21/09/20
Los orígenes El nacimiento es un acontecimiento importante en la vida de todo ser humano. Cambia por completo la percepción del mundo y las estructuras para amoldarse al nuevo integrante.
Por Nicolás Antonio Díaz- Docente de la UNLaR
El nacimiento certificado de una profesión por las unidades académicas sucede algo similar. Una nueva disciplina científica comienza a ocuparse de ciertas cuestiones que no eran resueltas por profesiones tradicionales. Espacios vacíos y metodologías pertinentes dan inicio a un nuevo hacer en la esfera socio-política-económica-cultural.
Si bien se rastrea los orígenes históricos para determinar su validez y presencia, es necesario que pase por un riguroso proceso que le permita a ese saber-hacer, un lugar a nivel educativo superior que lo posicione en una carrera de grado al mismo nivel científico y de conocimientos que otras profesiones acreditadas como tales, y no pseudos ciencias o disciplinas.
Nuestras intervenciones estuvieron marcada (y aun lo siguen estando) por el trabajo con grupos sociales ubicados en situaciones de marginalidad, pobreza, desventaja, vulneración de derechos, de personas o colectivos sociales, entre otras; eso no constituyó un impedimento para que colegas observen de manera critica la realidad y diagnostiquen, elaboren estrategias, sistematicen experiencias, brindando así de forma rigurosa un “cuerpo teórico re significado “ que se convertirán en insumos de gran importancia para la profesión.
Sin lugar a dudas que los paradigmas vigentes en cada momento histórico determinaron también la forma de percibir e interpretar estas realidades, tal como sucedió con otras profesiones fácticas-empiristas. Podríamos nombrar desde Mary Richmond (1861-1928) con sus primeros diagnostico sociales, conceptualizo, teorizo lo que fue el trabajo social en ese periodo de tiempo señalando los factores externos y los abordajes desde una base psicológica. Su aporte fue el puntapié inicial desde los EEUU.
Sin lugar a dudas el caldo de cultivo de la vieja Europa con sus guerras intestinales, la desigualdad social y la Revolución Industrial, dieron el doloroso parto a una profesión que estuvo atravesada por discursos para-médicos, para-jurídicos, psicologista, y religiosos heredados de los filántropos y los llamados precursores del trabajo social. Es decir Simultáneamente en el viejo continente y en EEUU se presentan los primeros pasos de lo que hoy conocemos y ejercemos con pasión.
En la primera mitad del Siglo XX se creó la primera escuela del Trabajo Social en Latinoamérica en Santiago de Chile, por el Doctor Alejandro del Río en el año 1925. Este profesional médico que venía de Europa con una nueva visión de la atención en salud visualizó la importancia de estos profesionales dentro de este sector. Según Alayón, Norberto, señala que el origen del Trabajo Social en Argentina está ligado a las ideas que emanaban de las corrientes higienistas en las primeras décadas del Siglo XX. Las concepciones de la higiene social, que apuntaban a valorizar los componentes de la medicina preventiva, implicaron un salto cualitativo para la atención de la salud pública. (Alayon N. Historia del Trabajo Social. Editorial Espacio 2003)
Los médicos higienistas fueron quienes impulsaron la creación de los primeros cursos y escuelas de lo que hoy entendemos como Trabajo Social. En 1924 crearon el Curso de Visitadoras de Higiene Social, dependiente del Instituto de Higiene de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires; y en 1930 fundaron la primera Escuela de Servicio Social del país, dependiente del Museo Social Argentino, que en esa época estaba incorporado a la Universidad de Buenos Aires (figurando como Instituto de Información, Estudios y Acción Social). La primera Escuela privada y católica surge recién en 1940, en Buenos Aires, en el Instituto de Cultura Religiosa Superior. (Parra, G. 2001. Trabajo Social y Antimodernidad. Ed. Espacio. Bs. As).
