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La peste

Albert Camus publicó su novela La peste en 1947. Lo consagró como escritor de posguerra, cuando la gente entendió que esos bacilos que se contagiaban en un pueblo, a través de las ratas, los dejaba atrapados. Tuvo diversas interpretaciones. Para algunos era la ocupación nazi en Francia, cuando fueron derrotados en 1940 y vivieron sometidos durante 4 años. Otros entendieron a través de sus personajes- un médico, un periodista, un sacerdote- la importancia de la solidaridad, el castigo de Dios, pero sobre todo la libertad de los hombres.



Por Carlos Liendro

La aparición del coronavirus vuelve a traer la idea mítica de la peste como una plaga. Si las ratas en siglos anteriores eran las portadoras de la peste bubónica, que venían en los barcos de ultramar, como sucedió con la peste negra en la edad media (los barcos llegaban del este y amarraban en Venecia); hoy la tecnología y los medios de comunicación nos transmiten al instante dónde se originó, cuándo comenzó y una cifra que alarma en demasía a la población, como si fueran los resultados de un mundial de fútbol.

Así como en otro tiempo Argentina tenía más generales que en EEUU (y los que llegaban de allá en la dictadura, se admiraban), sucede los mismo con los holdings de medios concentrados. Hace poco estos poderosos medios se han integrado a una nueva Alianza (que suena a la Alianza para el progreso), es AIL (Alianza informativa de Comunicación). Es una agencia creada en 2005, donde nuclea cadenas privadas de televisión de América Latina y el Caribe. Esto termina de anudar dos cuestiones: la de aquellos que creen que Argentina es Florida y toman ese modelo y la de recibir en directo lo que está sucediendo- no en el mundo- sino en Norteamérica.

Los datos epidemiológicos que se manejan con el dengue, son muchos más altos de los 3 casos que han llegado a la Argentina de coronavirus, hasta la fecha. Recién el Estado está comenzando a dar respuesta en cómo se debe combatir y que cuidados se debe tener en la población. Algunos ministerios de salud de algunas provincias salieron a generar las campañas necesarias y las vigilancias epidemiológicas. Como se dice en términos sanitarios. Es una cuestión de políticas de salud pública y de información. Nuestro país, a pesar de cómo se abandonó la salud pública (el triste ejemplo en estos últimos años, fue la falta de vacunas, y por ende el aumento de enfermedades, que en otro momento estaban controladas), tiene estructura para sostener una serie de enfermedades previsibles. Deberá aumentar su presupuesto, seguir capacitando a su personal técnico e integrar a las políticas de salud nacionales y provinciales, a los estudiantes universitarios (médicos, enfermeros, trabajadores sociales, psicólogos), junto a los municipios.

El punto importante en esta nota es informar como los medios concentrados (diarios, radio, TV, internet) manejan la agenda, inyectando un nuevo virus: el miedo. Si desde temprano en la radio se lee el diario que pertenece a la misma empresa, y luego por TV se repiten las cadenas que llegan del exterior en esa misma sintonía, la población tiene poca probabilidad de informarse en forma amplia, con otras voces. Está atrapada. La viven alarmando con números, sin explicar qué deben hacer. No habían explicado cuando titulan ‘el primer caso de coronavirus’: que esa persona viene de afuera. Esa es la principal diferencia. Anteriormente viene citando cuantos infectados hay en tal país y cuántos van muriendo, pero no aclaran- para nuestro país- que por ahora son personas que llegaron de Italia, o que han estado en zonas de Asia.

En la Primera Guerra Mundial fue cuando surgió la guerra bacteriológica. Los países luego pactaron que no se debía utilizar ese avance de la tecnología y la ciencia como arma de combate. Igual se siguieron haciendo experimentos. La guerra- no solo comercial- entre China y EEUU actualmente tiene diversos alcances. Desde lo conspirativo, en la lucha por los mercados mundiales, hasta el racismo con algún mercadito chino en nuestra región.

Enero de 2020 fue un mes cargado de sucesos trágicos. Por un lado, la muerte de 8 niños argentinos, que denominan niños Wichis, en la zona del norte de Salta ‘la linda’ como la promocionan. No se informa que las consecuencias de esas muertes son años de abandono con los pueblos originarios. Entre las múltiples causas está la falta de atención en salud, en educación y principalmente las fuentes de agua, más los desmontes que se vienen realizando. Continuó el tema que tuvo conmocionados (por lo menos en Bs As): el asesinato de Fernando Baez por los rugbiers en Villa Gesell. La condena social fue total. Lo que esos medios no han aclarado- en medio del dolor y la bronca de la gente- con tanta repetición del momento en que lo patean en la calle afuera del boliche- es lo que podría suceder con la condena, y las estrategias del abogado que defiende a los que asesinaron. Se debería explicar que la justicia es más que lenta. Luego se instaló el tema del coronavirus. Un simple analista de medios puede tomar el pulso de cómo se manejan las emociones ante tanta información.