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Alerta en red Sharenting

“Sharenting” es la nueva tendencia de los padres a exhibir imágenes de su hijos en las redes sociales. Es una práctica que con la ayuda de internet ha logrado naturalizarse exponencialmente en todo el mundo, incrementando con ello los peligros que conviven en la otra cara del ciberespacio.



Padres orgullosos de sus hijos; sus actividades y logros, con la sola intención de manifestar su amor, pueden convertirse en facilitadores inconscientes de las nuevas modalidades delictivas y fenómenos dañinos de la red.

El término “Sharenting” nació como un anglicismo que proviene de “share” (compartir) y “parenting” (paternidad)- consiste en documentar las primeras sonrisas, palabras, pasos y cada una de las anécdotas de los más pequeños en Facebook, Instagram y otras redes sociales. Este fenómeno mundial se encuentra indiscutidamente instalado como una práctica habitual y hasta puede deducirse que ninguna generación de niños estuvo tan expuesta públicamente como en la actualidad. Ante este panorama que se percibe como inevitable, cabe hacernos interrogantes como: ¿Están o estarían en el futuro, de acuerdo nuestros hijos con las publicaciones que hacemos sobre ellos?; ¿Esta exposición es sensata o perjudicial para nuestros niños?; ¿Somos conscientes de los peligros que implica esta publicidad indiscriminada de su intimidad?

Recordemos que, desde la visión incorporada a nuestra Constitución Nacional por la Convención de los Derechos del Niños, ya no nos referimos a ellos como objetos del derecho. Los niños, niñas y adolescentes son “sujeto de derecho” lo que implica el reconocimiento absoluto de su individualidad, su libertad, elecciones y decisiones, tanto es así que hoy “deben” ser escuchados.

El derecho a su imagen es inherente a su personalidad y no es un dato menor, el hecho de que, una vez subida una fotografía o video a internet, permanecen por siempre en el ciberespacio, en este sentido puede decirse que creamos al hacerlo, una huella digital que acompaña (y/o persigue) a nuestros hijos en su vida adulta. Esto implica que durante su crecimiento podrían sentirse avergonzados/as de las imágenes que no tuvieron oportunidad de valorar; convertirse en blanco de burlas, acoso, ciberbulling entre otros.

En este sentido, siempre es importante pedirle al niño su aprobación para la publicación de sus imágenes, mientras no sea muy pequeño y lo entienda claro está, es en definitiva quien conoce su entorno, sabe puntualmente con quien se relaciona y en definitiva no queremos avergonzarle.

Por otro lado, hay que ser muy cuidadosos con el ejemplo que brindamos, en tanto que, si desde pequeños enseñamos a nuestros hijos/as a posar para publicar cada paso de su vida diaria, resulta complicado esperar que al crecer comprendan el valor de preservar su intimidad a razón de su seguridad. A menos que la protección de esta privacidad encuentre mecanismos óptimos para su resguardo.

Respecto a si el Sharenting es sensato o perjudicial, el organismo regulador de las comunicaciones de Reino Unido -Ofcon - elaboró un estudio en 2017 en el que sugiere que publicar fotos y videos familiares en las redes sociales se ha convertido en un "problema divisorio", sobre si es o no conveniente compartir fotos de sus hijos en internet. A esto hay que agregar un dato que a mi entender resulta preocupante y es que más de la mitad de las personas entrevistadas, declararon que “piensan que a sus hijos les parecerá bien que compartan sus fotos en la red”, y solamente al 15% les preocupa que no piensen lo mismo dentro de unos años. Lo que implica que si no somos capaces como padres de detectar aquellas imágenes inapropiadas que puedan someter en el futuro psicológicamente a nuestros propios hijos, no estamos preparados para enfrentarnos tampoco a los fenómenos dañinos que podrían acosarlos en consecuencia. [i]

Por último, si hablamos sobre la consciencia en la existencia de fenómenos y delitos que pueden desprenderse del Sharenting, debemos prestar especial importancia a las nuevas modalidades delictivas de internet. En una época en la que nuestra intimidad personal, la actividad profesional, académica y financiera se ve signada por los avances tecnológicos, es fundamental comprender que en el futuro, la vida de nuestros hoy pequeños hijos, se verá indiscutidamente estructurada por la red. Y el hecho de compartir tanta información de los niños de manera indiscriminada, más allá de las apreciaciones éticas, favorece la comisión del fraude, la suplantación de identidad, el acoso -entre otros- poniendo se serio riesgo su seguridad.

