Diario El Independiente || Edición Digital
Skip to main content

Proteger a los riojanos

El gobernador Ricardo Quintela, tras asumir su segundo mandato, se mostró preocupado por el impacto del ajuste y predijo que será difícil una gobernación equilibrada, pero que está dispuesto a tender un arco de protección hacia todos los riojanos ante la liberación de precios, una devaluación brutal, quita de subsidios, suba de combustibles y reducción de fondos a las provincias.



¿Podrá el mandatario provincial amortiguar los efectos de semejante crisis? ¿Compartirá criterios con los gobernadores en la reunión de este martes en Casa Rosada? ¿Priorizarán sus pares peronistas la defensa de políticas públicas y fuerte presencia del Estado en la vida social y económica? ¿Negociarán con Milei a cambio de un poco de recursos que les permita mantener la gobernabilidad en sus provincias? ¿Cederá Milei a cambio de apoyo para desregular y desestatizar la economía?

“No vamos a desproteger a la sociedad” insistió Quintela y se harán todas las gestiones posibles para revertir algunas medidas de la Nación en la reunión de este martes, posiblemente con el presidente Milei. De la esperanza, Quintela pasó a la realidad cuando dijo que “no hay certezas de incrementos salariales porque no tenemos los recursos asegurados” y un bono navideño dependerá de la respuesta que dé la Nación.

Insistió con reiteradas críticas al ajuste “salvaje, cruel y sádico, una suerte de genocidio social” porque el “Estado está para garantizar calidad de vida a la sociedad y no una calidad de vida negativa”. Por eso distanciándose a sí mismo de esta visión pesimista se preguntó por qué este proceso de destrucción social y económica, cuando el gobierno nacional sabe que el próximo año, habrá disponibilidad en el país de 45 a 50 mil millones de dólares de exportaciones agropecuarias, ahorro por la no importación de gas licuado, ingreso por exportación de gas y duplicación de ingresos por explotación de litio en Salta, Jujuy y Catamarca a los que quiere sumar a La Rioja. “No quiero ser tan pesimista por eso les digo a los riojanos que estos ingresos estarán disponibles el próximo año y se duplicarán en 2025. Tengo esperanzas” agregó.

Obras, transporte, tarifas

El optimismo de Quintela sobre los ingresos con que contará el país el año próximo chocan con otra realidad dicha por el mismo gobernador ya que el recorte en obras públicas paralizará “cinco obras emblemáticas: gasoducto a Chilecito; tendido eléctrico de 132 megas de Chamical a Chepes, camino Padercitas a Sanagasta; a Chilecito por Pampa de la Viuda y continuidad del camino a Chile. Se suspenderán el hospital de Chilecito y el derivador vial en La Banderita, entre otras.

Hay que sumar el transporte urbano e interurbano que cubre Rioja Bus si se caen subsidios nacionales; reajuste en municipios, menos posibilidad de generar condiciones económicas para empresas en el Parque Industrial; disminución de exportaciones por retenciones a economías regionales; asistencia con programas alimentarios, previo censo, solo a personas de mucha vulnerabilidad y hasta pagar salarios con bonos o cuasi monedas.

El dato más dramático que reveló Quintela, en entrevistas con medios de prensa, fue la tarifa eléctrica. A modo de ejemplo, un usuario de Edelar que paga entre 6 o 7 mil pesos, sin el subsidio nacional del 80 por ciento tendrá que multiplicar esa factura por 8. Y más, si el estudio que está haciendo la provincia sobre el 20 por ciento restante no es aprobado deberá agregarlo. Cifras siderales en comparación a los salarios.

Nada nuevo

Aunque contundente, el ajuste libertario no mostró nada nuevo, nada que no conozcan los argentinos sobre cómo encauzar la economía y nada nuevo si se compara con la historia, incluso la de hace 100 años como cita el presidente Javier Milei, quien rescata como exitosa la década del 80, auge del liberalismo, el capitalismo y la consolidación del modelo agroexportador que desarrolló la Pampa Húmeda y relegó al resto de las provincias. Lo que no menciona el libertario es lo que hubo detrás de escena: a partir de 1890 “el déficit fiscal” se hizo crónico y se resolvió con préstamos externos que cuando no se pudieron pagar desataron la crisis, citan los historiadores. El diario Financial Times dijo, por aquellos tiempos que, “el mayor enemigo de la moneda argentina sana han sido los estancieros” -hoy serían los grandes productores de soja, maíz, trigo, etc.-; “y oligopolios y monopolios de empresas alimenticias cuyo interés radica en poder pagar sus gastos con papel moneda (pesos) y obtener altos precios en oro (dólar) por la venta (y exportación) de sus productos. Su noción del paraíso está constituida por buenos mercados en Europa y mala moneda en el país, porque de este modo el oro le provee de tierra y mano de obra baratas” concluye el Financial. Como se ve, nada nuevo.

Lo mismo que ocurre por esto días: Dolarizaron los precios y pesificaron los salarios. La misma característica en cada gobierno de libre mercado como el de Uriburu, Aramburu y varios más. Después de 1955, el gobierno militar continuó con el modelo liberal y aunque hubo breves intermedios de presidentes radicales, duraron muy poco en sus cargos cuando intentaron nacionalizar la economía.

