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Fieles y devotos celebrarán el tradicional Tinkunaco

La tradicional fiesta religiosa, arraigada desde hace mucho tiempo a la cultura de la comunidad riojana, se vivirá este lunes al mediodía cuando se produzca el encuentro entre las imágenes del Niño Alcalde y San Nicolás de Bari.



La ceremonia estará dirigida por el flamante obispo Dante Braida y se desarrollarán en el marco de las “Solemnes Fiestas en Honor a San Nicolás de Bari y Jesús, Divino Niño Alcalde”.

Esta fiesta de religiosidad popular surgió a partir de la pacificación del alzamiento indígena en 1593 por intercesión del sacerdote misionero Francisco Solano, a quien la Iglesia Católica canonizó en 1726.

Posteriormente, fueron los jesuitas los encargados de impulsar la conmemoración del acontecimiento cada 31 de diciembre, a las 12:00, en coincidencia con la oportunidad en que se renovaban las autoridades de los invasores españoles.

La ceremonia tiene así más de cuatro siglos en los que fue adquiriendo un profundo simbolismo y asentando un rito que trasciende lo meramente religioso y particular para revestirse de las implicancias de un llamado universal: la representación del encuentro entre culturas y el reconocimiento de la paz como camino, a través de la autoridad de valores superiores que declaran el amor y servicio a todos los hombres.

El encuentro cargado de emoción y fe iniciará a las 8:00 con una misa y lo mismo se hará a las 9:30. Efectuadas las mismas, desde el mencionado templo y desde la iglesia Catedral, respectivamente, partirán dos procesiones, una llevando a la figura de Jesús Niño, cuyo nacimiento se celebró el 24 de diciembre en Navidad, la otra la del santo patrono de La Rioja, San Nicolás de Bari. El punto de encuentro es frente a la Casa de Gobierno.

Las cofradías de los promesantes del Niño (aillis) y la de los promesantes del santo moreno (alféreces) se mezclaran entre la multitud de riojanos y visitantes que recorrerán las dos cuadras que separan ambas iglesias. Una vez llegados al lugar previsto, los fieles y las autoridades clericales y gubernamentales se inclinarán ante el Niño.

El Obispo esparcirá incienso. El intendente de Capital realizará el gesto de entregar las llaves de la ciudad a la imagen de Jesús. Entonces, un repicar de campanas y agitar de pañuelos, cánticos y estandartes señalará el momento tan esperado. El abrazo sin distinciones en medio del calor típicamente riojano.