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La especulación del poder

El gobernador Ricardo Quintela anunció en estos días un nuevo bono para el personal dependiente del Estado a pagar junto con la “quincenita”. A poco más de un mes de la última recomposición salarial, tuvo que salir a ofrecer un adicional para afrontar la nueva suba de precios, aumento del dólar paralelo y presiones de sectores económicos para subir tarifas o insumos tan sensibles para la economía como el combustible.



Todo ocurrió en una semana marcada por la especulación financiera que puso en jaque las medidas anunciadas por el ministro de Economía y candidato a la presidencia del oficialismo, Sergio Massa para mejorar los ingresos de los argentinos y argentinas. En vista de la proximidad de las elecciones presidenciales se podría hablar hasta de un golpe económico para perjudicar a Unión por la Patria que, sigue muy competitivo electoralmente rumbo al 22 de octubre, con posible pase al ballotage de noviembre y con una propuesta gradual, sin ajuste y sin daño a los trabajadores, trabajadoras y a los más vulnerables cuya cantidad es cada vez mayor teniendo en cuenta que los últimos datos de pobreza afectan al 40 por ciento de la población.

¿Golpe económico?

Falta aún para hablar de un golpe económico como el que sufrió el ex presidente Alfonsín, a finales de su mandato en 1989 que lo obligó a renunciar, pero el proceso atravesado por el gobierno de la Unión Cívica Radical tuvo corridas cambiarias, fuga de capitales, devaluación, desabastecimiento, lock out o paro de las patronales, suba de las tasas de interés e hiperinflación. Nada muy diferente a lo sucede por estos días. Algunos teóricos también lo llaman golpe de mercado de grupos económicos para desestabilizar la economía de un país, dañar la estabilidad política y provocar la caída de gobiernos democráticos. En este caso, ante la proximidad de las elecciones, inducir al electorado a volcarse por un determinado sector económico.

No son pocas las investigaciones que hay sobre los efectos de este accionar especulativo, tanto que ya se considera la existencia de un tercer modelo económico enfrente del modelo agroexportador de principios del siglo XX de primarización económica con el país dedicado sólo a la agricultura y a la ganadería para exportación de materia prima que defiende Milei y, al modelo de desarrollo económico con inclusión conocido como industrialización por sustitución de importaciones que pretende reemplazar con productos locales a la importación e incrementar la industria para generar más trabajo y mejor distribución de la riqueza.

Especulación financiera

Este tercer modelo llamado rentístico-financiero impuesto por primera vez a partir de 1976 con la dictadura cívico militar se rige según Graciela Inda y Celia Duek de la Universidad de Cuyo e investigadoras del Conicet con “un patrón de acumulación del capital centrado en la obtención de rentas financieras” que utiliza al Estado a través de “políticas de apertura comercial y financiera al exterior, reformas de leyes laborales, modificaciones impositivas, medidas de ajuste, estatizaciones de deudas privadas, privatizaciones de empresas públicas, desregulación de los mercados, reforma de la seguridad social (jubilaciones)” y otras medidas similares.

Nada nuevo

El modelo rentístico-financiero estuvo funcionando a pleno en esta semana por eso el candidato Milei adhirió plenamente a la suba del dólar paralelo y otros porque dijo facilitarán la dolarización, lo cual es cierto, pero a costa de una extrema devaluación del peso que licuará los salarios de los argentinos y argentinas, una nueva suba de precios y una fuga de los ahorros argentinos hacia el dólar presionando aún más su valor. Eso es solo un ejemplo de las medidas que aplicará el libertario en caso de ser presidente que preocupan a muchos menos a los grandes grupos económicos que siempre ganan, sea con los modelos neoliberales porque les permiten fugar divisas o con los gobiernos que defienden la justicia social porque los benefician con medidas en el afán de un desarrollo económico basado en la industrialización local.

Es tan evidente este modelo de renta financiera que, en estos días, la Aduana realizó 51 allanamientos en 18 bancos, ocho estudios contables y 25 sociedades de CABA, Rosario, Córdoba y Bahía Blanca que simularon importaciones para sacar divisas del país fugando US$ 400 millones. Las maniobras datan del 2020 y recién en febrero de este año comenzó la investigación. Tampoco es que el gobierno actúa rápidamente y mucho menos la justicia que es precisamente la que autoriza importaciones.

