La Era Q
15/12/19
Desde el 10 de diciembre último, comenzó a escribirse una nueva historia en la Provincia de La Rioja, de la mano de la llegada al gobierno de Ricardo Quintela y Florencia López. Aunque se trate de una continuidad en el signo político, las posibilidades de alineamiento institucional con la Nación, abre expectativas distintas para salir de la crisis económica y social producida tras cuatro años de postergaciones. Con el desafío de demostrar que es su tiempo de gobernar y cumplir con las promesas expresadas en su primer discurso como titular del Ejecutivo, ya comenzó a vivirse la Era Q.
En el círculo más cercano al Gobernador, aseguran que se prepararon 20 años para este momento y es, justamente, lo que Ricardo Quintela expresó el martes pasado, al decir que se estaba cumpliendo el sueño de conducir los destinos de la provincia. En columnas anteriores habíamos señalado que este hombre de 59 años, llegaba tras varios intentos, pero que lo hacía de una manera y en un momento inmejorable.
Desde la oportunidad política, es dable señalar que su arribo a la Casa de las Tejas no se observa ensombrecida por ningún otro dirigente de fuste, como vino sucediendo en los últimos años. Quintela sólo se referencia en Sergio Casas como el mentor que terminó ungiéndolo como candidato, pese a opiniones adversas y, además, considera clave su rol como diputado nacional en la gestión de recursos y relaciones en la Rosada. Ni bien dejó la Casa de las Tejas, el sauceño se abocó a gestionar el remanente adeudado desde Nación y tratar de asegurar los recursos presupuestarios para el año próximo.
Excepto el ex mandatario que dejó el sillón el 10D, el triunfo de Quintela y Florencia López dejó en “off side” a dos dirigentes de peso como Beder Herrera y Julio Martínez, que recibieron el revés de las urnas. Tanto por edad como por posibilidades, ambos deberían optar por dejar el camino a las nuevas generaciones y aportar desde el lugar que les toque. Otro con aspiraciones de llegar y que también quedó en el camino, es el ex intendente de la Capital, Alberto Paredes Urquiza, que vuelve a la más absoluta llanura política, como hacía años que no lo estaba.
Luego de muchos años, tanto la figura del gobernador como el peronismo en general, dejaron de estar a la sombra de Beder Herrera. Tampoco Martínez es una amenaza desde la oposición. Es decir, con este escenario, Quintela tiene la histórica oportunidad de construir poder y sentar las bases para el desarrollo de las nuevas generaciones políticas, quizá en cuatro años o tal vez en ocho, pero sin dudas que se comenzó a respirar la brisa de la renovación tan necesaria.
Del actual mandatario y de su sapiencia, dependerá si el justicialismo finalmente camina unido y deja de sufrir los sobresaltos de los últimos tiempos, producto de diferencias que terminaron por debilitarlo y darle la posibilidad de crecer a la oposición. Pero también la fuerza opositora tiene un enorme desafío, que es demostrar que puede dejar de mirar y criticar desde afuera, para gobernar de la mejor manera el departamento más grande de la Provincia. En Inés Brizuela y Doria está depositada esa esperanza del radicalismo y sus aliados del PRO, porque entienden será la carta de presentación para los futuros compromisos electorales.
Hoy Quintela tiene una compañera de fórmula que encarna esa tan mentada renovación. Florencia López se convirtió en vicegobernadora y encarna la representación de la generación de los 40 años, que desde hace mucho tiempo espera su lugar para sumar al futuro de la provincia. La experiencia y la juventud de ambos, debería ser la fórmula para comenzar a pensar en La Rioja para los próximos 20 años, por lo menos.
La esperanza, los sueños y los buenos augurios, le dan paso rápidamente a la acción y la resolución de problemas con los que se encontrarán a diario desde ahora, tanto el Gobernador como la vicegobernadora. Hoy la “luna de miel” de la que gozaban quienes recién asumen un cargo, es cada vez más breve, producto de la vorágine de los tiempos actuales. Por ello, el accionar de los dos dirigentes con mayor responsabilidad de la provincia, estará bajo la lupa de los casi 400 mil riojanos que habitan este suelo, mucho más temprano de lo esperado.
“Primero la gente”
En su discurso de asunción, Ricardo Quintela dejó en claro cuál será el lineamiento general que pretende imprimirle a su gobierno y que se conjuga en la palabra “social”. No es ninguna novedad el perfil que arrastra de toda su vida el Gobernador, y quedó absolutamente evidenciado en las medidas inmediatas que anunció para salir del estancamiento económico y la crisis social provocada por el gobierno nacional saliente.
La declaración de emergencia social, alimentaria, laboral y sanitaria que solicitó a la Función Legislativa, ya es un hecho. Esta será la herramienta que el mandatario utilizará para poder recomponer rápidamente los índices adversos que presenta la provincia en esos ámbitos. La idea es reactivar el circuito económico local, “poniéndole plata en el bolsillo de la gente”, expresó Quintela, aunque no especificó la manera. Cobra fuerza en este punto el ansiado anuncio de un bono de fin de año para la Administración Pública, en un intento por recuperar el poder adquisitivo destruido por la devaluación reinante.
Atacar el hambre y las necesidades básicas es otro pilar fundamental en la plataforma de acciones de Gobierno. Se dice que se hará en consonancia con las medidas nacionales de otorgar una tarjeta social para la compra de alimentos. También la necesidad de auxiliar a los que menos tienen con los medicamentos y brindar atención sanitaria de calidad, fue otra de las premisas expresadas.
