Daniel Moyano, la construcción de su relato a través de fotografías
En la Biblioteca Popular Mariano Moreno se presentó el sábado último el libro Los Desvalidos, de Diego Vigna, una valiosa obra donde el autor analiza las relaciones entre las fotografías, los textos periodísticos y las ficciones que Moyano plasmaba desde su miraba analítica del día a día de La Rioja. En la oportunidad, se presentó una muestra "Las tramas de una lengua. Homenaje a Daniel Moyano".
A partir de un trabajo testimonial con amigos y la familia de Moyano, Vigna se interesó en conocer, a través de una búsqueda minuciosa, la relación que había entre el trabajo literario y las fotografías que captó Moyano en esa faceta casi olvidada de su trayectoria, cuando se desempeñó como periodista en La Rioja y fue corresponsal de Clarín entre 1961 y 1976.
La investigación lo atrapó aún más cuando encontró en casa de Irma, esposa de Moyano, una caja con negativos de las fotos de Daniel, pero una en particular seria el disparador de un recorrido intenso ya que en “el segundo sobre que encontré era una hoja plegada y tenía la escritura de Daniel que decía Gracimiano, había tres negativos dos en blanco y negro que serían de parajes de Los Llanos casi despoblado y la otra de una pareja con sus hijos”, que de inmediato la relacionó con el cuento "Cantata para los hijos de Gracimiano".
En el cuento, una pareja muy pobre decide entregar sus hijos a otras familias de poblados cercanos, porque ya no los pueden alimentar. Y en ese sobre de papel estaba la diapositiva donde posaban un hombre y una mujer, cansados y avergonzados, con un niño y una niña tomados de sus manos, como un fiel testimonio de la profunda relación que existía entre la imagen y lo relatado por Moyano.
Después de este hallazgo, Vigna comenzó analizando detenidamente cada manuscrito y cada nota periodística que encontró en archivos de Córdoba y de Buenos Aires, dando una atenta lectura de la ficción de Moyano para llegar a esa relación.
Y es allí donde encuentra que las imágenes pueden asociarse con los cuentos, las novelas y los textos periodístico de Daniel Moyano, “es ahí donde pude encontrar notas firmadas por Daniel, donde no solo aparece la denuncia vital que hacía sobre el despojo del interior riojano sino también su licencia creativa y porque no su delirio, ya que en su obra “Tres Golpes de Timbal” mi hizo pensar que casi todos los nombres de la novela fueron inventados por el” detalló el autor.
Todo lo expuesto por el escritor, el patrimonio documental que este libro puso en valor, fue exhibido en una muestra titulada “Las tramas de una lengua. Homenaje a Daniel Moyano” donde se podía observar el violín de Moyano, manuscritos de sus trabajos y fotografías que reflejan el interior de su querida Provincia que, que dio origen a “Los desvalidos”. Ya que fue en La Rioja, como afirma Vigna en la introducción de su trabajo “Los desvalidos”, donde Moyano tuvo el que consideró “el trabajo más hermoso de su vida” y “comenzó a desarrollar su prosa periodística a la par de su escritura literaria”.
En esta obra, Diego Vigna da a conocer un aspecto desconocido del autor de “Tres golpes de timbal”: su pasión por las fotos, mostrando su propia mirada.
Cabe recordar que anteriormente Vigna con Marcelo Casarin quien coordinó el equipo del Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba que en 2012 publicó la edición crítico-genética de la novela Tres golpes de timbal, en la Colección Archivos, iniciada en la década de 1980 por la Unesco para publicar ediciones críticas de las obras más importantes de la literatura hispanoamericana y que en los últimos años es dirigida desde el Centro de Investigaciones Latinoamericanas que depende de la Universidad de Poitiers, Francia.
Su vida
Daniel Moyano nació en Buenos Aires el 6 de octubre de 1930, pero pasó su infancia en la ciudad de Córdoba y luego se radicó en la provincia de La Rioja, donde ejerció como profesor de música e integró el Cuarteto de Cuerdas de la Dirección de Cultura de la Provincia. Formó su familia y escribió gran parte de su obra literaria. Durante la última dictadura militar argentina fue encarcelado en La Rioja en 1976. Una vez liberado, se exilió en España, donde vivió hasta su muerte. Allí fue obrero en una fábrica de maquetación y, posteriormente, ejerció la crítica literaria para el diario El Mundo.