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El retorno de los cruzados: Latinoamérica en una nueva encrucijada

Los titulares de muchos diarios y los zócalos de la TV dicen Enfrentamientos, Choques. Pero no dicen que el ejército los reprime con balas. Conociendo ahora la cantidad de muertos en Bolivia. Los periodistas argentinos que han ido a cubrir las notas en La Paz, han sido acusados de sedición y tuvieron que salir protegidos. No se puede decir que en Bolivia hubo un Golpe de Estado y una nueva derecha mística ha tomado el poder. El siglo XVI convive con las democracias del siglo XXI, en un nuevo fundamentalismo..



Si bien en nuestro país existen políticos que andan con la Biblia en la mano o se comunican directamente con Dios, nunca hemos presenciado lo que ha sucedido en Bolivia. Existen varias lecturas de qué pasó en el gobierno de Evo Morales que llevaba más de una década. Y que tenía uno de los índices de mayor productividad y crecimiento en su modelo económico. Lo cierto es que se interrumpió el orden constitucional y eso en cualquier lugar del mundo se llama: Golpe de Estado. Para quienes hayan podido ver por las redes, no solo la indignación de cómo se le negó el asilo en Argentina ó los países que le negaron el espacio aéreo para poder llevar a Evo a México; se sumaba ver la cantidad de improperios que subía a sus redes la autoproclamada presidenta. Quedaba muy claro: el odio racial reprimido que salía con tanta violencia. A su vez se combinaba con esas ideas religiosas de la colonia (desde el siglo XVI) donde el indio era ‘satanás’. Por eso al entrar en el palacio de gobierno, lo primero que pisotearon fue la bandera Whipala. En el balcón mostraban en alto su Biblia, rodeados con militares que vigilaban para empezar a cometer cualquier asesinato.

Los medios siempre están en todas estas escenas, especialmente cuando se comprende el criterio de empresas que tienen y adonde direccionan su ideología neoliberal (seguimos hablando de los medios concentrados como holdings). La nación y Clarín no mencionaron la palabra ‘Golpe’ y menos el actual gobierno; como los países que se alinean detrás de Washington. Comparar las tapas de los diarios de mayor tirada del país muestra la prueba de lo que se piensa y se dice. Por suerte esta vez, la gente no queda confundida. Las imágenes- como en Chile- son contundentes. La situación por las que pasaron camarógrafos, movileros, periodistas no tan famosos de la TV, dan sus testimonios por twitter, instagram o radios por internet.

En el país donde no se puede nombrar ‘Golpe de Estado’, está todo planificado para llamar a elecciones y proscribir al MAS (Movimiento al Socialismo). Si algo ha logrado el gobierno de Evo y Linares es que han nacionalizado los recursos naturales: los hidrocarburos, el gas, la energía en manos del Estado para poder dar justicia a las mayorías. Esa es una de las claves de porqué había que sacarlo del gobierno. Les cortó el negocio a varios de los intermediarios que vivían de extraer y exportar sin que ninguna de esas ganancias puedan sean compartidas por la gente. Con las multinacionales petroleras en ningún momento las echó (como la prensa se dedicaba a difundir) solo que invirtió las ganancias. Se llevaban el 80% de lo que extraían y dejaban el 20%. Igual se quedaron, ante los millones que se llevaban seguían teniendo ganancias. Eso no se informa a la población. El pensamiento neoliberal es así: las ganancias para el sector privado, las pérdidas para el Estado. Así siempre fue Latinoamérica desde aquel imperio español en las colonias de sus virreinatos (para extraer las minas de oro y plata, sometiendo al indio como esclavo) hasta el nuevo imperio que del norte sigue manejando los hilos por el nuevo orden de la economía. El nuevo gobierno elegido democráticamente va a asumir rodeado. No solo será por las manos atadas de la deuda, sino que al querer buscar la integración para la Región en materia económica: Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay esperará que guiño le hacen desde el norte.

Rosemary Mamani Zambrano había bajado de El Alto. El telesférico había sido suspendido. La gente bajaba gritando por Evo. Los que podían se habían atrincherado en alguna esquina. Los corrieron con gases y luego los balearon. Ella pudo decir unas palabras para las cámaras de TV argentinas: ‘pido justicia’… Sus largas polleras blancas, su piel mestiza, se mezclaban con su llanto.

Carlos Liendro