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Derriban un helicóptero militar y Turquía redobla sus amenazas contra Siria

La amenaza se produce tras el avance en la campaña del gobierno del presidente sirio, Bashar al Assad, para retomar el último bastión rebelde del país, de donde 700.000 personas han huido de la violencia desde diciembre.



Tensiones entre Siria y Turquía llegaron ayer a punto de ebullición tras el derribo de un helicóptero militar sirio durante una ofensiva contra rebeldes apoyados por tropas turcas y luego de que Ankara advirtiera a Damasco de un "alto precio" si ataca a sus fuerzas.

La nueva escalada en la norteña provincia siria de Idleb, tras un ataque de artillería sirio que mató a cinco soldados turcos, coincidió con un gran logro del Ejército sirio, que tomó el control de una autopista de la zona que une las cuatro mayores ciudades del país.

El avance es otro hito en la campaña del gobierno del presidente sirio, Bashar al Assad, de retomar el último bastión rebelde del país, de donde 700.000 personas han huido de la violencia desde diciembre en uno de los mayores éxodos en nueve años de guerra.

Poco después de la reconquista de la autopista M5, un ataque con cohete derribó un helicóptero militar sirio en Idleb, y sus dos pilotos murieron, informó la agencia de noticias estatal siria SANA.

Una fuente militar citada por la agencia dijo que el cohete fue lanzado desde una zona donde operan los rebeldes apoyados por Turquía.

La ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos, afín a la oposición, dijo que el cohete fue disparado por fuerzas turcas, pese a que Turquía no se atribuyó el ataque, y que el helicóptero cayó cerca del poblado de Qaminas, al sur de la ciudad de Idleb capital.

La artillería siria bombardeó después áreas próximas a un puesto de observación militar turco en ese poblado, y al menos tres personas murieron, aunque no quedó claro si eran civiles o soldados, agregó el Observatorio, citado por la cadena CNN.

Desde 2017, Turquía tiene fuerzas en todo el norte de Siria que usa para apoyar a grupos rebeldes, en su mayoría islamistas, que combaten a su vez al Ejército sirio y a fuerzas kurdosirias a las que Ankara considera una amenaza para su seguridad.

Junto a Rusia, que apoya a Siria y cuyas fuerzas también participan de la ofensiva en Idleb, Turquía es uno de los actores extranjeros clave en Siria, pero un acuerdo de cese al fuego alcanzado con Moscú en 2018 para esa provincia siria nunca fue respetado.

Hoy, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, insistió en que las fuerzas de Turquía seguirán respondiendo a los ataques de Siria.

"Cuanto más ataquen a nuestros soldados, van a pagar un muy, muy alto precio", dijo durante una ceremonia en Ankara transmitida por TV.

El Ejército sirio emitió poco después un comunicado en el que se declaró "listo para responder a las agresiones del Ejército de ocupación turco".

El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, dijo que Washington trabajará con Turquía para coordinar su respuesta al ataque sirio que ayer mató a los cinco soldados, que llegó una semana después de otro en el que murieron ocho efectivos.

"Los asaltos del régimen de Al Assad y Rusia deben detenerse", dijo Pompeo en Twitter.

Agregó que mandó al enviado especial estadounidense para Siria, James Jeffrey, a Turquía "a coordinar los pasos para responder a este ataque desestabilizador".

Hoy más temprano, las fuerzas sirias retomaron el control total de la autopista M5 de yihadistas y otros rebeldes del noroeste del país por primera vez desde 2012, informaron SANA y el Observatorio.

La autopista conecta Damasco, la capital, con la ciudad de Alepo, la más grande del país, y pasa también por Homs y Hama. Su control es vital para los esfuerzos del gobierno de reavivar la moribunda economía de Siria tras la debacle de nueve años de guerra.

También hoy, al menos 12 civiles, la mitad de ellos menores, murieron en un ataque de aviones sirios en la ciudad de Idleb, informó el Observatorio.

En la provincia de Idleb viven unos 3 millones de personas, y más de la mitad son desplazados de otras partes de Siria.

Turquía, que ya alberga a unos 3 millones de refugiados sirios, teme otro éxodo masivo y ha cerrado su frontera a los nuevos desplazados desde diciembre por la ofensiva en Idleb, que según dijo la ONU llegaron ya a 690.000 en 10 semanas de combates.

"Este es, según nuestro análisis inicial, el mayor número de personas desplazadas en un solo periodo desde que comenzó al crisis siria, hace nueve años", dijo la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) en un comunicado.

 

Fuente: Telam