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12/10/22

Descubriendo el Futuro

Amigo, permítame sembrar una semilla de esperanza. (Juan 11:41-42) "Quitaron la piedra, y Jesús, mirando al cielo, dijo: Padre, te doy gracias porque me has escuchado. Yo sé que siempre me escuchas, pero lo digo por el bien de esta gente que está aquí, para que crean que tú me has enviado".



Por José Luis Caseres
 
Una multitud de rostros tristes, un silencio espeso, la resignación llenando la atmósfera. Todos mirando adentro la tumba, que fue abierta por pedido de Jesús.
 
Son los momentos finales, la última despedida, Lázaro el vecino bueno, el amable, se fué, la enfermedad lo consumió.
 
Jesús, el amigo de la familia llegó tarde, lo llamaron, lo esperaron, tenían esperanza, pero no llegó a tiempo. Aunque esta ahí pero es uno más, también está triste, también lloró, pero ya no había nada por hacer, solo resignarse.
 
En ese instante, levanta sus manos y su rostro al cielo, su semblante se ilumina, la tristeza huye, la Fe alumbra esa atmósfera oscura. Jesús  ora, con tanta propiedad y  naturalidad, porque está viéndolo, es su Padre  Dios, y ora las palabras más hermosas y esperanzadoras que todos podemos orar.
 
Amado, es que Jesús vivía a diario una relación de comunión con el Padre tan real, pasaba largas horas, noches enteras,.muy de madrugada, oraba al Padre, para El Dios era real y visible.
 
La vida nos lleva a menudo por situaciones límites, caminos sin salida, tempestades muy oscuras, donde las lágrimas y la resignación nos quieren hundir, donde las multitudes de, amigos, conocidos, recursos, habilidades, nada pueden hacer.
 
Descubra el secreto divino de ver la vida en medio de la muerte, de ver a Dios aún en los días más aciagos, de su existencia.
 
Descubra el secreto de la esperanza inmortal, aún cuando estés rodeado de todo y de todos, pero nadie podrá salvarte.
 
Si hoy cambias tus prioridades, y reconoces a Jesús como salvador y Señor de tu vida, y rindes tu voluntad a El, si lo buscas cada día, como buscas todo lo material que te está aspirando la vida.
 
Entonces sentirás en tu interior su realidad.
 
Frente a lo irremediable, solo levantarás la mirada, y tus manos al cielo y verás a Dios por la Fe. Y todo lo que ya diste por muerto, volverá a vivir.
 
Glorioso día allí, después de orar Jesús, la atmósfera se cargó de Fe, y con voz potente y con Autoridad llamó a la vida al que había muerto.
 
La muerte que ya celebraba feliz, huyó vencida, y el mismo lugar de las lágrimas y resignación, ahora es una fiesta de celebración victoria, y Dios fue exaltado.
 
Amado, no te resignes, busca a Jesús, espera en Jesús, si El llega a tu vida, tu oscuridad se iluminará, el lugar de tu dolor se cambiará en alegría, lo que diste por perdido, se encontrará, Bendiciones.