En el año 1965 se conformara el Movimiento de la Re- conceptualización, como una reacción de disconformidad con el modelo imperante de Estados Unidos del cual el Servicio Social estaba imbuido. Se cuestionó las metodologías que no se ajustaban a los escenarios latinoamericanos, y las teorías remitían a realidades diferentes. Por ello este movimiento interno a la profesión busco asumir un compromiso explícito en el pensar y hacer un trabajo social latinoamericano claramente diferenciado de lo heredado y formado desde las escuelas de los EEUU. Países como Chile, Argentina, Brasil, Uruguay inician un trabajo arduo teórico-reflexivo-practico para contextualizar la profesión.
Pero regresando al nacimiento de nuestra profesión es necesario señalar que desde sus inicios estuvo vinculada con las prácticas filantrópicas y la iglesia. Por lo tanto en Argentina se lo asocio al día 2 de julio , fecha que se instituyo en 1961 en la Segundas Jornadas Nacionales de Servicio Social, debido al vínculo establecido entre la profesión, la doctrina católica y a la aristocracia porteñas. En agosto de 1979 en el III Encuentro Nacional de Asociaciones de Asistentes Sociales, que se llevó a cabo en Santiago del Estero, se ratifica el 2 de Julio como día de la profesión.
Por lo tanto se define el 2 de Julio como un reconocimiento y homenaje la Visitación de la Virgen María a su prima Isabel, quien a sus 80 años iba a dar a luz a Juan el Bautista. En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá señala el Evangelio de Lucas 1:39-45. La finalidad de la visita de María habría sido para asistirla, acompañarla, recibir consejos de una señora mayor. Pensemos por un momento el marco ideológico del cual estaba impregnada todavía nuestra profesión, el discurso de sectores de poder, y también la asociación interesante que hacen a una joven de 15 años que se presta servicial ayudar y acompañar a su prima que dará a luz en plena vejez. La visita social, la ayuda, la colaboración, escuchar y aprender del dueño de casa, son elementos que configuran una escena que no deja de ser atractiva en ese contexto. También no debemos olvidar que el Papa Pablo VI el 14 de febrero de 1969, en la reforma del calendario tras el Concilio Vaticano II trasladó al 31 de mayo el día de Nuestra Señora de La Visitación; debido a que el 24 de junio se conmemora el nacimiento de Juan el Bautista. hasta la actualidad en varias localidades se mantiene como fiesta patronal el día antiguamente asignado, un claro ejemplo es en la Ciudad de ANCUYA en Colombia donde va del 1 al 5 de julio los honores a ella.
Por lo tanto se constituye así el día del Asistente Social como una forma de homenajear a los profesionales que acude a prestar servicios de ayuda, orientación acompañamiento y resolución de diferentes problemas en instituciones públicas, privadas, comunidades o domicilios particulares.
Desde ese tiempo hasta la actualidad paso mucha agua bajo el puente y oscuras crecientes barrosas, que trajeron con ella la triste experiencia del golpe militar que obligo a emigrar para terminar sus estudios a muchos compañeros. Las Universidades de Córdoba y posteriormente la de Catamarca permitieron acceder al título de Licenciados en Trabajo Social, cuando se cerró en nuestra provincia la carrera. Incluso en algunos países latinoamericanos los gobiernos de facto, erradicaron en la formación académica las cátedras de grupo y comunidad por considerarlos una amenaza para el nuevo orden imperante.
Martinelli Lucia señala que en el siglo XX el Servicio Social negara la identidad atribuida y superara la alienación rompiendo con los propios orígenes burgueses, dando paso a una identidad profesional política (…) capaz de crear alternativas de prácticas sintonizadas con el desarrollo de las contradicciones sociales (…) (1995:181).
En el transcurso de los años los profesionales de la talla de Natalio Kisnerman, Norberto Alayon y Alberto José Diéguez proponían correr el día 2 de Julio al 10 de diciembre en coincidencia al día internacional de los Derechos Humanos. Pero recién en abril del 2012 se materializa esta propuesta en la reunión de la Junta de Gobierno de la Federación Argentina de Asociaciones Profesionales de Servicio Social llevada a cabo en la Ciudad de Paraná, y cuenta con la adhesión de la Federación Argentina de Unidades Académicas de Trabajo Social; recordándose también con esa fecha el retorno de la democracia en la Argentina, en 1983.
