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Ana Mariani sobre La Cuca: Sus víctimas "se admiran de lo temible y maldita"

La periodista y escritora cordobesa, Ana Mariani, invitada por la AMP, presentó su libro “La Cuca”, sobre Mirta Graciela Antón, la única mujer represora de Latinoamérica con condena a presión perpetua. La periodista define a la genocida como “una negadora”, pero los testimonios de las víctimas “son más que elocuentes que de hay una perversión muy grande en esta mujer, por el tipo de torturas”.



En una entrevista con EL INDEPENDINETE, Ana Mariani, periodista cordobesa con 36 años de experiencia en la cobertura de temáticas vinculadas a los derechos humanos, habló sobre su ltimo libro “La Cuca”, que vino a presentarlo en la AMP, el miércoles último en el marco de las actividades por la Semana de la Memoria.

El libro trata sobre Mirta Graciela Antón,  la única mujer represora  sentenciada a cadena perpetua en Latinoamérica, por más de 80 delitos de Lesa Humanidad.  Mariani reconoció que es el libro más difícil que escribió, y que tuvo muchas contradicciones, sobre todo en el sentido de si era conveniente darle voz a los represores, “pero  con el tiempo me di cuenta que  era necesario que se supiera  sobre ellos, porque de lo contrario no íbamos a contribuir a la memoria”.

El INDEPENDIENTE: ¿Qué la llevó escribir sobre Mirta Graciela Antón?

ANA MARIANI: Tuve muchas contradicciones antes de escribir el libro, pero durante cuatro años asistí a la Megacausa La Perla, donde ella estaba sentada en el banquillo de los acusados. Ante una cincuentena de represores me llamó la atención ver una mujer.  Empecé  a pensar en la posibilidad de conocer sobre ella, saber sobre su actuación en el terrible Departamento de Información de la Policía de Córdoba, el D2.  Ahí trabajó ella, desde los 20 años, antes de la dictadura, en 1974, empezó a trabajar.  Córdoba fue uno de los lugares donde los secuestros  y muertes comenzaron mucho antes del 24 de marzo de 1976, porque  funcionaba lo que se llamó como la Triple A a nivel nacional, el Comando Libertadores de América. No sabía si había que darle voz a los genocidas, no estaba muy segura, con el tiempo me di cuenta que era necesario que se supiera  sobre ellos, porque de lo contrario si no hay algún libro que dé cuenta de quienes eran estos genocidas, no íbamos a contribuir a la memoria  que necesitamos tener.

E.I.:-¿Qué le diría a quienes pueden cuestionar que siendo mujer escriba sobre una mujer represora, en este momento de reivindicación de los derechos femeninos?

A.M.:-En realidad nadie supone que además una mujer puede llegar a ser una torturadora feroz, y en realidad para la perversión no hay género. Defiendo absolutamente los derechos de las mujeres, pero evidentemente esto nada tiene que ver con eso. A pesar de que muchos periodistas me pueden preguntar ¿Vos que defendés los derechos de las mujeres y demás, cómo fuiste a entrevistar a una mujer? Y nada tiene que ver una cosa con la otra, porque la violencia y la perversión está en todos,  puede cualquiera serlo, no es una cuestión de género.

E.I.:-¿La represora accedió a ser entrevistada por usted?

A.M.:-En el primer tiempo dijo que no, después el día de la última palabra, que fue el último día que ellos tuvieron derecho a la última palabra, antes  de la sentencia, accedió a verme. El libro consta de las entrevistas a ella, pero también de las voces de los que sobrevivieron a sus torturas.  Entrecruzo el testimonio de ella con el resto de mujeres y hombres, porque llamativamente también torturó a hombres, porque las mujeres policías estaban dedicadas a la custodia de las mujeres, pero ella ejercía tortura. Aparte era un cuadro que estaba bien considerado en la Policía, por sus superiores. En el D 2, fue una masacre realmente, está en el centro de Córdoba, a pocos pasos de la Catedral, y muchos de los testimonios, como estaban vendados, escuchaban las campanadas de la iglesia y sabían que  estaban en el D 2. La gente que pasaba y los curas que iban a dar misa, no podían dejar de escuchar los gritos de las torturas, con lo cual ahí tenemos que ver las responsabilidades que hay en todo lo que nos pasó, en toda la masacre que hubo en este país.

E.I.:-¿Cuántas entrevistas pudo realizarle?

A.M.:-Pude entrevistarla  seis veces: una en Tribunales Federales y el resto en la cárcel Bower, donde  está purgando las condenas, que son tres: Ya estaba con siete años antes, después viene la cadena perpetua y en otro juicio le dan diez años más, con lo cual  es la única mujer en Latinoamérica que tiene estas condenas. 

E.I.:-¿La represora respondió todo lo que le preguntó?