Ilustrativo de la problemática es el dato que revela la compañía de servicios financieros Barclays; que advierte que hacia 2030 el Sharenting podría costar más de US$870 millones en fraudes en línea -siendo responsable de dos terceras partes de las suplantaciones de identidad en la próxima década- y que cometer estafas por internet "nunca fue tan fácil". En esta inteligencia, una década más de padres compartiendo demasiada información en internet producirá 7,4 millones de casos al año de robo de identidad hacia 2030, lo que por cierto muy alarmante.[ii]

Es primordial como padres reconocer esa falsa seguridad que nos produce la red, mediante por ejemplo la configuración de privacidad, o la selección de contactos, porque la red es para siempre y no siempre conocemos en profundidad a todos ellos. La información que damos, nombres, apodos, fechas, escuelas, actividades, preferencias personales, nombre de la mascota por ej., son datos que permanecen en internet y con el tiempo pueden ser empleados para hackear contraseñas, suplantar identidades, realizar estafas de compras online, préstamos fraudulentos y transacciones con tarjetas de crédito entre otras.

A lo dicho, se debe agregar que la publicación irreflexiva de información y ciertas imágenes de niños/as podrán dar lugar al ciberacoso, al ciberbullying; y la ya mencionada cibersuplantación de identidad. En el peor de los casos las publicaciones pueden ser utilizadas para fines nefastos como el grooming (acoso sexual virtual contra niños/as y adolescentes), la pornografía infantil y en los casos más graves para facilitar información a acosadores sobre los datos que permitirán el contacto físico con sus víctimas potenciales, su abuso y/o la muerte.

¿Qué medidas pueden tomarse?

·      Resulta fundamental asegurarse como padres de que los datos que están haciendo públicos sobre sus hijos no comprometen ni comprometerán su persona. Pensar en si las imágenes junto a la publicación, gustaría o avergonzaría a nuestros pequeños/as. Si no se está seguro/a, es mejor no hacerlo.

·      Comprobar los ajustes de privacidad. Hay redes sociales que permiten mudar de publicaciones “públicas” a “solo compartir con amigos”.

·      Desactivar la opción - para cada publicación en la que expongamos a nuestros hijos o vida íntima familiar- de compartir con “Amigos de Amigos” en tanto nunca sabremos si nuestro contacto ha realizado un control exhaustivo de sus contactos en línea.   

·      Revisar regularmente los contactos de nuestras redes, a efectos de determinar que no son fraudulentos, cuentas falsas o de contenido extraño a nuestros intereses.

·      Es recomendable desactivar las funciones de ubicación y geolocalización a la hora de compartir las imágenes y no dar demasiada información sobre la vida privada del pequeño, tengamos en cuenta que no sabemos a quien puede llegar la información.

·      Muy importante es evitar fotografiar a nuestros niños/as en situaciones de privacidad que permitan naturalizar la exposición de su intimidad.

·      Otra opción es no mostrar su cara para proteger así su identidad.

Finalmente, recordemos que nunca fue tan fácil para los inescrupulosos obtener la información que necesitan para sus fines delictivos, la Web es un gran maestro, y también una puerta abierta a fenómenos y delincuentes que están en este momento expectantes a tu descuido, operando desde cualquier lugar del mundo.

SILVINA A. SANTANGELO CARRIZO- ABOGADA - MEJOR SABER

 


[i] https://www.bbc.com/mundo/noticias-44210074

[ii] https://www.bbc.com/mundo/noticias-44210074