En el año 1984 se sanciona la primera Ley provincial de ejercicio profesional, Nº 4.377, que se componía de 3 (tres) libros y 59 artículos de los cuales algunos de ellos se integran y conforman la ley actual, respondiendo a los escenarios socio-políticos-económicos actuales.
Es loable destacar que esta ley se generó a menos de un año de la restitución de la democracia en el país, por ello tiene un valor intrínseco, cara al sentimiento de los colegas que participaron en su elaboración y permitió la gestión ante las autoridades de la Universidad Provincial de La Rioja, que luego fue nacionalizada, la reapertura de la carrera con la denominación que actualmente la conocemos, Licenciatura en Trabajo Social.
Con fecha 11 de Agosto del 2009, el Boletín Oficial, de la Provincia de La Rioja publica la Ley Nº 8522 que crea El Consejo Profesional de Trabajo Social de La Rioja “que tendrá a su cargo y en exclusividad el gobierno de la matrícula y el control del ejercicio profesional (…)” fijando las incumbencias, código deontológico, constitución, organización. En ese mismo acto jurídico-administrativo se derogo la anterior Ley Nº 4.377.
Al final de su artículo 3º señala “Establécese el 25 de septiembre de cada año como el “Día del Profesional de Trabajo”
Se podría decir que el camino fue arduo, cargado de angustias, pañuelos empapados por las pérdidas y las ausencias forzadas, pero no frenaron ni determinaron las capacidades para hacer y construir dialógicamente la formación de una profesión, las luchas continuas para ganar un lugar de respeto dentro de las ciencias sociales.
Cada país tiene un desarrollo diferente en sus modelos de Estado y gestión, y esto condiciona el lugar del trabajo social como profesión asignado en las instituciones, en las agendas de gobierno y la formación académica de los colegas, radicando ahí el desafío para las actuales y futuras generaciones. Por ello es necesario encarnar un proyecto político ético profesional latinoamericano que contribuya a una sólida formación académica, que señale los derechos humanos, el reconocimiento de la diversidad y el buen vivir de los pueblos como horizontes de nuestras intervenciones en la praxis cotidiana.
Se hace imprescindible continuar con el ejercicio de re-pensarnos como colectivo profesional, con las fortalezas y debilidades, los proyectos inconclusos y las utopías, y no meros gestores de asistencia, brazos operativos de otras profesiones, ni solo ejecutores de políticas sociales, ni inspectores de la vida cotidiana de grupos excluidos.
Los trabajadores sociales poseemos un marcos teóricos que se sustentan en paradigmas contemporáneos, prácticas específicas, que potencia en una dialéctica continua de pensar-reflexionar-intervenir grandes oportunidades para aportar en la vida cotidiana de los usuarios del servicio. La especificidad en esa forma de mirar, proponer, crear, hacer, establecer, defender, marca una diferencia e identidad propia para articular el trabajo con otras profesiones.
BIBLIOGRAFIA
Alayon N. (2003) Historia del Trabajo Social. Editorial Espacio Bs As
Díaz, Nicolás Antonio (2018) Articulación estratégica del Consejo Profesional de Trabajo Social de La Rioja con la Universidad Nacional de La Rioja y otros Actores Sociales. Ponencia Universidad Católica de Santa María. Arequipa. Perú
Ley Provincial de Trabajo Social Nº 8522 (2009) La Rioja Argentina.
Ley Federal de Trabajo Social Nº 27.072 (2014 ) Bs As Argentina.
Martinelli, Lucia (1995) Servicio Social: Identidad y Alienación. Editora Cortez. Sao Pablo.
Parra, G.( 2001) Trabajo Social y Antimodernidad. Ed. Espacio. Bs. As