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¿El nuevo Frankestein?

Vivimos en una cultura binaria. El dólar rige en la city, y se extiende desde el poder financiero de New York a la Argentina. Milei es uno de sus potenciales generadores de esta nueva cruzada. Su fórmula de dolarización todavía no convenció a los empresarios que se juntaron en Bariloche, pero esta historia cíclica del país va a tener más continuidad, porque los responsables del aparato político están en las provincias y en los pactos que se están cocinando en CABA.



Por Carlos Liendro

Si hace cuatro años alguien hubiera osado en el ambiente político y económico, hablar de dolarizar la economía le hubieran dicho que estaba ‘crazy’. En esta nueva falta de propuestas de la clase política la cuestión de la ‘dolarización’ ha prendido de otra manera. Primero mucha gente se había tragado el anzuelo, de que iba a ganar en dólares. Y cuando empezaban a aclararle que su sueldo promedio, va entrando en la realidad. Las consultoras económicas, a través de sus ‘periodistas especializados’, explican lo complicado que por ahora sería pasar todo a dólar. Dejaban en claro esas consultoras y fundaciones, que no se tenían datos reales de cuánto ganaría en promedio un trabajador en dólares, porque no sabía si sería un ‘dólar blue’ o un dólar oficial. Hay que recordar que los grandes grupos sojeros y de exportación siempre esperan (guardando su cosecha en silos), a que este suba; y más tarde entendemos quienes son ‘las tres casas’, que se encargan de la suba del dólar.

La población es la que sufre las consecuencias. Una guerra que no para entre la inflación y sus sueldos. Una batalla muy desigual, porque el gobierno (y agregamos la clase dirigente) no tiene un plan para detener la inflación. Solo los absorbe la deuda. Esa deuda ilegítima que nunca llevaron al Congreso, para que la gente que los votó supieran desde que arrancaron, quiénes la pidieron, en qué la gastaron y cómo la han sacado del país. Simplificando: la política económica es pedir préstamos al FMI, al Banco Mundial, al BID (Banco Interamericano de Desarrollo) para seguir pagando la deuda. Lo último que se les ha ocurrido es ir al Yen, y buscar a Lula, para alguna forma de préstamo.

Los grupos financieros saben que no hay dólares en el Banco Central, y en medio de esta incertidumbre, vuelve Milei. Ya la mayoría- y como ha crecido en las encuestas- no lo toma como un payaso, ni el autoritario, ni el maltratador de mujeres periodistas (como se vio en Salta, y en archivos que circulan por TV), tampoco ya sirve lo que le dice algún intendente de Buenos Aires: ‘masturbador compulsivo’. ‘El libertario’ sigue creciendo en las encuestas y los jóvenes ‘antipolítica’, lo van a votar. Lo que hay que responder es por qué.

Hace rato que se ven estos síntomas, pero el periodismo local no le interesó tenerlo en cuenta, y el periodismo bien pago de los Medios concentrados, se encargar de hacerlo desfilar por sus canales, sin repreguntar nada. Por eso su grito de guerra ( hay que quemar el Banco Central!) está en su plataforma. Vuelve sobre 3 o cuatro ejes, donde intenta tranquilizar primero  a los mercados y empresarios (que aún le desconfían. Estos se sienten más seguros con Larreta o Massa), pero en el electorado va subiendo en un 21 % de las encuestas. Si llega al 30% habrá ballotage. Hay que volver a decir que Milei entre sus economistas que más admira es a Felipe Cavallo, y el mejor gobierno fue el de Menem. Era la época dorada que las clase medias y altas que quieren volver a vivir (el modelo neoliberal del país de los 90): el dólar uno a uno.