El taller show de poesía erótica que se dictó ayer en la Sala de Espacio 73, maravilló a los jóvenes que se atrevieron a participar de la misma. Un tanto pudorosa al principio, con ese toque de sensualidad en los versos y la estética utilizada, Sol Arakai y Pablo Ojeda llevaron a los espectadores a un lugar un tanto desconocido como especial.
La poesía, la música, la fotografía y la danza, permitieron susurrar erotismo en los oídos de los espectadores.
Con un inicio con versos y poesías acompañado de imágenes de cuerpos mujeres, en diferentes espacios geográficos y tiempo, el espectáculo le puso calor a la fría tarde riojana. Ante un recitado que permitía diferenciar el significado de desnudo, desnudez y sensualidad, el músico Pablo Ojeda le dio la bienvenida a la artista Sol Arakai, encargada de ponerle sensualidad a los versos escritos por ella.
Mientras Sol describía perfectamente poesías de su autoría, Pablo la acompañaba con bellas canciones que le marcaban el inicio y final del momento literario.
Poesías que le daban color y te permitían recordar a un amor que se fue, que será recordado siempre, aquel amor que no es correspondido, aquella persona que hechizó luego de un desencanto, y ese/a que vendrá y lo cambiará todo dejando de lado todo lo que hizo mal.
Por su parte Pablo Ojeda, destacado músico de Río Negro, acompañó de manera elegante a Sol. Con melódicas bien definidas, temas en portugués y en español con una voz inigualable, llevaron por momentos a volar y viajar a los presentes por diferentes espacios y tiempos.
En la última parte del show, Sol invitó a los jóvenes a escribir sus propios versos, luego de las diversas emociones que florecieron en la Sala. Con la ayuda de unas líneas que forman parte del libro Ardiente(mente) que saldrá a fin de año, sirvieron como trampolín para que el público plasmara algunas palabras en una hoja en blanco que luego pasó a ser rojo pasión por las palabras y el sentimiento descrito.
Como frutilla del postre, la bailarina Mara se expresó corporalmente ante un público que la miraba atónito por sus movimientos definidos en el escenario de Espacio 73.