Otros que presionan al gobierno son los sectores de servicios que pese a los acuerdos firmados pretenden actualizar precios según suba el dólar ilegal. Es lo que pasó esta semana con las petroleras que a mediados de agosto firmaron un acuerdo con el ministro de Economía para congelar el precio de los combustibles hasta después de las elecciones y ahora presionan para actualizarlos. Todos los sectores productivos, especialmente los de los alimentos han tenido la misma conducta, firman acuerdos y no los respetan, pero no es precisamente porque estén al borde de la quiebra. Muchas empresas acumulan más allá de una rentabilidad razonable. Es el caso de la constructora IRSA, vende propiedades residenciales, explota hoteles de lujo y compra tierras para desarrollos urbanísticos.  Este año ya anunció a sus socios que repartirá dividendos millonarios.

Otros ejemplos especulativos tienen que ver con la suba de precios. Casos como el azúcar cuyo aumento fue muy superior a la inflación y al dólar paralelo. Lo más reciente fueron los fuertes aumentos en colegios privados de Buenos Aires (no subvencionados por el Estado) con subas de hasta un 300% cuando la inflación anual se calcula en casi 150%.  Una situación que no difiere del resto del país, incluso La Rioja que todavía no logra acordar con los privados.

Culpas propias

A las culpas por modelos económicos que atentan contra el bien común se suma el dejar hacer de los gobiernos justicialistas a la luz de situaciones que se sabe hay que modificar y no sucede. La candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich se vio confundida, durante el primer debate cuando le preguntaron, qué haría con las Leliq (Letras de Liquidez). No supo qué contestar.

Tan grave como eso es que el presidente Fernández en 2019 en campaña electoral dijo que, con los intereses de las Leliq, creadas por el gobierno de Macri, mejoraría los haberes de los jubilados y un integrante de su equipo agregó que hasta se podían hacer los 3000 jardines de infantes que prometió el líder del PRO. Ni lo uno ni lo otro y hoy las Leliq son una bomba de tiempo.

Se trata de letras, símil bonos de los pesos invertidos en plazo fijo por los argentinos y argentinas que los bancos le prestan al Banco Central a cambio de intereses exorbitantes. El gobierno se defiende y dice que así maneja la liquidez del sistema monetario y evita la emisión, que provocaría más devaluación y más inflación. Se habla de una deuda más que billonaria. Es el dejar hacer sin tomar medidas contundentes, de ahí el enojo del electorado que con bronca busca soluciones drásticas o mágicas.

Las medidas de Massa para sostener los ingresos de los argentinos tampoco le cayeron bien al Fondo Monetario que también se suma a la presión sobre el gobierno e insiste con un ajuste para dominar la inflación. Por el contrario, el candidato oficialista ha redoblado sus críticas al organismo multilateral que además se pronunció contra la dolarización del libertario.

Segundo debate

En este mar de incertidumbres, el electorado sigue ahí, dividido en tercios. Con el peronismo intentando recuperarse de la derrota en las PASO y las acusaciones por corrupción que lo salpicaron en la semana; los de Juntos por el Cambio sin rumbo fijo y casi detonados por la actitud del ex presidente Macri a quien Bullrich le pidió evitar acuerdos con Milei antes de las elecciones y los libertarios, con medidas en algunos casos irracionales o irrealizables aprovechando la bronca y el enojo con las dos fuerzas mayoritarias y propiciando que el país estalle para empezar, supuestamente, de nuevo.

Con ese panorama, se espera para esta noche, el segundo debate entre los candidatos y candidatas a presidente/as porque el primero mantuvo el equilibrio de fuerzas, no de propuestas ya que algunas se mostraron débiles. La diferencia la cosechó la candidata de la Izquierda Unida, Miriam Bregman que quizás no se transforme en muchos votos, pero algunos restará a las agrupaciones en carrera. Los temas de hoy son más que interesantes; Seguridad (uso de armas/espiar a los abogados/ prevención) Trabajo y Producción (derechos laborales y empleo o apertura importaciones/desocupación) y Desarrollo Humano, Vivienda y Protección del Ambiente (obra pública y defensa del ambiente contra rentabilidad privada/negación del cambio climático). El duelo está planteado y por lo visto en el primer debate, los argentinos y argentinas muy interesados en lo que dirán.