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Delegación riojana fue recibida por Francisco

"La oración siempre despierta sentimientos de fraternidad, rompe barreras, cruza fronteras, crea puentes invisibles pero reales y eficaces, abre horizontes de esperanza", expresó el papa Francisco a las delegaciones de la Red Mundial de Oración del Papa, a quienes recibió en El Vaticano, entre ellas un grupo de riojanas.



El pasado 28 de junio el papa Francisco recibió en el aula Pablo VI a las delegaciones de la Red Mundial de Oración del Papa (antes Apostolado de la Oración), a quienes agradeció los testimonios que compartieron algunos de los asistentes, y el servicio que presta a la Iglesia cada uno de los implicados en la Red: “Es un servicio tan necesario que subraya la primacía de Dios en la vida de las personas, fomentando la comunión en la Iglesia”.

Un grupo de riojanas formó parte de la delegación argentina, la que estuvo integrada por Silvia Páez Oliva, “Charito” de la Fuente, “Tita” de la Fuente, Rita Pascale, Graciela García y Dorita Montivero.

Tras la bienvenida, el Papa reflexionó sobre los testimonios venidos de todas partes del mundo. Citó al padre Matthew, que trabaja en Taiwán, y refiriéndose a la versión del Click to pray en chino, afirmó: “Es bueno saber que los chinos, más allá de las dificultades de otra naturaleza, pueden sentirse verdaderamente unidos en la oración, encontrando en ella un apoyo válido en el conocimiento y el testimonio del Evangelio”, y añadió: “La oración siempre despierta sentimientos de fraternidad, rompe barreras, cruza fronteras, crea puentes invisibles pero reales y eficaces, abre horizontes de esperanza”.

Después se refirió a Marie Dominique que habló de la misión del Apostolado de la Oración en Francia, país donde surgió hace 175 años. “Todos nosotros –dijo el Papa-, pastores, consagrados y fieles laicos, estamos llamados a sumergirnos en la historia concreta de las personas que nos rodean, especialmente rezando por ellos, asumiendo en la oración sus alegrías y sus sufrimientos”.

El Papa recordó las palabras de Bettina Raed, procedente de la Argentina, quien es la coordinadora de la Red en Argentina y Uruguay, al decir que “la cercanía al Corazón del Señor nos impulsa a acercarnos a nuestros hermanos y hermanas con amor, y nos ayuda a entrar en esta compasión por el mundo. Estamos llamados a ser testigos y mensajeros de la misericordia de Dios, a ofrecer al mundo una perspectiva de luz donde están las tinieblas, de esperanza donde reina la desesperación”.

A partir del testimonio de la hermana Selam, de Etiopía, que trabaja con los jóvenes del Movimiento Eucarístico Juvenil, el Papa insistió: “Es importante ayudar a las nuevas generaciones a crecer en la amistad con Jesús a través del encuentro íntimo con él en la oración, en la escucha de su Palabra, en el acercamiento a la Eucaristía para que sea un don de amor al prójimo”.

Llamaron particularmente la atención del Papa las palabras de Diego, venido de Guatemala, de quien el Papa dijo: “La sabiduría de los ancianos, su experiencia y su capacidad de "razonar" con el corazón, son una enseñanza preciosa para aprender una metodología fructífera en la oración de intercesión”.

El Papa agradeció el testimonio del padre Antonio, de Portugal y refiriéndose a lo dicho subrayó “Es necesario que la misión de la Iglesia se adapte a los tiempos y utilice las herramientas modernas que la tecnología pone a su disposición. Se trata de entrar en las arenas modernas para proclamar la misericordia y bondad de Dios”.

El Papa finalizó sus palabras insistiendo en que la oración dota al cristiano de una mirada de esperanza. Y animó a los asistentes a continuar con su labor porque “ayudan a las personas a tener una mirada espiritual, una mirada de fe sobre la realidad que las rodea, a reconocer lo que Dios mismo obra en ellas”.