Este grupo interdisciplinario conformado entre otros por kinesiólogas, terapistas ocupacionales, y psicólogas, tiene la misión de brindar una asistencia al paciente quemado desde el minuto cero, hasta una vez recuperado continuar con la rehabilitación ambulatoria. Junto a las patologías neurológicas y respiratorias, los niños quemados representan una de las patologías abordadas de manera frecuente en el servicio.

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La titular del servicio, licenciada en kinesiología, Betina Carranza, explicó el trabajo que se realiza con los pacientes pediátricos víctimas de quemaduras en la rehabilitación kinésica, trabajando desde el minuto cero en que ingresan al hospital.

“Se asiste al paciente de manera inter y multidisciplinariamente ya que no solo tienen afectaciones a nivel estético del trofismo de la piel sino que también afecta lo funcional y lo psicológico entre otros” explicó la profesional. Así también se educa a los padres sobre los ejercicios que debe realizar el niño, el cuidado de las prendas presoelasticas y cuidados sobre la piel.

El tratamiento y rehabilitación kinésica marca la diferencia que una secuela de quemadura sea más o menos discapacitantes y el abordaje de los profesionales se realiza tanto en Guardia, UTI, pediatría, como así también continua cuando el paciente es dado de alta, de manera ambulatoria. Es importante el trabajo de todo el servicio realizando la atención precoz con la postura y la colocación de férulas, analizando las zonas con lesiones y buscando la menor cantidad de secuelas en niños que se encuentran en pleno crecimiento.

“Es importante remarcar que los niños están expuestos a posibles quemaduras y las mismas se pueden prevenir sobre todo en el caso de las escaldaduras por agua hirviendo o aceite caliente. Ocurren con ollas, termos, tazas de té, o sartenes a los que el niño no debería tener alcance, y representan el mayor porcentaje de quemaduras” agregó la licenciada.

 

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