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Giro a la derecha

El electorado riojano decidió en las PASO girar a la derecha. Esta vez la decisión la tomó toda la provincia. Ya lo había hecho en el 2015, pero solo capitalinos y chileciteños cuando fue electo presidente Mauricio Macri. Cuatro años después, en 2019, desencantado con el macrismo volvió a apostar a un gobierno enrolado en la justicia social..



 Han pasado otros cuatro años y una mezcla de hastío, enojo, bronca contra el supuesto costo de la política (la casta de los dos partidos mayoritarios), más el rechazo a políticas populistas a las que se culpa de la persistente crisis financiera y el déficit fiscal se inclinó, por una derecha más extremista. En octubre con las elecciones generales para presidente y vice y legisladores al Congreso, o en noviembre si hay ballotage, se sabrá si el giro a la derecha en La Rioja se concreta. 

En tanto, bueno es saber quién es el beneficiario directo de lo que riojanos y riojanas votaron este domingo que pasó. Javier Milei, economista, docente, exarquero, asesor de gobiernos, diputado nacional, excéntrico, provocador, mesiánico, estilo estrella de rock que, en otros tiempos, jamás hubiera sido tenido en cuenta ni para precandidato, ahora es candidato a la presidencia de la Nación por el Partido la Libertad Avanza y, ganó en La Rioja. 

Corresponde analizar a los protagonistas y al contexto. 

¿Por qué, el peronismo que hace tres meses recogió 110 mil votos para reelegir a Ricardo Quintela gobernador quedó segundo con apenas 60 mil sufragios, perdió en cuatro departamentos, tres de los más poblados y con la nueva oposición segunda en el resto? 

Se presagiaba la presencia de Milei con el famoso reparto en tercios y se sabía que en Capital y Chilecito el peronismo venía perdiendo votos, pero la contundencia de los números causó tal impacto que hasta los mismos ganadores descreían de los datos que iban llegando.

Datos que tampoco tenían porque carecen de logística y estructura. El centro de cómputos PJ, único que tenía información después de cerrado los comicios, tuvo que difundir su propia catástrofe en las urnas, por eso salieron a reconocer la derrota mucho antes que la dirección Electoral Nacional diera a conocer los resultados iniciales.

¿Sin movilización?

Una primera explicación a la derrota fue que el PJ no movilizó lo suficiente el día de la elección, no organizó el traslado de afiliados y con mucho amor propio de las bases apenas se pudo contar con fiscales de mesa y generales en toda la provincia.  Se limitó a garantizar una mínima estructura para la distribución de votos, algunos dicen que ni siquiera funcionó el tradicional comando electoral de cada departamento. En provincia de Buenos Aires, los intendentes reconocieron que “nos fuimos de rosca” porque ordenaron cortar boleta en favor de Milei para contrarrestar a Bullrich, acá en La Rioja el libertario tuvo votos en todas las mesas de la provincia, hasta en los pueblos más pequeños de los valles, sierras o llanos ¿Cómo llegaron las boletas si no tienen estructura? El candidato Martín Menem, ligado al peronismo a través de su padre Eduardo y su tío Carlos tiene aceitados contactos con el PJ. 

¿Se confió demasiado Quintela al ponerse la campaña al hombro? Confió en que plantear dos modelos económicos en juego, disputar a nivel nacional junto con gobernadores el derecho a nominar candidatos y propiciar la unidad era suficiente. La enorme movilización con que recibió al precandidato de la UP, Sergio Massa en el Domo, no se concretó en votos, entonces resurgen, siempre soterradas, siempre detrás de escena las críticas a la estrategia nacional y provincial.

En la mira, la centralidad comunicacional sin fronteras entre lo partidario y lo oficial, y el adelantamiento de las provinciales que dejó sin objetivos locales a los municipios y sin poder arrastrar votos propios. Relatos de militantes y observadores del interior lo reflejan: “en mayo se eligió todo acá y ahora no estaba en juego el pellejo” de los dirigentes locales. “Fue notable” opinó otro, la diferencia entre la movilización de mayo y la de este domingo.

¿Qué hubiera pasado si se permitía las PASO para cargos legislativos? Quizás, la disputa interna hubiera incrementado el interés o quizás no. El frente opositor Juntos por el Cambio con dos listas para senadores y diputados cayó rendido ante la lluvia de votos libertarios a un tercer lugar y 30 mil votos menos. Fue voto “bronca” contra todos.

¿Y ahora?

Pocas declaraciones y pocos posicionamientos del oficialismo ante la derrota no permiten avizorar la estrategia hasta octubre. Se sabe que la decisión es revertir el resultado, aunque el golpe fue demasiado fuerte. Se apuntará a los 110 mil electores que no fueron a votar y a los 20 mil en blanco. Hay departamentos donde votó menos del 50 por ciento de los empadronados “todos peronistas, confían en el peronismo, no quieren votar opositores, pero están decepcionados”. La pregunta es cómo se los convence. No solo a los que no fueron, también a los que votaron en contra. En otro contexto histórico, en las PASO del 2013, el Frente para la Victoria perdió ante Fuerza Cívica Riojana que se alzó con un histórico triunfo. Por entonces, el gobernador Beder Herrera se puso al frente de la campaña y en 77 días revirtió el resultado en las generales y ganó una diputación.

