violencia en las regiones en que se desmovilizó las FARC..



Informar en Colombia siempre ha sido una actividad de riesgo, teniendo en cuenta que, en el marco de una guerra de más de cinco décadas, todos los actores armados utilizaron la intimidación para acallar a sus críticos. El panorama esperaba cambiar con la desmovilización de las FARC, pero después de la firma de la paz en 2016 las cifras de amenazas contra periodistas van en aumento. La alarma se volvió a encender después de que se conocieran denuncias de al menos ocho personas en menos de una semana.

El sábado 14 de julio una editora de El Tiempo, Jineth Bedoya, hizo público un panfleto firmado por Las Águilas Negras, un grupo de extrema derecha, en la que la declaran objetivo militar. En el mismo documento mencionan a algunos periodistas de La Silla Vacía y a líderes sociales, sindicalistas y defensores de derechos humanos de varias regiones a quienes señalan de colaborar con las guerrillas.

"Esta vez no estamos jugando, a partir de la fecha procedemos a la ejecución total de nuestras advertencias por varios años y que no fueron escuchadas por estos milicianos guerrilleros disfrazados de supuestos líderes y lideresas sociales (…) Para nuestra organización no existe ningún esquema de seguridad que nos impida proceder y ejecutar a cada uno de estos guerrilleros", describe la misiva.

El domingo 15 de julio la columnista de Semana y periodista independiente, María Jimena Duzán, denunció en su cuenta de Twitter haber recibido una amenaza anónima a través de esa red social, en la que incitan a asesinarla e incluso a agredirla sexualmente. Al día siguiente, el 16 de julio, el ex ministro de Interior y Justicia del gobierno de Álvaro Uribe, Fernando Londoño, quien ahora se desempeña como periodista, también denunció dos amenazas por la misma plataforma de dos usuarios diferentes. Y también lo hizo el director de la FM, Luis Carlos Vélez.

Ese mismo lunes, la directora de RCN Radio, Yolanda Ruiz, informó en un comunicado que la emisora recibió una llamada de una persona que dijo ser miembro del ELN, quien les advirtió a Jorge Espinosa y a Juan Pablo Latorre, dos periodistas de su equipo de trabajo, que tenían 72 horas "para dejar de hablar de la organización" armada o los iban a matar. Los comandantes de la guerrilla que están en La Habana, en medio de conversaciones de paz con el gobierno, negaron su vínculo con esa amenaza a través de un comunicado.

Las periodistas María Jimena Duzán y Jineth Bedoya fueron recientemente amenazadas de muerte a través de Twitter y de un panfleto de Las Águilas Negras, respectivamente. Ambas han sido atacadas años atrás por su trabajo informativo.

Las periodistas María Jimena Duzán y Jineth Bedoya fueron recientemente amenazadas de muerte a través de Twitter y de un panfleto de Las Águilas Negras, respectivamente. Ambas han sido atacadas años atrás por su trabajo informativo.

Informar en Colombia siempre ha sido una actividad de riesgo, teniendo en cuenta que, en el marco de una guerra de más de cinco décadas, todos los actores armados utilizaron la intimidación para acallar a sus críticos. El panorama esperaba cambiar con la desmovilización de las FARC, pero después de la firma de la paz en 2016 las cifras de amenazas contra periodistas van en aumento. La alarma se volvió a encender después de que se conocieran denuncias de al menos ocho personas en menos de una semana.

El sábado 14 de julio una editora de El Tiempo, Jineth Bedoya, hizo público un panfleto firmado por Las Águilas Negras, un grupo de extrema derecha, en la que la declaran objetivo militar. En el mismo documento mencionan a algunos periodistas de La Silla Vacía y a líderes sociales, sindicalistas y defensores de derechos humanos de varias regiones a quienes señalan de colaborar con las guerrillas.

