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Se habla del Chacho sin conocimiento histórico de su trayectoria, escribió Félix Luna

En el marco de un nuevo aniversario del asesinato de Ángel Vicente Peñaloza, destacamos un fragmento del libro Los Caudillos, una de las lecturas fundamentales sobre la vida y el significado histórico de uno de los grandes caudillos argentinos, escritos por Félix Luna, dentro de una vasta bibliografía sobre dedicada a la figura del Chacho..



En los últimos tiempos, el Chacho se ha puesto muy de moda. El aniversario de su asesinato sirve para alquitranar copiosamente las estatuas de Sarmiento y el nombre del caudillo es usado "ad nauseam" por los extremistas de derecha e izquierda. Éste del Chacho es un ejemplo muy vivo de aquella politización de la historia.

Lo peor es que la mayoría de las veces se habla del Chacho sin el menor conocimiento histórico de su trayectoria; basta su leyenda y el recuerdo de su tremenda muerte para otorgarle una vigencia póstuma que no siempre es bien utilizada.

Esta supervivencia habría asombrado bastante al zarco caudillo de los Llanos, si hubiera podido vislumbrarla. Es cierto, sin embargo, que algunas de sus características personales hacían bastante previsible este entusiasmo final por su figura: su ingénita bondad, la valentía con que supo asumir su destino militante desdeñando el cómodo retiro que muchas veces se le ofreció, el empecinamiento de su lucha, la astucia criolla de sus recursos estratégicos, el invariable signo popular de sus empresas, en fin, el trágico desenlace de Olta.

Pero la vigencia de la figura histórica del Chacho a través de estas singularidades y otras menos folklóricas, suele tener el riesgo de algunas distracciones graves: el olvido, por ejemplo de la línea política que siguió el caudillo, coherente en su orientación básica a pesar de los cambios de divisa en que debió incurrir. Éste es, a mi juicio, el aspecto más ejemplar de la vida del Chacho, definido por una probada fidelidad a su tierra y a su gente y comprometido hasta sus últimas consecuencias incluso en los suburbios de la ancianidad.

Todos estos factores dieron a este gaucho el privilegio de haber sido biografiado nada menos que por Sarmiento y José Hernández, cantado por Olegario Andrade o provisto de motivos para las farragosas novelas de Eduardo Gutiérrez; sin mencionar los trabajos posteriores y más orgánicos que suscitó en historiadores como Dardo de la Vega Díaz, Fermín Chávez, Santos López y otros. Hay mucha sustancia en la vida del Chacho y a medida que se vayan desenterrando viejos documentos hoy olvidados, habrá más.