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Muchos brasileños que emigran a Argentina optan por La Rioja para estudiar Medicina

En el "Día del Respeto a la Diversidad Cultural", un grupo de estudiantes y profesionales de Medicina brasileños, residentes en la Provincia, relataron su experiencia al dejar atrás su país natal y sus afectos para perseguir un sueño. Además, hablaron de los desafíos que debieron enfrentar en el proceso de adaptación a un nuevo idioma y a una cultura diferente a la suya..



En los últimos años Argentina se convirtió en un imán para jóvenes, sobre todo latinoamericanos, que llegan al país para estudiar. Esto se debe, principalmente a que aquí la educación es pública y gratuita, las universidades son prestigiosas en cuanto a su nivel de educación y los costos de vida son bajos comparados con otros destinos.

De acuerdo con datos del Ministerio de Educación de la Nación, en las carrera de Medicina uno de cada siete estudiantes es extranjero. Las cifras que maneja la cartera educativa revelan, además, que Brasil y Perú son los que aportan más alumnos.

Entre las provincias de Argentina que más cuentan con aspirantes a médicos brasileños se ubica La Rioja. Para conocer los factores que motivan a estos jóvenes a dejar atrás su país natal y sus afectos en búsqueda de una formación universitaria, EL INDEPENDIENTE entrevistó a Josiane Rodrígues dos Santos, Phamella dos Santos Martyn, Michelly Abdalla, Gilmar Carvalho Pereira, Amanda Lima Parreira Rodrigues y Larissa Morais dos Santos.

En principio fue Josiane, presidenta de la Asociación de Brasileños y Amigos de La Rioja, quien relató cómo llegó a la Provincia. “Llegué desde Buenos Aires, una amiga mía que vive  acá me habló de La Rioja, me la describió como una ciudad linda, chica y tranquila para estudiar, así que decidí mudarme pero resultó ser más moderna de lo que me imaginé mirando fotos, lo que más me sorprendió es su clima tan caluroso y lo que más me gustó es el cariño de la gente”, dijo la joven.

La estudiante de 24 años, oriunda del norte de Brasil, cursa sus estudios universitarios gracias a la ayuda económica de su madre. Según comentó, al llegar a la Provincia cursó Medicina en el Instituto Universitario de Ciencias de la Salud “Héctor A. Barceló”, pero luego se trasladó a la UNLaR, donde transita el tercer año de la carrera.

En sus horas libres Josiane se desempeña en una ONG, trabaja en una oficina y también está al frente de la asociación que brinda ayuda y orienta a los jóvenes que llegan desde Brasil. En ese sentido explicó que “empezamos hace dos años, con el objetivo de ayudar a los brasileños que vienen en la tramitación de documentación, ya sea para presentar ante Migraciones, el Consulado que funciona en Córdoba o para inscribirse en las universidades”.

Asimismo, precisó que “cuando empezamos éramos un grupo de 10 brasileños, de a poco se fueron sumando más y hoy lo integramos 40 estudiantes, entre 18 y 30 años”.

Un paisaje de película

A su turno Amanda contó cómo transitó el proceso de adaptación a una nueva ciudad, a un nuevo idioma y a una cultura diferente a la suya.

“Soy de Foz de Iguazú, tengo 22 años y estoy en cuarto año de Medicina en la UNLaR, siempre quise estudiar esta carrera y una amiga que vivía acá me comentó que La Rioja era una ciudad tranquila en relación a Buenos Aires y Rosario, y como yo en ese entonces era una chica de 18 años de una localidad del interior de Brasil no me iba a resultar tan chocante la mudanza”, resaltó en diálogo con este matutino.

Al principio la familia de Amanda se opuso a la idea. “No querían que me mudara, sólo tenía el apoyo de mi abuela, pero yo estaba segura y fui tenaz así que me vine, llegué a la Provincia en colectivo desde Puerto Iguazú, no sabía hablar en español, tampoco entendía lo que me decía la gente, con antelación había contratado a una asesora, la chica me esperó en la Terminal y viví un tiempo en su casa”, expresó la estudiante.

Seguidamente, entre risas, recordó que “vine con el objetivo claro de estudiar y recibirme, al bajarme del colectivo vi un paisaje que era como de película, había cactus más grandes que yo y parecía un desierto por el calor, por suerte me adapté  muy rápido, hice buenos amigos y aprendí a hablar el idioma, La Rioja es una ciudad acogedora y la gente muy buena”.

Tan a gusto se siente Amanda en la ciudad que incluso invitó a su hermana de 13 años a vivir con ella y a culminar sus estudios en suelo riojano.

