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El día que paralizaron la tierra

Basada en un cuento de ciencia ficción, en 1951 se filmó: ‘El día que paralizaron la tierra’. En medio de la ‘guerra fría’ esta película mostraba algo singular. No solo una advertencia a las dos potencias sobre el constante aumento de armas nucleares, y que ponía en peligro el equilibro del universo, sino de una prueba muy llamativa sobre el dominio de la energía si no detenían esa carrera de destrucción..



Por Carlos Liendro

Klatuu es el personaje central, que llega junto a un robot en un OVNI. Es herido por un soldado cuando rodearon la nave el ejército, y debe ser internado. Allí queda prisionero. Escapa del hospital y recorre la gran ciudad sin que nadie lo reconozca. En medio de la gente va conociendo a los humanos. Puede ubicar a un profesor (tipo Einstein) para que reúna a los cerebros más importantes del planeta tierra y advertirles lo que están haciendo sus gobiernos con las armas. Ese era el mensaje que venía a traer desde otro planeta. Para demostrar qué consecuencias podría tomar, le dice al profesor que a las doce del mediodía, el planeta quedará sin luz. Todo estará paralizado. Excepto los servicios vitales en hospitales. Las imágenes muestran los coches y micros detenidos en medio del caos de la ciudad, los ascensores en medio de los edificios parados, los puertos y sus barcos, los trenes, subtes y aviones estacionados en los aeropuertos. Toda la gente preguntándose qué sucedió.

Algo así sucedió el domingo que era el día del padre. Así como algunos noticieros y periodistas le gusta remarcar que un día de paro laboral le cuesta al país tanta cifra (y lo repiten en los zócalos) en millones; también se puede dar la cifra de cuánto le costó a los comerciantes, gastronómico y trabajadores ese gran apagón que nunca había sucedido en nuestro país. 50 millones de personas quedaron sin luz, y hasta el día lunes todavía 50 mil estaban sin energía eléctrica en CABA y el Gran Bs As (GBA). Allí- no por los medios de comunicación concentrados- la gente comienza a pensar quienes son los dueños de esas empresas privatizadas que manejan el suministro de luz.

El corte se produjo a las 7 de la mañana y fue por regiones. Capital y GBA está acostumbrada a estos cortes (y pocos son los medios que informan a esta altura), Luego se fue sabiendo que en el Comahue y el Litoral estaban son luz. Después se supo que Uruguay y el sur de Brasil tampoco tenían electricidad. Esas regiones limítrofes pertenecen a la misma fuente de Yacyretá y Salto Grande

Tomábamos conciencia que vivimos en un mundo ‘electrodependiente’. Cerca de las once, las baterías del celular se iban agotando y ya no funcionaba internet. Este modelo de tecnología que consumimos nos hace darnos cuenta que somos muy diferentes de la generación de hace veinte años atrás. Algunas radios ya no transmitían y se debió recurrir a las pilas o las viejas radios si se quería estar informado. En medio de todo esto estaban las elecciones en cuatro provincias (que ninguna de ellas tenía voto electrónico). Por Tv los corresponsales de Bs As en Tierra del Fuego informaban que todo estaba normal, ya que la gran isla no está conectada a la red nacional eléctrica, que posteriormente vimos como se constituye la red en un mapa de Argentina.

El 44% del país permanecía sin luz a las 15hs del domingo, cuando el secretario de energía del gobierno Gustavo Lopetegui dijo “que no tenía información de por qué ocurrió”; y se volvía a tener la misma sensación cuando otro funcionario del gobierno debía dar la cara y algunas explicaciones de qué sucedió con el submarino ARA San Juan. Para ambos todo se va a saber más adelante y esperaran que la gente se olvide. Lopetegui estuvo rodeado en la conferencia de prensa por el gerente de Transener y el subgerente de Cammesa para tratar de decir algo. La gente saca sus conclusiones: las altas tarifas se deben pagar, pero se conocen muy pocas inversiones.

‘El día que paralizaron la tierra’ deja varias metáforas reales para comprender. Los relatos de ciencia ficción tienen esa mala virtud de convertirse en realidad (como las novelas de Philip Dick). Por una parte comprender cómo estamos dependientes y controlados en una sociedad (ya no solo de consumo), sino de una tecnología que depende de una sola energía. Y por otro saber que aún no se toma conciencia del calentamiento global que será otra de las consecuencias de los gobiernos que no asumen sus responsabilidades.