Otros factores

Claro que no todo es responsabilidad del peronismo riojano: hay otros factores que explican el fenómeno Milei. Uno, en un país inflacionario es difícil mantener adhesión al gobierno. Los militantes históricos podrán sacrificar bienestar en defensa de una ideología, pero las nuevas generaciones no; ven y viven un mundo diferente. No son democráticos, no creen en la democracia, prefieren el autoritarismo y son individualistas. El triunfo libertario es nacional afecta a las dos fuerzas políticas mayoritarias. Milei, no es un improvisado, -aunque muchas de sus ideas no se podrán concretar- es economista, diseñó una propuesta vinculada a lo que más afecta a los argentinos, la situación económica y el modelo inflacionario. Atacó políticas públicas, aborto, ESI, educación y salud gratuita, subsidio de servicios, diversidad cultural y de género, control del dólar y precios y los relacionó con el gasto público/déficit fiscal. No son gratis “alguien las paga” y con eso interpretó un cambio cultural, “con la nuestra” en referencia al uso de recursos económicos que son de todos. 

Quienes lo apoyan tienen contradicciones: no están de acuerdo con sus posturas extremas, -saben que ellos mismos perderán beneficios- pero quieren “un barajar y dar nuevo” o que “explote todo” y empezar “de cero” porque entre “seguir votando a los mismos” mejor uno “nuevo”. Así de drásticos son los jóvenes. Y, las juventudes de todas las épocas quieren cambiar el sistema en que viven, a su modo, hacer la revolución.

Otros adhieren a Milei no por ignorantes o porque “viven en un termo” sino porque se desenvuelven en la economía informal. No los afecta la perdida de derechos, trabajan en negro, no gozan de esos derechos, son los que tarde se darán cuenta que no podrán jubilarse o acceder al sistema de salud. Hay otro sector informal que quiere mantenerse ahí porque no pagan impuestos o evaden, no les interesan los derechos, ganan lo suficiente y acumulan para vivir de rentas. Son jóvenes empresarios, estudiantes, trabajadores, quizás profesionales que no aceptan los límites que impone un Estado y que no quieren que el Estado regule la vida social, menos la económica. 

Según la OIT son 8 a 10 millones de personas, contra 12 millones de trabajadores registrados. La mitad de la economía en Argentina funciona por fuera del Estado y sus actores están de acuerdo con Milei, es más son los que dicen que “no pagarán impuestos para mantener vagos” aunque esos impuestos generen infraestructura (caminos, aeropuertos, servicios de energía, agua, transporte, etc.) que necesitan para sus actividades económicas. 

Otros que juegan un papel clave son el establishment o poder económico concentrado en empresarios que manipulan precios para presionar gobiernos; el FMI que exige recorte al gasto social y especuladores financieros que hacen sus ganancias con el dólar paralelo. La devaluación, después de las PASO, condicionará a Unión por la Patria en su intento por recuperar confianza y los anuncios de medidas paliativas tampoco garantizan un plan sustentable -más allá del rol que juega el FMI- que consiga cambiar el humor social en favor de la reelección del gobierno.

Profunda preocupación

Hay mucha preocupación en el progresismo, el radicalismo, la izquierda, el peronismo y el kirchnerismo que tienen por banderas la justicia social, la soberanía política y la independencia económica. Millones de argentinos verán afectados derechos laborales, sociales, culturales y económicos librados al libre mercado. 

La dolarización preocupa a ahorristas e inversores pequeños porque voceros libertarios dieron a entender que tomarán los depósitos particulares de los bancos o invertidos en bonos para hacerse de pesos y comprar los dólares con la promesa de devolverlos cuando la economía mejore. Lo mismo que hizo Menem en 1991 con la paridad, un dólar=un peso y el Plan Bonex. 

Otros que expresaron preocupación -tarde porque dejaron crecer las críticas al populismo del que se nutren- fueron empresarios agrupados en la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), Unión Industrial Argentina (UIA), Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA), Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA), Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) y Sociedad Rural Argentina (SRA) porque eliminará la obra pública, descartará el Mercosur y romperá con China, principales socios comerciales de las empresas argentinas.

La economía social y solidaria cuyos objetivos no son maximizar ganancias y excedentes sino asegurar una vida digna será de las más afectadas por las políticas de Milei. Cooperativas, mutuales, emprendedores, artesanos, Pymes, asociaciones, fundaciones y empresas sociales necesitan el apalancamiento del Estado para integrarse y estabilizarse ya que incorporan trabajadores excluidos, precarizados o vulnerables y requieren apoyo para poner en marcha capacitaciones más trabajo asociado y autogestionado. Al decir de Juan Grabois, exprecandidato a la presidencia por el sector, los planteos libertarios son deshumanizantes, negativos para una visión humana de la sociedad.