A.M.:-Ella negó absolutamente todo, como lo negó el día de la última palabra, diciendo que era inocente y que en su lugar tendría que haber estado su esposo, pero su esposo esta muerto, que era también policía y actuaba en los secuestros. Ella se consideraba una rehén, pero en realidad si el esposo no estaría muerto, estaría preso, pero ella al lado de él. Ella es hija de policía, hermana de policía,  de Herminio Antón que también tiene cadena perpetua, sus hijos son policía, es tía de policías. Su padre fue quien los llevó al D 2, cuando ella era jovencísima y temible. En el libro, las mujeres cuentan cuando ella llegaba a los secuestros, se admiraban de que con 20 años fuera tan temible, tan terrible, tan maldita, porque no solo torturaban sino que robaban todo lo que encontraban en las casas.

E. I.-¿Cuántos testimonios de víctimas presenta en el libro?

A.M.:-Hice aproximadamente  diez testimonios de víctimas de ella, que también testimoniaron en la Megacausa. Pero aparte de  testimonios en la Megacausa, también después les hacía entrevistas a ellos. Traté de que fueran bastante completos los testimonios, sobre todo de las víctimas. Más allá de las entrevista que tuve con ella, donde  contaba sobre la infancia,  sus estudios, sus padres. Eran más bien relatos sobre su vida,  trataba de evadir  todas las otras preguntas, aunque la última entrevista, fue un duelo entre ella y yo, donde  le pregunté absolutamente todo sobre los crímenes y las torturas, a lo que ella siempre negó. Después no la vi más.

E.I.:-¿La Cuca es la única mujer represora con condena perpetua en Latinoamérica?

A.M.:-No hay otra con cadena perpetua, hay otras con distintas condenas, pero son menores, son de diez, de 15 años, una de  24 años en Santa Fe, que  fue muy similar a ella.

E.I.:-Después de haber hablado con ella y con sus víctimas, ¿Cómo la define a La Cuca?

A.M.:- Recientemente, Hernán Vaca Narvaja, un escritor y periodista amigo, hizo una nota titulando “La mujer que perdió la memoria”. Es una negadora, es una persona que niega absolutamente haber hecho lo que hizo, pero evidentemente los testimonios son más que elocuentes de que hay una perversión muy grande en esta mujer, sobre todo por el tipo de torturas.

E.I.:-¿Cuánto tiempo le llevó  escribir el libro?

A.M.:-Los cuatro años de investigación. Y después la escritura que me costó muchísimos. Es el libro más difícil de mi vida,  haber encontrado el tono del libro me costó muchísimo, porque yo me quedo al margen, yo no la juzgo, pero evidentemente tengo una postura y los dos epígrafes que comienzan el libro es claro que no soy imparcial, pero no juzgo. Una cosa es juzgarla y otra no ser imparcial ante el mal. Creo que hubiera sido contraproducente haberla juzgado, porque para eso está la Justicia, los testigos y los testimonios de quienes sufrieron la tortura.

E.I.:-¿Si el juicio se hubiese hecho en este momento actual, ella estaría condenada?

A.M.:-Creo que sí, ha pesar de todo estaría condenada porque no se podían evitar las pruebas en su contra. De cualquier forma sabemos que en este momento los juicios están ralentizados, se han empezado a postergar juicios, a llevar fechas mucho más delante de lo que se pensaba que iban a ser, por eso creo que es importante este 24 de marzo, que salgamos a la calle todos para pedir justicia y memoria y que se sigan haciendo los juicios.

E.I.:-¿Cómo considera esta instancia de juicios de Lesa Humanidad que se realizaron en Argentina?

A.M.:-Creo que fueron únicos, he recorrido otros países latinoamericanos. Si bien en Chile hubo juicios, fueron mínimos al lado de Argentina. Desde ese punto de vista debemos estar orgullosos de haber sido el país que llevó al banquillo de los acusados a tantos criminales. No hay antecedentes de esta cantidad de juicios, en todas las provincias de Argentina se han hecho.

E.I.:-¿Pensó que en Argentina se iban a hacer estos juicios?

A.M.:-Nunca me imaginé que íbamos a llegar a esto, nunca me imaginé que íbamos a llegar a tanto, por eso creo que es importante seguirlos. Es importante seguir saliendo a la calle para pedir justicia.

E.I.:-¿Cómo periodista le cambió en algo asistir a estos juicios?

A.M.:-Como periodista y desde el punto de vista personal, evidentemente te quedan marcas para toda la vida, no van a ser las marcas de la víctima obviamente, son marcas diferentes pero me quedan marcas que son imborrables.

E.I.:-¿Cuál sería un mensaje por el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia?

A.M.:-Tenemos que seguir luchando y pensando en ¿cómo fue posible esto? Esa pregunta nos la tenemos que hacer para aportar algunas respuestas. En el libro hay algunas respuestas que van a encontrar los lectores para saber  cómo fue posible tanta masacre.