A partir de 1976, la historia es más conocida: dictadura cívico-militar; Carlos Menem y De la Rúa y más recientemente Mauricio Macri, intentaron reinstalar un modelo agroexportador, de desindustrialización nacional y reducida intervención del Estado. Todos terminaron con deuda externa, inflación, sin industrias, desocupación y fuga de capitales: el mismo ministro Caputo, hoy en funciones, reconoció que un PBI está en el exterior. Se podría decir que otro PBI está bajo el colchón de los argentinos que les gusta acumular dólares. La debilidad del peso tiene explicaciones y es producto de aquellas decisiones de políticas económicas. Nada nuevo hoy.

Dolarizaron precios

La dolarización de precios se concretó en solo dos días. Todos los productos subieron a más del ciento por ciento con la devaluación del 118%, manipulando así una situación de hiperinflación, sobre una inflación que venía controlada y una devaluación mayor a la solicitada por el FMI que el gobierno anterior había resistido. Otro hecho lamentable fue la dolarización de las naftas, especialmente YPF. Un producto que aún hoy, con la suba está más barata que la de otras petroleras. Presionan que se ponga a tono con el valor internacional: 1 dólar.  Ese precio está a punto de concretarse, la paradoja es que se trata de un producto nacional que se elabora en el país, a valor pesos, por lo tanto, los argentinos deberían beneficiarse pagándola como producción local y no como bien importado.

¿Déficit cero?

Las medidas anunciadas según dijo el gobierno libertario tienen ahora un único objetivo: bajar a cero el déficit fiscal de los ingresos que se contabilizan en el Presupuesto Nacional pero no sobre la riqueza que circula en todo el país que es mucho mayor que la que se consigna en las cuentas oficiales.

Tras tres semanas en las que el equipo libertario puso a las Leliqs como el mal de los males de Argentina y que con solucionar esa bomba se terminaba la inflación porque el BCRA dejaría de emitir pesos, ahora asumió que el mayor problema es el déficit fiscal. Aun así, con las Leliqs se estaría armando una ingeniería financiera para desactivarlas, vía dolarización, entendida solo por economistas. Las consecuencias de estos movimientos son imprevisibles, nunca beneficiosas para el país.

En tanto, justificándose en el déficit cero, el gobierno anunció un brutal ajuste a los niveles medios, bajos e indigentes de la población. En cambio, fortaleció ingresos y ganancias de empresarios, productores agropecuarios de la Pampa Húmeda, financistas, banqueros, petroleros y dejó de lado a industriales, PyMES y economías regionales, tal como lo han hecho hasta ahora todos los gobiernos liberales.

¿Hay casta para ajustar?

El ajuste a la casta quedó solo en anuncios. O no lo quieren hacer o la casta no existe en la dimensión de la que hablan. Parece que no existe porque la diputada nacional Julia Strada aseguró a la AM 750 que “la eliminación de nueve ministerios, de 50 secretarías de Estado y de 42 subsecretarías de Estado otorga un gasto ahorrado de 320 millones de pesos, lo que es 0,0014 por ciento del PBI. Es absolutamente simbólico”, remarcó.

La Vocería Presidencial, anunció este viernes 15, sin vergüenza alguna, lo que segundos después replicó Clarín con título destacado: "Los argentinos pagaban un seguro de 2 millones 600 mil dólares por los cuadros (obras de arte de plásticos reconocidos) que están en la Quinta de Olivos".

No pasó una hora de que el vocero lanzara la acusación que salió a luz la Póliza de Nación Seguros a un costo de $2.733.611. ¿Será que Manuel Adorni no distingue pesos de dólares? Operaciones de prensa como esas, anuncios que luego son desmentidos, pero que, en pocos minutos quedan instaladas como verdades. Impunidad en las redes.

Dolarizan deuda privada

Los que no salen a luz ni se viralizan son los negocios a los que son adeptos los liberales de todos los tiempos. El BCRA, el mismo que iban a incendiar, asumió una deuda de U$S 30.000 millones para rescatar deuda privada de empresas importadoras. Se creó un bono que se liquidará a valor dólar del 2027. Es cierto que es, una deuda del Estado con importadores -que se debería investigar- producto de la falta de dólares suficientes, pero era deuda en pesos y la entidad la dolarizó a través de la Comunicación “A” 7918. Una deuda con privados que asume el Estado, es decir “populismo” para ricos. Ningún sector libertario ni liberal ni de derecha salió a criticar, tampoco se viralizó en redes, pero cuando Ricardo Quintela en medio de su primer mandato como gobernador habló de absorber la deuda con financieras de los empleados públicos ahogados por la inflación, no quedó lugar de la Argentina en que no hablara de “populismo”.

En síntesis, medidas de shock, con ingresos de trabajadores, emprendedores y PyMES reducidos a la mitad, con pedidos de “esfuerzo”, “sacrificio” y “paciencia” porque “habrá luz al final del túnel”, las mismas palabras del anterior gobierno liberal.