"Esta vez no estamos jugando, a partir de la fecha procedemos a la ejecución total de nuestras advertencias por varios años y que no fueron escuchadas por estos milicianos guerrilleros disfrazados de supuestos líderes y lideresas sociales (…) Para nuestra organización no existe ningún esquema de seguridad que nos impida proceder y ejecutar a cada uno de estos guerrilleros", describe la misiva.

El domingo 15 de julio la columnista de Semana y periodista independiente, María Jimena Duzán, denunció en su cuenta de Twitter haber recibido una amenaza anónima a través de esa red social, en la que incitan a asesinarla e incluso a agredirla sexualmente. Al día siguiente, el 16 de julio, el ex ministro de Interior y Justicia del gobierno de Álvaro Uribe, Fernando Londoño, quien ahora se desempeña como periodista, también denunció dos amenazas por la misma plataforma de dos usuarios diferentes. Y también lo hizo el director de la FM, Luis Carlos Vélez.

 Ese mismo lunes, la directora de RCN Radio, Yolanda Ruiz, informó en un comunicado que la emisora recibió una llamada de una persona que dijo ser miembro del ELN, quien les advirtió a Jorge Espinosa y a Juan Pablo Latorre, dos periodistas de su equipo de trabajo, que tenían 72 horas "para dejar de hablar de la organización" armada o los iban a matar. Los comandantes de la guerrilla que están en La Habana, en medio de conversaciones de paz con el gobierno, negaron su vínculo con esa amenaza a través de un comunicado.

La gravedad del tema es que algunos de estos periodistas ya han sufrido ataques en el pasado. En 2000, cuando trabajaba para El Espectador, Bedoya fue víctima de torturas y abuso sexual tras ser secuestrada por paramilitares en la puerta de la cárcel Modelo de Bogotá. En 2012, a Londoño le pusieron una bomba en la puerta de su camioneta blindada cuando se movilizaba por la capital, tras la detonación murió su conductor y uno de sus escoltas. Y en 1999 la periodista Silvia Margarita, hermana de Duzán, fue asesinada por paramilitares.

Estos casos son solo el reflejo del aumento de la violación a un derecho internacional que ya había sido anunciada por la Fundación para la Libertad de Prensa en Colombia (Flip). De acuerdo a esta organización, de enero a julio de este año se han reportado 98 casos de amenazas contra periodistas en todo el territorio nacional. Lo que contrasta con las cifras de 2017, en cuyo mismo periodo de tiempo se registraron 65.

Aunque en la memoria colectiva de la nación permanecen los 155 homicidios de periodistas ocurridos entre 1977 y 2015 en el marco del conflicto armado, las dinámicas de las amenazas cambiaron con la desmovilización de las FARC, quien fuera la guerrilla más antigua de América. Las cifras demuestran una tendencia preocupante: las amenazas aumentan progresivamente desde la firma de los Acuerdos de Paz en 2016. En 2015 fueron 59; en 2016, 90, y en 2017, 129.

Este miércoles la Fiscalía anunció la imputación de cargos contra tres personas por las amenazas realizadas por Twitter a los periodistas María Jimena Duzán y Luis Carlos Vélez, y por la llamada desde la cárcel de máxima seguridad de Valledupar, La Tramacúa, hecha a Katherine Leal, de RCN Radio. Advirtiendo que las intimidaciones provienen de personas naturales y no de grupos criminales organizados.

Sin embargo, la situación es diferente en las zonas rurales y vulnerables. "Paralelo al aumento de las amenazas, hemos registrado con preocupación el desmonte de esquemas de protección de periodistas que se encuentran amenazados y los trámites de casos en la UNP no se están haciendo acordes al nivel de urgencia de la situación", aseveró la fundación en un comunicado, el 11 de julio. Estos son los casos de Ricardo Ruidíaz y Catalina Vásquez, al primero le quitaron las medidas de seguridad y a la segunda aún no se las dan pese al asesinato de varias de sus fuentes.