En este sentido, Quintela anticipó la instauración del boleto estudiantil gratuito desde marzo, la tarifa plana de energía para los sectores con menores ingresos y también darle un techo digno a todo aquel que lo necesite, en una suerte de reinstauración del plan de erradicación de ranchos llevado adelante hace unos años atrás.
El titular del Ejecutivo se encargó de aclarar que estas medidas no son demagógicas ni populistas, pero que son peronistas, poniendo de relieve que este será el leitmotiv de su gestión. La premura por cubrir estas necesidades de manera inmediata, tiene correlación directa con lo dispuesto por el presidente Alberto Fernández en la Nación, pero que no tiene que ver con cuestiones sólo ideológicas, sino de urgencias, porque incluso un municipio gobernado por el radicalismo como Capital, adoptó idénticas determinaciones para apuntar a la emergencia.
Además de lo meramente discursivo del Gobernador, el acto de asunción dejó aspectos simbólicos dignos de rescatar, como el incondicional apoyo de la flamante vicegobernadora, Florencia López y la presencia de todas las figuras peronistas y radicales más importantes de la provincia.
En el caso de la vicegobernadora, hay que recordar que en los últimos tiempos esa figura fue blanco de intrigas y suspensos, producto de las aspiraciones extemporáneas de quienes lo ejercieron. Hoy la joven mujer aimogasteña tiene en sus manos el enorme desafío de ser el sostén legislativo de su compañero de fórmula, construyendo consensos puertas adentro de la Cámara y acompasar la gestión provincial.
La ex intendenta de Arauco pidió autorización al cuerpo legislativo para hacer uso de la palabra en el acto de asunción y aprovechó para ratificar el rol de secundar al Gobernador. El prolijo discurso tuvo todos los condimentos necesarios para presumir que López llegó para respetar la jerarquía, pero también para hacer valer su rol de la mujer más importante de la provincia en lo institucional y político. Muestra de ello, fue la primera sesión que le tocó presidir, al hacerlo de manera impecable y en pleno conocimiento de los temas a tratar, que en este caso fueron de vital trascendencia al dictarse la ley de emergencia solicitada por el Gobernador.
En tanto, y como parte de la puesta en marcha de su gestión, el Gobernador diagramó un equipo ministerial variopinto, contrario a lo que se prejuzgaba. Mixturó con gente de su absoluta confianza, respetó los acuerdos políticos y dispuso de varios profesionales al frente de las carteras, mientras que en las áreas subalternas también fueron cubiertas con el mismo sentido, en un claro mensaje de pluralidad.
Estará en manos de “El Gitano” la manera en que los hará interactuar y trabajar en equipo, respetando los lineamientos básicos planteados para esta primera etapa de su gobierno. Por ahora vienen meses que servirán para acomodarse, salvo aquellas áreas donde se aplique el criterio de emergencia, como el caso de Desarrollo Social, Salud y Seguridad. Para esas estructuras de gobierno les cabe el mismo señalamiento realizado para quienes fueron electos para comandar la provincia, que el tiempo de gracia para demostrar gestión es cada vez más corto.
“Alineados”
Esta semana se dio también la asunción de los 18 intendentes departamentales, de los cuales sólo dos no pertenecen al justicialismo oficialista. No obstante, ninguno pretende diferenciarse prematuramente con el Gobierno provincial, en un claro gesto de supervivencia sobre todo económica.
Quintela reconoce que gran parte de su triunfo en octubre se gestó desde el interior, por lo que los jefes comunales del justicialismo son socios fundacionales del gobierno que acaba de iniciarse. En tanto, Inés Brizuela y Doria de Capital y Alberto Godoy de Famatina, tendrán que hacer muy buena letra para ganarse la confianza del primer mandatario, ya que en las elecciones jugaron en su contra, en los respectivos distritos.
La ex senadora radical dejó muy en claro que necesita sustentar la relación con Quintela, porque se encontró con un municipio quebrado, con casi 400 millones de pesos de deuda. Su asunción concitó la presencia de todo el arco político radical, el peronismo disidente que hace las veces de aliado y los ex ocupantes del Palacio Ramírez de Velazco, además del gobernador y vicegobernadora.
En su discurso no dudó en responsabilizar a Paredes Urquiza, quien era su socio político hace sólo unos meses, al tiempo que clamó por un trabajo conjunto con la provincia, sin banderías políticas y pensando en la sociedad capitalina. Suena hermoso al oído, sin embargo, habrá que esperar para ver cuánto dura el “veranito” de esta relación, sobre todo porque será difícil para la provincia hacerse cargo de toda la ayuda que necesita el municipio, especialmente en lo referente a servicios públicos, equipamiento y una planta de empleados que creció sin medida y a la sombra de la complicidad de quienes estuvieron a cargo.
Brizuela y Doria deberá demostrar si está preparada para gobernar el municipio más grande y conflictivo de la provincia. Para ello conformó un gabinete muy técnico, pero con poco de política y experiencia en gestión. Además, como se dijo, dependerá en gran medida si logra consolidar su relación con Ricardo Quintela y acomodar el descalabro de gastos, deudas y optimizar las filtraciones recaudatorias actuales.
De esta manera se produjo la renovación de autoridades ejecutivas en el orden departamental y provincial, con lo que se abrió una nueva esperanza para quienes confían en la democracia, en la alternancia y en la sensibilidad de los gobernantes para solucionar los problemas de la gente, especialmente los sectores más vulnerables de la sociedad. Que así sea.