Las historias de Gilmar y Larissa son similares a las de sus compatriotas. Gilmar se mudó a la ciudad hace ocho meses luego de conocer la experiencia de otros brasileños que habían llegado con el sueño de convertirse en profesionales de la salud. Para hacer más liviana su adaptación y agilizar los trámites migratorios el joven contrató los servicios de una asesoría, que lo acompañó incluso en la búsqueda de una vivienda.

Mientras que Larissa, quien es oriunda de la ciudad metropolitana de San Pablo, estudia actualmente en la Universidad Barceló, luego de haber cursado Medicina un par de meses en la UNLaR. “Al principio pensaba mudarme a Buenos Aires, pero me vine a La Rioja porque me resultaba más económico, me gusta acá y tengo varios amigos”, exclamó la estudiante de 19 años.

Educación pública y gratuita

Hoy convertida en toda una profesional, para Michelly el principal motivo por el que tantos brasileños emigran hacia Argentina es el económico.

En referencia la médica precisó que “en Brasil la universidad más económica cuesta entre 9 mil y 12 mil reales por mes, a eso hay que sumarle los gastos de alquiler, comida, transporte, ropa y los materiales de estudio, con ese dinero un estudiante brasileño vive, tranquilamente, un año entero en La Rioja”.

Asimismo, para estudiar Medicina las universidades públicas de Brasil tienen cupos limitados de ingreso y además evalúan el desempeño de los alumnos desde la Primaria. Como alternativa están las instituciones privadas pero presentan altos costos mensuales que son difíciles de afrontar por una familia de clase media a baja.

“Aparte de que es complicado ingresar para estudiar la carrera  también es difícil entrar a trabajar en el sistema de salud, te inscribís pero te lleva años quedar de manera definitiva, yo me recibí en la Barceló y me quedé a ejercer acá por ese motivo, a pesar de que en Brasil hay mucha salida laboral y a los médicos se les paga muy bien, entre el doble y el triple de lo que gano ahora en Argentina”, comentó Michelly.

Al hablar acerca de su experiencia como estudiante, detalló que “el joven de Brasil tiene a la Medicina arriba de un pedestal, es un sueño, pero poco se sabe que la carrera es una dedicación de todos los días, es vocación, no es una prueba de velocidad sino de resistencia”.

“Yo llegué en 2012  desde San Pablo, consideré a Buenos Aires como una opción pero no quería cambiar una ciudad grande por otra, por su parte Corrientes me parecía peligrosa para una chica sola y extranjera entonces elegí venir a La Rioja, lo que más padecí al principio fue que en Brasil todos los comercios están abiertos las 24 horas y acá solo podía ir a Rubito, en esos tiempos no había paseos ni cine, a la siesta la sufría un montón porque todos dormían”, expresó.

Y risueña agregó que “ahora cuando vuelvo a San Pablo en vacaciones siempre pregunto por la siestita, me encanta la comunidad riojana, su buena onda, aunque algunos piensan que venimos a robarles el trabajo, la gente del interior te abre las puertas y te brinda obsequios”.

En el contexto educativo una de las principales trabas que enfrentan los extranjeros es la del lenguaje. “Al contrario de lo que sucede ahora, cuando ingresé en la Barceló no había una materia de español para extranjeros, yo aprendí porque leía mucho y también gracias a unos amigos que me orientaban”, subrayó Michelly.

Diversidad e inclusión

Otra complicación que afrontan los estudiantes que llegan de diferentes países es la de encontrar un lugar donde vivir. En ese sentido Phamella hizo hincapié en que “a pesar de que cumplimos con el pago del alquiler correctamente, muchas inmobiliarias desconfían por la deserción de los estudiantes, eso sucede porque acá están solos, sin sus familias, no tienen con quién hablar, deben limpiar y cocinarse”.

En este punto, los entrevistados coincidieron en la importancia de recibir contención y ayuda de los riojanos, más aún en el ámbito universitario.

En relación Amanda se refirió a lo difícil que se volvió su primer año en la ciudad, ya que se sintió discriminada por ser extranjera. “En clase siempre nos decían que nunca nos íbamos a recibir, que nos volviéramos a nuestro país o se burlaban porque no sabíamos hablar bien el idioma, mi primer año fue muy triste, me sentía desmotivada, no recibía ayuda”, concluyó la estudiante.

Frente a estos datos de la realidad, y después de conocer las historias de los jóvenes brasileños, este 12 de octubre se presenta como una oportunidad para que los ciudadanos  reflexionen sobre la importancia del diálogo intercultural, la diversidad y la inclusión.