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Laura: el amor por sus hijos la ayudó en la batalla contra el cáncer de mama

Al conmemorarse hoy el Día de Lucha contra el Cáncer de Mama, compartimos la historia de la profesora Laura Zapata, que hace 12 años se le diagnóstico la enfermedad y en la actualidad está curada..



Su batalla para vencer este padecimiento, su fortaleza y ganas de vivir son inspiradoras para ayudar a otras mujer que están cursando la enfermedad y para aquellas que siguen sin tomar conciencia sobre la importancia de no descuidar la salud.

En la actualidad el cáncer detectado a tiempo se cura, y aunque se sigue asociando con la muerte, el sufrimiento y el dolor porque atraviesan muchas mujeres se supera y sus historias son inspiradoras para ayudar a otras mujeres que pueden encontrarse en situaciones similares o más difíciles.

En el marco de la conmemoración, El INDEPENDIENTE comparte la historia de vida de la profesora Laura Zapata, que en la actualidad es Directora General de Educación Artística de la Agencia de Cultura Municipal, pero en el 2006, cuando se enteró de su enfermedad, e inició el tratamiento era la Directora de la Escuela Municipal de Arte, de esta Capital. Luego de 12 años, esta es semana en particular fue movilizante para ella, porque si bien sobrellevó la cirugía y el tratamiento con mucha fortaleza, optimismo, espiritualidad, aferrada a la religión y unas inmenzas ganas para no perderse ningún momento al lado de sus hijos, no participaba en actividades de sensibilización  sobre la enfermedad y en esta oportunidad comenzó a hacerlo, y mucho de sus nuevos compañeros de trabajo se están enterando de su lucha contra el cáncer de mama.

“Fui una mujer muy responsable con mi salud, hacía periódicamente los estudios. Ese año en febrero hice todos mis estudios, y en mayo, me descubro un nódulo, fue una sorpresa, volví a los médicos, y me derivan al doctor Sergio Feryala y comenzamos los estudios, muy sorprendidos los médicos, comparaban una mamografía con las de años anteriores y no entendían nada”. Después del diagnóstico, “el 20 de julio, el Día del Amigo, mi hicieron la mastectomía de una mama. Fue una cirugía muy larga”, recordó.

“Salir y defenderme”

Laura contó que en ese momento “entendí que de haber sido tan responsable, porque considero que hay que ir al médico cuando estamos sanos, siempre he tenido ese respeto por la salud,  pero me pasó, entendí que en la vida tenemos una misión y Dios nos da a veces este tipo de enfermedades y no a cualquiera, sino a esas mujeres que como yo, gracias a Dios, he tenido la fortaleza, el espíritu y las garras para poder salir y defenderme”.

“Considero que todas estas enfermedades son espirituales, de adentro, cuando algo nos dolió, cando me duele el alma. Yo venía con problemas, como tenemos todos y me desbordé, no supe canalizar, venía de años muy complicados, trabajaba muchísimo, en ese momento, yo era directora de la Escuela Municipal de Arte, tenía muchísima gente a cargo, tres turnos, vivía y moría en la escuela, mucho estrés, mucho agotamiento, más toda una serie de cosas de la vida. Entonces me enfermé, no importaba si yo había sido cuidadosa o no. Entendí que no supe canalizar mis emociones,  y cuando uno no tiene las técnicas, no sabe eso, es cuando se enferma el cuerpo, nuestros órganos, nuestras células se enojan y empiezan a atacar al órgano más débil y está todo revolucionando”, expresó Laura.

Sanación interna

Fue que en ese proceso de la enfermedad, “dije es el momento de cuidarme yo primero, la sanción tiene que ser por dentro, de sacar el dolor, las lágrimas que tenía reprimidas y que por estar siempre fuerte y paradas me enferme, pero así también me sané, porque encontré un equipo de médicos impresionante. El primer contacto que tuve y vivo eternamente agradecida, fue Feryala, el doctor Luis Kaen y el doctor Diego Kaen y también el doctor Federico Gutiérrez, quien realiza la cirugía con  Ferlaya”, narró.

Laura relató que en parte clínica “estuve bien atendida, pero tenía que curar mi parte interna, me prometí ayudar a los médicos, con la parte espiritual. En la parte holística tenemos diferentes ramas de la sanación, yo elegí el reiki, que es la autosanación  por medio de las manos que tenemos toda nuestra energía”.

Laura contó que luego de la cirugía y de una etapa de duelo, “empecé mi camino sin rencor, sin llantos, sin preguntarme por qué a mí. Se pasa por todas las etapas, porque es un duelo, son las etapas del león que se llaman en nuestra enfermedad, que es la crisis, la negación, la depresión, luego la aceptación y el aprendizaje. Yo todas esas etapas de la curva: crisis y enojo, consideraba que ya las había pasado antes, porque ya me había enfermado,  salté un poquito esas etapas y fui a la aceptación”.

