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Cada vez son más numerosos los locales desocupados

Un recorrido por el centro de la ciudad deja al descubierto el aumento de los locales comerciales vacíos, a la espera de que algún espíritu emprendedor se anime a alquilarlos. Lo llamativo es que el aspecto desolador de las persianas bajas o las vidrieras cubiertas avanza sobre ubicaciones tradicionalmente cubiertas, muy visibles y transitadas. Ventajas que hoy parecen débiles frente a la crisis que atraviesa el sector..



Hace pocos días, desde el Centro Comercial e Industrial de La Rioja, se difundió la preocupación por la notable cantidad de locales comerciales que en los últimos meses decidieron cerrar sus puertas por la falta de ventas y el aumento en los costos fijos. Un cálculo aproximado arrojaba un 30 por ciento de espacios desocupados en el microcentro de la ciudad.

Galerías, calles y avenidas adyacentes a la plaza 25 de Mayo, incluso en las peatonales frente al mismo paseo principal dejan ver vidrieras desiertas, o cubiertas con papeles y carteles de disponibilidad. En algunos casos, se conservan viejos anuncios de liquidación, en porcentajes por demás aprovechables pero que ni aún así impidieron el cierre.

El transcurrir de temporadas y la permanencia de esas leyendas entusiastas y coloridas adheridas a las vidrieras habla a las claras de que el vacío, sin que  llegue un nuevo ocupante al local, se prologa ya por varios meses. Igual ocurre con los carteles que colocan las inmobiliarias y que de a poco comienzan a perder firmeza horizontal.

El rubro importa poco: de vereda en vereda, EL INDEPENDIENTE dio con espacios que antes ocupaban la venta de lencería, ropa infantil, pinturería, joyería, equipos para celulares, motos, ropa y accesorios femeninos, óptica, tatuajes, peluquería, zapatos, tecnología, más ropa, y hasta el local de una conocida consultora especializada en ofrecimiento de puestos de trabajo, sólo por nombrar algunos comercios ausentes en torno a la plaza. La caída en el consumo de productos y la demanda de servicios hizo muy pocas excepciones.

El comercio minorista, uno de los principales motores de actividad económica en la Provincia y que, a su vez, se nutre del circuito que echa a andar la gran palanca del empleo estatal, no la está pasando nada bien. Se trata de un crisis que no sólo provoca alarma en La Rioja: meses atrás se contabilizaron 350 locales vacíos en el centro de Salta, en General Pico (La Pampa) se detectaron 235 y un relevamiento de hace pocos días en Santa Fe dio cuenta de 851 locales en esa condición, la cifra más alta desde 2015.

Nota completa en la edición gráfica de hoy