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El postmacrismo: Yo toqué un pobre

Si hay algo que no le perdonan los verdaderos dueños de este país a Macri, es haber unido a los peronistas, a los sindicatos (CTA- CGT), a los empresarios (que también han cambiado de bando como muchos periodistas ya ex oficialistas). Forma parte del negocio de la grieta: seguir dividiendo. Enfrentando a todos contra todos. Esto no concluyó, va a seguir en el postmacrismo..



“No nos une el amor, sino el espanto” ha dicho un dirigente, citando al autor del ‘El Aleph’. Se escuchó entre los políticos, pero ahora es importante saber qué sucede entre quienes informan a la población. Como un ejército en retirada, así se lo ve a los ‘comunicadores’ y periodistas que moldean la opinión pública. Algunos están confundidos, porque aún están masticando lo del 11 de agosto en las PASO; otros ya ‘garrochearon’ (utilizando una garrocha para saltar al otro lado), pero se olvidan que hay archivos de TV, donde se los puede ver en el período 2016-2019, destilando el odio y el veneno que derramaron por TV, radio o prensa escrita. Y es proporcional a lo que los asusta, mientras siguen acusando. Toman la frase: ‘CONADEP del periodismo’ como si fuese un pelotón de fusilamiento sin juicio. Es decir vaticinan que vendrá la venganza. Nada más lejos de lo que vendrá. Solo hay que hacer un ejercicio de Memoria colectiva y saber que han dicho antes y que dicen ahora, recordando la cantidad de periodistas que quedaron afuera de los medios a partir del 2015.

El mejor ejemplo son ‘las tapas de los diarios’. Si se las ve en cronología comparadas con 2001 y ante la actual crisis económica. Se vuelve a hablar debido a los índices de pobreza que dio el INDEC y la UCA, el riesgo país, el FMI (y el préstamo que llegará después de las elecciones), la inflación, la recesión y la devaluación final.  Teniendo en cuenta cómo se silencia la falta de producción (que nunca tuvo crecimiento en estos cuatro años) y los despidos que siguen aumentando. De aquí nació la unidad que no les gusta nada a lo sojeros, las empresas dueñas de las mineras, el sistema financiero, los empresarios locales que aún cotizan en Wall Street. Algún día deberá saberse cómo es el engranaje de los aportes, sueldos, ‘sobres’, de quienes manejan los medios de comunicación en nuestro querido país. Será una forma de ‘blanquear’ y entender por qué opinan e informan lo que dicen. Detrás de todas sus opiniones (ya no solo una información) está su ‘moral’. En otros países, es natural que la gente sepa a quien defiende una empresa de medios y para los holdings que trabajan. Comparando con países (que desde aquí admiran su democracia), hay actores que se definen y toman partido por demócratas o republicanos, sin que nadie los salga a atacar, discriminándolos, o perseguirlos por sus ideas. Primero eran los artistas K, ahora es el actor Luis Brandoni desde su militancia. No hay términos medios. Todo sirve para aumentar la hoguera de las vanidades.

Hay quienes creen que el presidente luego del 27 se va y no vuelve más. Son los que piensan que su plan económico falló. El y los poderosos que lo apoyaron para su candidatura (que ya hacían negocios en Boca y luego como intendente por 8 años en CABA) y su llegada al gobierno no han fracasado: han realizado un saqueo exitoso. Para eso ha venido el hijo de una integrante de la oligarquía vernácula: para endeudarnos por cien años. Y que La Argentina no se salga del modelo de dependencia, aunque eso signifique seguir los pasos de Grecia.

La gira por las 30 ciudades no solo sirve para mantener encendidos a los votantes de Cambiemos, sino para asegurar luego de las elecciones, la oposición en el Congreso, las gobernaciones (Mendoza, Jujuy, Corrientes), las intendencias. No va a ser nada fácil para el gobierno que viene responder a todos los reclamos, de los miles de argentinos que la están pasando muy mal, y de una deuda, donde aún no se sabe quiénes son los tenedores, porque hay buitres externos e internos. A su vez queda la duda de cómo manejará la oposición los medios concentrados de comunicación que le sirvieron para blindar al presidente.

Pero el clima de tensión política no afloja. Mientras los políticos del peronismo piden que no se ‘enganchen’, ni salgan a las calles, del otro lado siguen tirando kersosén al fuego. Desde lo que dice Picheto- como ariete de avanzada- en hacer explotar las villas, hasta lo de un secretario de Cultura (ex gerente de editorial de libros) que declara que entre los golpes (de Estado) favoritos es el del 55. Hace poco se estrenó un documental sobre el bombardeo en Plaza de Mayo sobre civiles en junio de 1955. Otro capítulo de nuestra historia que se busca olvidar. Nunca se dijo la cantidad de muertos inocentes, ni de los contusos y heridos que quedaron. Por eso cuando pasan imágenes de las marchas de quienes asisten a los actos de Macri, se comprueba que no hay muchos jóvenes, que las consignas de odio son propias de lo que se conocen como ‘gorilas’ y racistas, clase media frustrada y manipulada por los medios, o por la siniestra ‘teoría del derrame’. Se puede ver por las redes sociales (en esta nueva manera de comunicar) una mujer que dice: “Yo toqué un pobre”, “pobres eran los de antes”

Carlos Liendro