“Mis hijos,  mi eje”

Para Laura “en la medida que nos aceptamos podemos emprender el camino para ver qué hacemos y qué vamos a aprender de esto. Entendí cual era mi misión, que hasta el momento no lo sabía, tenemos que tener un eje, un objetivo, en ese momento yo dije,  tengo que pelear por mis hijos, que en ese momento tenía dos hijos maravillosos: Fede y Guille, y me prometí no perderme ningún momento de la vida de ellos. Así como una leona salí al ruedo”.

Laura recuerda con tristeza, que cuando se enteró del diagnóstico no se lo dijo a nadie, ni a sus hijos, porque no quería preocuparlos y creía que sola podría, les dijo que era “un pequeño tumor”. Sus hijos se enteraron luego de la cirugía porque el médico les explicó sobre el procedimiento realizado. Hoy 12 años después, no volvería a ocultarlo, porque “ahí nomás supe que sola no se puede con esta enfermedad”.

 “Cuando empezamos el tratamiento con quimio y rayos,  te dan todos los miedos, más allá que uno acepte, hasta el miedo me enseñaron a controlar, porque el miedo en todos los seres humanos nos paraliza. También a esa emoción tan nefasta que es el miedo tenés que saberlo controlar”, contó.

Ponerse fuerte

Y agregó: “Me deje llevar, rezaba mucho, hacia la parte espiritual, mucho reiki, que desbloquea todos tus órganos. Cuando aprendés todo eso, entrás en un estado de empezar a hablar, hice una pausa, después de la cirugía, me tome un mes en la escuela, para encontrarme y curarme, es como comencé, hasta que me puse fuerte, porque había enfrentar a todos los empleados que me querían tanto y fue un aprendizaje también para ellos”.

Laura recordó que “el tratamiento fue terrible, pero no tuve ningún efecto colateral, porque hice una terapia con flores de bach para contrarrestar los efectos, no he vomitado, no he tenido desarreglos, seguía trabajando en la escuela, le había puesto un nombre bonito a las quimio, el spa le decía. Siempre he sido coqueta y me hacia masajes, cuando salía para irme a Cori, le decía a mi secretaria me voy al spa”.

Asimismo, recordó que se sentaba en la sala de espera “y la gente quería hacer quimio conmigo, los médicos después me lo cuentan, porque los llenaba de alegría. A Palmira (la enfermera) le pedía que ponga música como la gente, ella me canalizaba, yo la miraba y bendecía lo medicación que me iban a poner, bendecía sus manos. Lo vas aprendiendo, porque en la medida que vos queres sanar, vos también tenés que trabajar en eso”.

Laura hizo ocho meses de quimioterapia, “nunca mas hice, después de finalizar el tratamiento fui a Mendoza a realizar los estudios y todo perfecto hasta el día de hoy. En la actualidad me sigo controlando una vez al año con el ginecólogo y  con el oncólogo”.

Por ello como mensaje, a las mujeres sanas Laura les pidió que sean un poquito más responsables con su salud “porque estamos viviendo unas épocas muy locas, en la que cualquier otra cosa es más importante que nuestra salud, y nuestra salud es lo más valioso que tenemos, cando la perdemos ahí nos damos cuenta que sin salud no somos nada, no tenemos ni el auto, ni la ropa de marca, pero no tenemos que llegar a eso. Tenemos que aprender a ir al médico cuando estamos sanos, y tomarnos ese momento de mujer y decir me quiero yo, me atiendo yo, mimarte un poco, para hacerte los estudios son dos días: uno en que te lo haces y otro que lo llevas al médico y que se controlen si están bien o no”.

“Nunca bajar los brazos”

Para las mujeres que están atravesando por diagnóstico de cáncer, les pidió,  “nunca bajar los brazos, es cierto que se pasan por todas las etapas, pero las vamos salteando de una manera positiva, aún en el peor de los momentos encontremos un motivo porque vivir, que siempre lo tenemos, en mi caso fueron mis hijos, que hora Federico tiene 37 años y Guillermo 33”.

Laura resaltó que siempre se debe encontrar un motivo para vivir “aunque no tengas hijos, no tengas madre, todos merecemos estar felices, todo esto pasa cuando perdemos la felicidad y nos vamos por otro carril . Hay que trabajar el perdón, perdonarnos a nosotras mismas  y dar gracias aún con esta enfermad. No damos gracias  ni siquiera por el sol que amanece, ni por el día que tenemos, estamos muy ocupados con otras cosas, no estamos viendo otra realidad que no está haciendo falta”.