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28/05/21

Feudalismo o proyecto emancipador

El Peronismo siempre ha planteado, en el camino de la militancia, una defensa de la identidad y la pluralidad cultural. La cultura es siempre la síntesis del hacer de una comunidad, las culturas anteceden a las formaciónes políticas, a las fronteras.



Por Guito Vergara

La cultura es la identidad de una nación y nuestro proyecto – el emancipador – es pluricultural, que se ha venido enriqueciendo con sucesivos aportes, es un proyecto plurietnico y plurirreligioso. Ahora bien, expresado algunos conceptos sobre la identidad y la cultura de nuestro país, que están ligados obviamente a las conductas públicas, ellas más el estudio de nuestra historia, son las responsables para entender el devenir del pueblo argentino.

El sentido del tiempo existe en una época y en una comunidad determinada incide en la definición de una política, forma parte de esta y de su práctica. Por ello hoy, en el análisis desapasionado sobre los orígenes del Movimiento Nacional Peronista, debemos preguntarnos: ¿el peronismo en el norte de nuestro país es feudal o el feudalismo se vuelve peronista?, o bien ¿nació de los sectores conservadores preexistente un peronismo distinto?; sin lugar a dudas, diametralmente diferentes al peronismo de los centros industriales donde la conciencia política y la praxis están más ligada al desarrollo de las fuerzas del trabajo.

El peronismo siempre ha representado los intereses económicos y políticos del pueblo trabajador, que piensan al hombre junto a su ámbito, que los orígenes del mal o del bien no provienen de Dios sino del propio hombre y sus circunstancias. En lo personal podría afirmar que en el norte de nuestro país – NOA y el NEA – los sectores feudales y conservadores, las principales familias, que dominaban los gobiernos provinciales desde la Colonia a la Década Infame, captaron desde su nacimiento al peronismo, falsificándolo e integrándolo al viejo sistema de dominación.

En el primer gobierno de Perón, muchos conservadores fueron funcionarios de primera línea, en las administraciones provinciales de los gobiernos peronistas. Evita va expresa una frase contundente para definir al Movimiento: “El Peronismo será revolucionario o no será nada, “en ese camino de conclusiones John Williams Cook va a manifestar: “El Peronismo es el hecho maldito de la burguesía nacional,” Ello es cierto a medias, con la excepción de la provincia de Tucumán donde la Fotia de vocación peronista exigía regular la distribución de la plusvalía entre los obreros de los ingenios azucareros.

La revolución peronista en el norte, solo llego de la mano de los planes quinquenales de Perón sin que se produzca la transformación ideológica del pensamiento feudal al peronismo, un ejemplo de ello es la tenencia de la tierra y el uso de los turnos de riego, la sanción de leyes que benefician a los negocios de los sectores del poder, junto a una justicia amañada a gusto de los poderosos. Perón proclama: “la tierra para quien la trabaja “. Sin embargo en el norte, la tierra es un bien del fuedo para mostrar riqueza y poder ante el resto de los semejantes. Las viejas figuras del poder eterno, supieron “tejer” inteligentemente con una gran capacidad de olfato sobre los “nuevos vientos” para seguir manteniendo los privilegios, entonces se volvieron, más peronistas que el mismo Perón. Después lo traicionarían sin problemas en el 55 al peronismo destruyendo sus símbolos y persiguiéndolo. Algunos de ellos se reciclaron después en la década de los 90.

En el año 1973 tengo un encuentro para hablar de política con el diputado provincial por el pejota de la ciudad de Chamical Rufino Arroyo, éramos varios lo que participamos en la reunión donde el diputado Arroyo, relató la siguiente historia, que corrobora una parte de la verdad sobre el nacimiento del peronismo en La Rioja y que se repite el mismo esquema en todo el norte a excepción de Tucumán como ya dijimos. El diputado Rufino Arroyo formaba parte en aquel entonces del combativo cuerpo de delegados gremiales de la poderosa Unión Ferroviaria. Arroyo trabaja manteniendo en condiciones las líneas de vías del tren desde Cruz del Eje a La Rioja (llamados popularmente chelqueros con palas, hachas y machetes hacían el trabajo de limpieza de las tronchas con las vías). Un día menos pensado –relata Arroyo – recibe una notificación de la conducción nacional de la Unión Ferroviaria donde lo emplazan por tres días para aceptar el cargo a candidato de diputado nacional por La Rioja en las próximas elecciones generales donde el peronismo proclamaba la fórmula de Perón - Quijano a presidente y vicepresidente.

Perón decide entregar a la Unión Ferroviaria la confección de todas las listas a diputado nacional del país. Una gran fatiga, una inmensa preocupación someten a Rufino Arroyo a las largas noches de insomnio por el compromiso a resolver si aceptaba ser diputado nacional por el peronismo, la candidatura para diputado nacional no era para él, de chelquero a diputado de la nación no podía ser posible. 

Al amanecer de la última noche sin dormir Rufino Arroyo concluye en haber encontrado la solución tan ansiada: voy a pedirle la “gauchada” al doctor Costa Carbel para que me remplace como candidato a diputado nacional. Después de esperar un buen tiempo en la puerta del domicilio, Rufino Arroyo logra hablar con el doctor Carbel quien la manifiesta que le hace el favor de aceptarle la candidatura, porque “sos vos Rufino”. El doctor Carbel ha sido un hombre de gran fortuna, hacendado, dueño de hectáreas de campo, empresa constructora etc. pero Rufino y su miedo, lo travistieron de peronista “de la primera hora,” es el punto también, del nacimiento en La Rioja de un peronismo conservador lejos muy lejos de la doctrina peronista, del joven trabajador Felipe Vállese asesinado por la represión y de las glorias de la resistencia. En honor a la verdad al final, tengo que decir que Rufino Arroyo contaba esta situación con un gran arrepentimiento por la decisión tomada.